Es como la zanja del ascensor, moneda que cae moneda que se  pierde
 
Un amigo transita por la autopista Regional del Centro  (Caracas-Maracay-Valencia) una o dos veces a la semana desde hace varios  años por razones de su trabajo. Eso por eso que ha visto de cerca y “en  vivo” la evolución (¿involución?) de la historia de lo que por largas  décadas fue una productiva finca de caña de azúcar.
 
Quienes hayan transitado por allí tienen que haberla visto…. ¡hasta  el año 2002!. Imposible no verla porque junto a la muy famosa hacienda  Santa Teresa (la del Rón) era un paisaje hermoso de abigarradas plantas  de caña, siempre muy verdes, con unos caminos coronados por filas de  hermosos chaguaramos. Y con los ingenios para transformar la caña en  papelón y éste en azúcar o en la bebida “espirituosa”. Ingenios algunos  que aún son de adobes de arcilla, porque vienen desde los tiempos de la  Colonia y la Independencia.
 
Me cuenta el amigo, que la Hacienda Santa Teresa no ha sido víctima  de la furia destructora-estatizadora que convierte todo en improductivo,  pero en cambio esa otra -cuyo nombre no lo recordaba- es hoy, y desde  hace unos siete u ocho años- un paisaje yermo. Es un tramo de unos 10 a  12 kilómetros de largo que corre a lo largo de la autopista y entre ésta  y la vieja carretera Panamericana hasta El Consejo y La Victoria. No se  calcular cuantos kilómetros de ancho tiene. La “robo-lución” la  expropió por allá por el 2002. Según ellos “rescataron las tierras para  el pueblo”. Era en los tiempos en que pagaban “chin-chin” esos actos  destructivos disfrazados de “justicia social”.
 
La “razón” revolucionaria era “para construir viviendas”. Parecía un  absurdo. Una gigantesca urbanización popular en medio de la nada. A 30 o  40 km de La Victoria. Aumentando los costos y dificultades de servicios  (agua, luz, cloacas) y el transporte. ¿Cuántas toneladas de azúcar  dejaron de producirse?. ¿Cuántos empleos se perdieron?. ¿Cuánto dinero  se ha botado?. A los pocos días de la “expropiación revolucionaria”  arrasaron con los cultivos de caña. Tractores y quemas. Meses mas tarde  comenzaron a construir un pequeño lote de casitas, al parecer de tan  mala calidad que luego las tumbaron aunque en el interin de meses de  abandono, camionadas de bloques para hacer cercas (las casitas eran  prefabricadas), arena, piedra, etc sirvieron para la otra  “expropiación”, la de la gente llevándose el material.
 
Mas nunca se habló de “hacer viviendas”. El gran líder de la  revolución intergaláctica que ha de salvar al planeta convirtiéndonos  antes “en potencia” (aunque sin luz, ni agua, ni azúcar, pollos, café ni  leche, tampoco cabillas ni aluminio) habló entonces de “sembrar  hortalizas”. Algún día se sabrá de donde sacó esa fijación de destruir  las haciendas de caña de azúcar dizque para “sembrar hortalizas” aunque  yo sospecho que tiene que ver con algún influjo de Fidel quien luego de  destrozar la economía y la industria de Cuba a finales de los años 60 en  una loca apuesta perdida por alcanzar “los 10 millones de toneladas de  azúcar” que daría la independencia (¿?) a Cuba, se pasó para el otro  extremo y hoy Cuba cerró casi todos sus centrales azucareros y es  importador de azúcar pero también de hortalizas.
 
En fin, repartieron la antigua finca (no en propiedad sino en  “derecho de uso” como en la edad media con los siervos de la gleba) en  conucos para sembrar tomates cuya magra cosecha se perdió porque los  frutos salieron negros. “Es debido al exceso de urea de la tierra que  por mas de cien años tuvo caña”, fue la explicación que por allí se  escuchó. Otro dineral botado. Y los parceleros abandonaron la cosa. En  los siguientes dos años no se hizo casi nada, salvo uno que otro  conuquito. Luego aparecieron algunos sembrando camburales en algunos  lotes de la enorme finca abandonada, perdida e improductiva. Mi amigo no  sabe si los cambures han dado algo, pero en los bordes de la  Panamericana no se ve gente vendiendo.
 
Desde hace algunos meses aparecieron “unos españoles y unos  italianos” (que no son de allí) según el decir de los desempleados de  por allí que hace años perdieron sus trabajos fijos en la antigua  hacienda cañera y que ahora vuelven a conseguir empleo temporal. Están  levantando una pared perimetral y colocando filas enormes de tuberías de  agua. Por lo que me explica, presumo que se trata de un proyecto  interesante para sembrar “bajo techo” en una especie de “invernaderos”  de fibra de vidrio con riego controlado y por goteo. Esa agricultura es  altamente productiva pero demanda una inversión inicial gigantesca. Para  eso la plusvalía.
 
Presumo también que se trata de alguna transnacional capitalista  española porque en la “madre patria” hay importantes desarrollos de esa  agricultura con fresas y otros rubros. Aquí en Venezuela hay varios  ensayos interesantes para producir tomates, pimentón, flores y para  semilleros.
 
¿Quién responde por el dineral perdido en expropiación, falsos planes  de vivienda, conucos de hortalizas y la improductividad que causa que  haya que importar cada vez mas azúcar?. ¿A quien culpará “el  comandante”?. ¿Al imperio, a El Niño, a “la oposición”, a los “gobiernos  anteriores”?. Y, por lo que se ve, terminaron entregando la otrora gran  finca a una transnacional capitalista. Tal cual como hicieron con la  Faja del Orinoco que terminaron entregándola a la petrolera gringa de  Bush. La “robo-lución” irresponsable, derrochadora y mas falsa que una  “escalera de anime”.
 
Ese inventario se hará algún día. Los cultivos organopónicos en las  avenidas caraqueñas; los gallineros verticales; la ruta de la empanada;  las briqueteras expropiadas y abandonadas. Sidor “vuelta chicha”. Tavsa  la misteriosa. Las EPS ficticias. El Banco del Pueblo, los bancos  chavi-burgueses con fondos públicos. Las cientos de miles de hectáreas  de fincas productivas expropiadas para convertirlas en terrenos con  monte. El Eje Orinoco-Apure. Venalum destruida, la “cogestión” en  Alcasa, la destrucción de Guayana. La fábrica de pañales que nunca  produjo ni un “guayuco”. Pueblo Guri. Las 40 mil cooperativas  inexistentes. La fábrica de Jugo-uvita que nadie ha podido tomar uno. La  Ciudad del Acero y la del Aluminio, el gasoducto del Sur, Pdvsa  destruida, obesa e ineficiente. La fábrica “socialista” de papel y la de  textiles. La de “pulpa de tomate”. El Central azucarero Caeez. El  Ferrocarril de Guayana a Calabozo. El Puente “sub-acuático” del lago de  Maracaibo. Esta ha sido “la década de plata” de la Robo-lución. Y nos  prometen ahora… ¡la década de oro!. ¡Zape!.
 
Codigo Venezuela
http://venezuelanoticia.com/2010/03/31/damian-prat-cuando-se-haga-un-inventario-del-dineral-botado/