LAS VERDADES DE MIGUEL - Mi comentario de la semana

La emboscada de la vida. Desde que tuve conocimiento de los quebrantos de salud del compañero Presidente no vacilé en hacer votos por su recuperación. Mis lectores saben que, muy por encima de las diferencias políticas que tenga en cuanto a su manera de manejar el proceso, le tengo alta estima. Se puede haber equivocado muchísimas veces y aún así esta se mantiene intacta. Nunca he necesitado de recurrir a la adulación para hacerlo saber, mucho menos cuando aprecio que la adulación le ha hecho más daño que el problema de salud que hoy le aqueja. El hecho de considerarse sólo una brizna arrastrada por el huracán revolucionario no impidió que se afianzara en el imperio de los dogmas, de donde hoy está de regreso la propia China Popular. Chávez trató de mostrarse espléndido con un debate que nunca se dio y hoy vive un indeseado Gulag espiritual. Ahora bien, este humilde mortal no espera que Chávez un día tenga tiempo de conversar sobre este tema pero sí estoy seguro que emboscado por la vida, tenga tiempo de poner sus ideas en orden y redefina su papel en este presente histórico. En lo que a mí respecta soy de los plenamente convencidos de que no debe ir por la reelección. Ayer, leyendo un cable acerca de la decisión de Humala de gobernar sólo por 5 años ratifique mi posición frente a los gobernantes que se eternizan en el poder. Ya Lula, tan importante para América Latina como Fidel y el propio Chávez, había dado la primera campanada al no aspirar a otro período presidencial. No hay imprescindibles en los procesos históricos. Por ejemplo, Fidel ha debido marcharse a sus cuarteles de invierno hace muchísimo tiempo, así habría permitido el refrescamiento de la política cubana. En nuestro caso, era suficiente un segundo período, no más. El solo hecho de haberse convertido Chávez en el centro del proceso desvirtúa el sentido de la revolución porque la reduce, la personaliza. Hoy, considerando su salud, estoy más convencido que nunca de que, por el bien del país y del suyo propio, no debe ser candidato. Sé de muy buena fuente informativa que Fidel (al contrario de lo que piensan los enemigos) va a tratar de convencerlo (como lo hizo el 11 de abril de 2002) de que no se inmole. Fidel, quien decidió retirarse apurado por su estado de salud, debe estar persuadido de que mientras más tarde llegue ese relevo más traumático será. ¿El sucesor de Chávez? Fidel, como su amigo más cercano está en su derecho de hablarle de quién puede ser el más adecuado. ¿Cuál es el prurito? ¿O es que acaso, en el pasado, Rómulo no recibió consejos de Muñoz Marín, o Caldera no llegó a escuchar a Eduardo Frei? Tengo entendido que Fidel ve con buenos ojos a Nicolás Maduro para relevar a Chávez. Pase lo que pase, Chávez no debe exponerse a una derrota y menos a estar a expensas de una recaída que bajo la manga del chaleco le guarde el destino. La mañana del 4F sabía que CAP estaba dispuesto a bombardear el museo militar sin importarle el costo de exponer a los bloques del 23 de Enero en ese ataque, por eso se rindió. Hoy debe tener en cuenta que el declive de su salud en plena actividad política puede llevarnos a la reedición de un Gaitanazo de impredecibles consecuencias. Sea quien sea su relevo, Maduro, su hija, quien sea, debe tomar una decisión y asumir con hidalguía y entereza que no será candidato....

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