“… Oye, oh señor, una causa justa, está atento a mi clamor. De tu presencia proceda mi vindicación; vean tus ojos la rectitud. Tú has probado mi corazón, me has inspeccionado de noche. Me has puesto a prueba y nada inocuo hallaste. He resuelto que mi boca no ha de propagarse, yo me he guardado de las sendas de los vientos. Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias. Tú que salvas a los que se refugian a tú diestra, de los que se levantan contra ellos. Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas, de la vista de los malos que me oprimen. Levántate. OH SEÑOR; Sal a su encuentro, póstrales; libra mi alma de los malos con su espada. En cuanto a mí, veré tú rostro en justicia; Al despertar, me saciare de tú semblante… Salmo 17 - Fin de la Cita -.
Hace tiempo, en una noche custodiada por las estrellas y la luna, tuve un sueño, que es y ha sido mi sueño desde que llegue a la vida. Cerré mis ojos tan profundamente que sentí que tocaba el mar y volé a las alturas del tiempo, del infinito. Tal vez, seré algo vanidoso, algo terco, algo necio o simplemente seré lo que mi madre siempre me ha dicho que he sido, un – enfant terrible -, un soñador de la vida. Permítanme mis estimados amigos, agarrar el morral de los recuerdos y contárselos…
No es el sueño de Mahatma Gandhi o de Martin Luther King, es simplemente mi sueño, sencillo, honesto y de corazón abierto. Soñé en un país, en una linda esposa, en unos hijos a quien adorar y amar con toda la fuerza de mi alma; en un futuro, un futuro prometedor a donde ver germinar la semilla de la vida, del progreso, de valores y principios, del desarrollo, de las ciencias, de la tecnología y de la intelectualidad. Si amigo o amiga, soñé en una Venezuela, a donde los venezolanos unidos pudiéramos caminar por las calles, y disfrutar de nuestras plazas, de nuestros teatros, de nuestro cine, de nuestra música, de nuestra cultura. Donde el factor dinero, aunque reconozco es indispensable, no sea óbice ni límite para brindarle un helado a la novia que adoramos, o para regalarle un juguete al niño del barrio. Para ir a la escuela, a las universidades, a las academias de artes, donde veamos practicando ballet a una niña de escasos recursos con apoyo del Gobierno, donde observamos a los niños especiales en planes y programas que coadyuven a su integración a nuestra sociedad. Donde no exista infancia abandonada y se penalice fuertemente su abandono; pero también se fortalezca la familia en todos sus ámbitos, valores, principios, trabajo, vivienda, seguridad y asistencia social. Y donde un día, abra un periódico y la noticia más trágica que tengamos, sea el mal gusto en su vestir de un artista o la crónica de una canción desafinada.
Se imaginan ustedes, por momentos que maravilloso sería tener el valor de decir la verdad y que más nunca los políticos ni sus partidos nos dijeran una mentira, si no por el contrario, tuviéramos políticos que consolidaran las instituciones del Estado con sus acciones, que amaran el suelo patrio y pensaran primero en las futuras generaciones que en sus intereses?, se lo imaginan?. Que tuvieran la gallardía de unirse para enfrentar el destino común de la Patria. Que pudiéramos ver a un político de la vieja guardia, anunciar al país que después de 30 años en la arena política, se retira y le abre los brazos al futuro, y que nos presente un muchacho joven, con fuerza, con ideales de vida, que nos dé la esperanza de empuñar la bandera del futuro, con visión, con entendimiento, escuchando a todos los factores a favor y en contra, y que nos presente un proyecto de vida, digno, donde las personas puedan soñar con un país donde los traten como seres humanos. Donde se presenten planes y proyectos para la infraestructura del país, carreteras, vías, embalses, agua, luz, escuelas, mercados, viviendas, campo, etc. Y no nos hablen de tanques, de fusiles, de imperios siniestros ni de muerte para la nación.
A cuál Venezuela apostaría usted? Soñé con una sociedad de paz, de entendimiento, a donde todos nos sentáramos en una mesa como buenos hijos, el pobre, el rico, el medio rico, el honesto, el truhan y hasta el villano. Y que creáramos, inventáramos una apuesta verdadera donde niños, jóvenes y adultos tuvieran sus expectativas de vida cubiertas.
Soñé con un país, con cárceles dignas y donde nos constituyéramos en Defensores de Los Derechos Humanos, donde no existiera hacinamiento, a donde se respete el dolor de la madre, de la hija, de la esposa, de la concubina, y no las traten como meretrices, ni las rasqueteen ni les rompan sus cuatro cositas que traen para el preso. Donde la justicia brillara como las siete estrellas de la bandera, y su crisol y su emblema fuera la moral y la verdad.
Tal vez amigo(a) lector(a), pudiéramos soñar algún día en una verdadera Democracia, con una verdadera paz para nuestro pueblo y no hablar de ejércitos, porque como dijo el Presidente Oscar Arias en una misiva pública al Presidente Pepe Mujica, “ … los ejércitos son enemigos del desarrollo, enemigos de la paz, enemigos de la libertad y enemigos de la alegría… los ejércitos son una trampa permanente para la Democracia, En gran parte del mundo, y sobre todo en América Latina, las fuerzas armadas han sido la fuente de la más ingrata memoria colectiva. Fue la bota militar la que pisoteó los derechos humanos en nuestra región. Fue la voz del general la que pronunció las más cruentas órdenes de captura contra estudiantes y artistas. Fue la mano del soldado la que disparó en la espalda del pueblo inocente. En el mejor de los escenarios, los ejércitos latinoamericanos han significado un gasto prohibitivo para nuestras economías. Y en el peor, han significado una trampa permanente para nuestras democracias…” - Fin de la Cita -.
Pero nuestra realidad, no es tan simple como la de Costa Rica o Uruguay, si no por lo contrario es un entorno bastante complejo y en algunos momentos de nuestra historia republicana, bastante negra. Soñé no con una Guardia Pretoriana que le guardaba la espalda a cualquier tirano de poca monta, sino con un Ejercito, con un verdadero Ejercito conciente de su deber patrio, con hombres de honor, con principios, con fuerza en sus almas y brillo en sus ojos. No con un ejército cuya operatividad y acción militar se remitiera a situaciones tan fútiles y tan pusilánimes como vender papa, leche, ocumo, pulpa negra, plátanos, etc. Sino con hombres uniformados, que oraban a Dios en sus riesgos de profesión, que enaltecían a sus componentes, a sus insignias y estandartes, a su fuerza, a su país. Que mantenían el monopolio del uso de las armas y defendían la independencia de la Nación, con el humo de sus cañones, que más que ser leales a su Comandante En Jefe, eran leales a la Constitución, a la Ley, y sobre todo a su pueblo, que protegían ante las amenazas internas o externa; y que anhelaban eso que los hombres banalmente llamamos “Gloria”. Eran soldados que no salían a las calles a reprimir, ni agolpear, ni amenazar con sus armas en un desfile militar a la población. Que no se comportaban como carceleros ad hoc de un país, ni se vanagloriaban con actos tan heroicos, como sacar a familias, mujeres, niños y ancianos de sus casas de noche, que no manchaban sus manos ni sus armas, con la sangre de jóvenes estudiantes y de artistas, ni se regocijaban arrastrando por las calles, a mujeres indefensas o la intelectualidad de un pais. Porque su respeto, su honor y la lealtad a su uniforme estaban por encima de todo, porque comprendían que no había ni existía goce en atacar a seres inocentes, cuyas únicas armas eran una bandera y sus propias conciencias. Eran hombres, que en el brillo de sus armas y en el porte marcial, no se paraban firmes ni se entregaban a fueros externos, ni olvidaban su razón de ser, sus ideales, sus doctrinas, porque su único orgullo era la dignidad y la soberanía de una Nación. Porque comprendían como dijo el Padre de la patria hace 200 años, que " Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno; es el defensor de la libertad".
Al despertar y volver en sí, quede reflexionando y medite profundamente todo cuanto había vivido en ese sueño. Lamentablemente para mí y para Uds. la felicidad no podría ser tanta, quede suspendido en el tiempo, pero medite en la frase de Wiston Churchil “Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”. No trato de venir a dar clases de moral a nadie, ni menos pretendo arengar sobre la buena moral y la costumbre. Pero quizás, con este sueño pueda reflexionar, hacia donde estamos conduciendo el país. Que es lo que verdaderamente queremos, que clase de sociedad aspira usted para el futuro de su hijo, de su Nación?
Si Ud. me pregunta a mí, le responderé con mi frase favorita de Víctor Hugo - no es el de Sabaneta - “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”. Sí, amiga, amigo, ésta es la oportunidad de creer en Ud. mismo, de apostar a su hijo, de apostar al futuro, de apostar a un sueño. De romper con las viejas estructuras enquistadas en el poder y clanes del pasado que tanto han entregado y siguen entregando a él país, y de brindar apoyo a la nueva generación que le dará la frescura de abril a un país, que merece tener todos los sueños, todas las esperanza en un mundo mejor. Lo invito a Ud. a ser valiente; no me refiero al valiente que se monta en un caballo y persigue a los ladrones. No a ser valiente con su inteligencia, con su voto. Que como dijo el Dr. Jorge Olavarría “ … La valentía que vale en el mundo en el siglo 21, no es la valentía del asaltante temerario. Es la valentía del saber, la valentía del trabajo, la valentía del dominio de una tecnología, que ha cambiado a el mundo en los últimos años, más que todos los cambios del milenio que concluye, y que va a cambiar la dinámica política de las sociedades humanas, a extremos que la imaginación no alcanza a imaginar. Ese debe ser la valentía de los venezolanos que tiene que ser valientes en el siglo 21. Para ello, para los venezolanos de mañana, los venezolanos de hoy y ahora, que tenemos alguna responsabilidad…” - Fin de la Cita –
No le estoy pidiendo a Ud. que salga con un martillo a derrumbar cuanto fierro político oxidado vea en la tv o en la calle. Pero que si sepa distinguir y comprender, que ellos no se irán solos, si Ud. no les regala un boleto de ida sin retorno el 26 de Septiembre. Lamentablemente, esas estructuras no comprenden que Ud., que Juan, que Pedro o María han cambiado. Que ya la doctrina del partidismo y el leninismo democrático, se murió; y mientras ellos siguen manejando a jóvenes figuras ya moldeados a su imagen y semejanza, que hasta motes tienen en el mundo político, para que aparezcan ante los venezolanos como fieles defensores de la democracia. Se frotan las manos, cada vez que conducen a un OSWALDO ALVAREZ PAZ a la cárcel. Pregúntense, porque motivo no salen a las calles a manifestar ni reclamar la liberación de los procesados, a caso se borro de la Constitución el derecho a manifestar o es que le tienen también miedo de ver el pueblo en la calle? Esto es el siglo 21, el siglo del conocimiento, de la tecnología, de la modernidad y el desarrollo.
No me extrañaría ver a ninguno de estos señores, abrazados de la mano con un comando de guerrilla comunicacional, porque a la final lo que se juegan es su futuro político. Y si Ud., no está preparado para Democráticamente defender su voto, y no un comprobante de votación que seguramente impondrán para esa fecha. Le aseguro, que seremos más rojo rojito que la sangre y menos azul o amarillo que nuestra bandera. Y esos señores, que queden elegidos, sin importar que sean 5 o sean 29 diputados, saldrán por tv diciéndoles que el show termino, y se frotaran las manos mientras piensan en su cheque de quincena o mensual, que le vendrán de la caja administrativa de la Asamblea Nacional.
Investigue, converse, y vea, como estos señores no han hecho nada para defenderlo a Ud. y menos a esta patria, averigüe, consulte con organizaciones imparciales como ESDATA, SUMATE, y otras organizaciones imparciales que conocen y tienen alta credibilidad en materia electoral. Entenderá, que el CNE está formado por miembros afectos al gobierno, que la REP no está limpia, que las migraciones están a la orden del día, que la LOPE establece un sistema dual que viola la constitución y altera notablemente los resultados finales de la elección; que cada vez que Ud. oiga a un connotado miembro de la oposición venezolana hablar de las listas cerradas, comprenda que esas listas quedaron constitucionalmente abolidas, el día que entro en vigencia la nueva Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, pues claramente señala que el voto es universal, directo, nominal (nombre y apellido del candidato) y proporcional. Pregúntense, porque no dicen nada de esto.
Yo, he decidido no quedarme con los brazos cruzados, para contemplar como el paisaje venezolano, se convierte en una especie de sainete tropicalizado. Yo lo invito a Ud. a que reflexione con la fuerza del alma y la conciencia, que exija que las cosas la hagan como establecen la Constitución y la ley. Lo que nos jugamos es la patria, y la libertad está escrita con la sangre de patriotas, nunca lo olvide. No existe peor aventura que un sueño sin realizar.
Soy un soñador por excelencia, un creador a imagen y semejanza de Dios, un poeta de lo bello y hermoso, un hombre con sueños y esperanza como Ud. Pero ante todo soy un venezolano, un patriota. Aposentado en un árbol imaginario, leo el siguiente poema de William Ernest Henley:
Desde la noche que sobre mi se cierne,
Negra como su insondable abismo,
Agradezco a los dioses si existen,
Por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancia,
Ni me he lamentado ni he gritado.
Bajo los golpes del destino,
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas,
Donde yace el horror de la sombra,
La amenaza de los años,
Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.
Correo Electronico: yosoyvenezuela39@gmail.com
Twitter: @lamzelok
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