Al verlo súbitamente paralizado ante el insondable misterio de la muerte, un habitante de los vecindarios del infierno que se cree reencarnación tropical de Zaratustra, puso en las manos de nuestro atribulado y confundido teniente coronel un libro de Federico Nietzsche, “Así Hablaba Zaratustra”. Símbolo del profetismo vitalista, del himno a la vida eterna, pero sobre todo al mito del superhombre, el Übermensch. El mismo que encarnara en Hitler y en todas sus excrecencias nazional socialistas, desde Sadam o Gadaffi a Pinochet y Alberto Fujimori y desde Fidel Castro – nuestro Zaratustra habanero – a Abimael Guzmán.
NOTICIA COMPLETA: Luis Fernández Moyano ND/ El triunfal retorno de Acción Democrática
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