El hecho que rebasó la situación habría sido que el 20 de abril, cuando las muchachas, en compañía de sus dos hermanos, ya iban de salida de la visita, “en la puerta de salida del área de reclusión, un funcionario, bajo amenazas y coacción, pretendió obligarlos para que se despojaran de sus ropas y consentir una requisa desnudas”, expresa Baduel.
Los muchachos manifestaron su rechazo ante esto, pues ya habían sido sometidos al escrutinio “normal” y minucioso cuando llegaron.
“Mis hijas se opusieron a consentir tal atropello y se negaron a desnudarse, por ser un hecho ilegal, injustificado, cruel, degradante y de trato humillante; en segundo lugar, por lo ilógico de tal requisa, ya que no venían para ingresar al penal sino saliendo del área de reclusión y en tercer lugar, puesto que en ninguna oportunidad anterior durante más de dos años en que han venido a verme, se había llegado a tan descarada exigencia”, dice Baduel. En aquel momento, los oficiales argumentaron que estaban cumpliendo “órdenes superiores”.
No lo pueden visitar. Pero el incidente no quedó allí, según sigue narrando Baduel, pues la negativa de las jóvenes trajo consecuencias.
“Uno de los funcionarios que operaba un equipo de radio, hizo una llamada y luego de esa conversación, le comunicó a mis hijas que por no haberse desnudado para ser requisadas, por negarse a cumplir con la orden, a partir de ese momento ‘por ordenes del nuevo director del penal Coronel Carlos Yánez Figueredo, se le prohibían indefinidamente las visitas’”.
La siguiente vez que vinieron a verlo, no las dejaron entrar. “Sólo le dieron acceso a mi abogado”. Luego de que se les informara la medida, ha sido imposible comunicarse con el director para tratar el caso, añade.
“¿Cómo es que, a despecho de que en la cárcel militar de Ramo Verde se dispone de todo un compendio de adelantos tecnológicos en materia de seguridad, tales como cámaras de video y de escucha; detectores de metales electrónicos, manuales y fijos; además de las indeseables e inevitables prácticas de requisas de las personas que ingresan al edificio del penal, al grado que, los que me visitan son obligados a “posar” para ser fotografiados”, y que ahora les ordenen que, al salir, deben desnudarse?, se pregunta Baduel.
“El derecho a las visitas es un inalienable “Derecho Humano”, amparado y protegido por la Legislación Internacional, siendo así que sus disposiciones, son de cumplimiento obligatorio, para mi, para mis parientes y amigos y por supuesto para todos los funcionarios, en toda la escala jerárquica a que se contrae la organización militar.
A la par se ampara en el Código Penal y la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que configura una “extralimitación a las disposiciones del Reglamento Interno de los Departamento de Procesados Militares”. Baduel pide que se aclare la situación.
Fuente: Quinto dia
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