A propósito de la referencia que Chávez hizo de mi persona en el pasado Aló Presidente. Antes de tocar el tema, debo expresar que nunca en estos 10 años me he sentido perseguido de Hugo Chávez. No encuentro motivos para considerarme así ahora; por lo tanto, aunque saludo la iniciativa de algunos de mis colegas alertándome acerca de un probable acoso, les repito que, para mí, que venga del propio Chávez me resulta impensable. Ambos tenemos diferencias políticas discutibles y moldes distintos; sin embargo, ello no implica que no exista un sentimiento de respeto, del uno por el otro. Puede que en medio del fragor de la verborrea se digan cosas un tanto fuera de tono, pero de ahí a suponer que Chávez ordenaría que se me detenga inventando cualquier excusa, no es verdad. Nunca he puesto en duda la capacidad comunicacional del hoy jefe del Estado; por el contrario, sin pisar el terreno de las lisonjas, considero que es uno de los vendedores de ilusiones (sin sentido peyorativo) que mejor ha utilizado la televisión. Ahora, cuando hace críticas, Chávez tiene una ventaja, se paga y se da el vuelto; cuestiona sin que el aludido tenga la oportunidad de refutarlo en su mismo espacio. A mí, a Miguel Salazar, no me queda otro camino que responder a través del semanario más leído de los viernes, y aún así Chávez me sigue llevando la delantera. Otro gallo cantaría si me permitiera refutarle sus apreciaciones en su propio programa, o que aceptara una entrevista para Las Verdades de Miguel. Puede Chávez dar por sentado que no me alienta la revancha. Por ahora, debo insistir y me asiste la razón que jamás me he metido con los hijos de nadie ni lo voy a hacer. Aun cuando quienes no me toleran han dicho cualquier barbaridad sobre mi persona, arrastrando con ello incluso a mi familia. Creo que cuando me referí a una de las hijas de Chávez como potencial candidata presidencial (siempre y cuando su padre decline) para las elecciones de 2012, lo hice basado primeramente en su condición de ciudadana venezolana que reúne los requisitos exigidos constitucionalmente para aspirar a la primera magistratura. Chávez aseguró que mi apreciación tiene un carácter intencional y me instó a no especular. Lo que el amigo pasa por alto es que en el periodismo interpretativo la especulación estará siempre presente y que ella se dilucida cuando se demuestra la hipótesis planteada. ¿Hubo una intencionalidad en mi pasado comentario?, ciertamente sí. El propósito (sin menoscabo de su apreciación) es que él necesita refrescarse por cuanto, de acuerdo a mis deducciones, no le conviene presentarse a las elecciones de 2012, aun cuando tenga todas las posibilidades de ganarlas. A Chávez le conviene abandonar nominalmente el panorama político venezolano y dejar que sean otros identificados con su tendencia quienes conduzcan la república en el período 2013-2018. El espacio real lo tiene asegurado por muchos años, pase lo que pase, inclusive con la oposición en el Gobierno, por ello, continuar agotándose en el poder, es una insensatez porque coloca en peligro la vigencia del proceso político actual. He allí la intencionalidad de mi comentario. Chávez debe resguardarse. Que no olvide que tanto en el mundo militar como en el político, casi no se advierte la frontera entre la lealtad y la traición. Quienes parafraseándolo usan a diestra y siniestra el calificativo de traidor son los primeros sospechosos. Son las viudas negras de las telarañas. Nadie que difiera de los conductores del proceso revolucionario puede ser etiquetado de traidor. Chávez debe dudar de aquellos que se presentan como leales, acatando sin chistar sus líneas. Mi Comentario de la Semana (edición 297) debe leerse entre líneas. La mención de María Gabriela Chávez no es la base de esa crónica; ella puede ser candidata como lo puede ser todo venezolano apto para el ejercicio de Gobierno. El sentido real es que hay desgaste del proceso y muy acelerado. Chávez no lo advierte porque está muy ocupado de cosas casi triviales. Chávez necesita poner sus pensamientos en orden. El calificativo de traidor es sólo cuestión de criterios; por ejemplo, ¿por qué llamar traidor a Páez porque se opuso a la Gran Colombia, en función de la soberanía venezolana y no llamar traidor a Bolívar por haber pretendido entregar a Venezuela a los caprichos de Bogotá? ¿Es o no cuestión de criterios? ¿Acaso CAP no tildó a Chávez de traidor por haberse levantado el 4F, pasando por encima de su juramento de servir a la democracia representativa?; sin embargo, hoy Chávez es un patriota y CAP un mercenario al servicio de los intereses de Washington. Ayer CAP era amado por las masas mientras sus subalternos (no olviden que CAP fue comandante en jefe) conspiraban a la sombra. Hoy Chávez es un prócer de la revolución mientras CAP espera la muerte en su exilio de Miami. Chávez gobierna ahora y los enemigos que engendra el poder, esos, los verdaderos tejedores de la traición, se multiplican a la luz de la soberbia y la avaricia palaciega. Si Chávez no lo advierte terminará prisionero en esa madeja. ¿Conjeturo? ¿Escribo con intencionalidad? A este cronista le cuesta admitirlo, pero, así como entre las arañas hay una “viuda negra” que va llevando su presa al matadero, en el poder actual esas “viudas negras” aguardan pacientemente mientras preparan sus cordeles elásticos. ¿Conjeturé acaso cuando develé los intríngulis del chavismo sin Chávez? Mis lectores saben que no miento. Ya vendrán las viudas negras a destilar su veneno con la mayor lenidad, porque ahora la política es una excusa para justificar la traición y perseguir a quienes no compartan los criterios del poder acusándolos de traidores. Chávez debe cuidarse porque a su lado pululan los traidores con encanto personal.
ÚLTIMA HORA. Ante la eminencia de los cambios en el tren ministerial hay un grupo que se moviliza para mantener el próspero sector de las telecomunicaciones. Ese clan quiere como ministro al actual presidente de Cantv. Se da por segura la salida de Ricardo Menéndez. Entretanto, entre gallos y medianoche se amarra el contrato del monopolio de la base de datos de Cantv a Oracle de Venezuela. El contrato es por 160 millones de dólares.
DESCOMPOSICIÓN. Un informe acerca del caso de los alimentos descompuestos en contenedores detectados en Puerto Cabello, indica la existencia de una mafia de alimentos que ha extendido sus tentáculos al interior de los organismos públicos dedicados a la distribución y mercadeo masivo de alimentos. Corrupción y tráfico de influencias. Señalan principalmente a Pdval y salen a relucir los apellidos Manzano y Pulido. Se menciona a Pdvsa Service Houston y a Bariven. Sobresalen las compras de productos con sobreprecios por más de 70 millones de dólares. También se escucha el apellido Madail. Los alimentos fueron adquiridos en Portugal y Brasil. Compras directas. Ignoraron los procesos de licitación.
GATO. El descabezamiento de la banca emergente provocó una diáspora de banqueros; una buena parte de ellos huyo hacia Miami llevándose consigo lo que pudieron. Otros apenas si alcanzaron a cepillarse los dientes y corrieron sigilosos como los gatos. Pero hubo un banquero a quien el yate ha debido alcanzarle para muchas cosas. Se trata de Álvaro Gorrín, el dueño del Banco Canarias quien, a pesar de haberlo cedido en venta a Ricardo Fernández, a la luz de las investigaciones aparece como el principal responsable de la quiebra del Banco Canarias. ¿Ricardo Fernández fue estafado? El boquete que le dejó Gorrín es de un diámetro inmenso. Entiéndase como boquete el déficit del banco. En tal sentido, todo indica que en las próximas horas, junto a Pedro Torres Ciliberto, Álvaro Gorrín será el prófugo más apetecido por Interpol. ¿Extraditado o no? Ahora el panadero devenido en banquero se mueve discretamente en el estado de Florida.
PENDRIVE. Apenas comenzando el mes de diciembre de 2009, con la crisis de los bancos emergentes en ebullición, la abogada mercantil Caribay Camacho De Castro fue detenida por efectivos del Sebin. Su apresamiento ocurrió en el aeropuerto de Maiquetía. La abogada fue acusada de estar comprometida en las actividades del empresario Ricardo Fernández y el Banco Canarias. Lo cierto del caso es que Caribay Camacho es hija de José Gregorio Camacho, empleado de Fernández. Ese nexo parece condenarla a permanecer detenida por un tiempo indeterminado. Aparentemente, la libertad de Caribay le quita el sueño a más de uno de los políticos y funcionarios que le reclamaron comisiones a Ricardo Fernández. En el medio judicial es conocida como la abogada pendrive (por la información que maneja).
ÉPOCA. Llega a mis manos el libro Sangre, locura y fantasía, la guerrilla de los 60, cuyo autor es Antonio García Ponce. Se trata de un recuento descarnado de ese pasaje de nuestra historia contemporánea. Las verdades ocultas de la lucha armada en Venezuela. La desmitificación de héroes y heroínas. Por ejemplo, García Ponce alega que Livia Gouverneur no fue asesinada sino que se dio un tiro o fue alcanzada accidentalmente por una bala disparada por sus propios compañeros. En fin, se trata de una obra necesaria para el debate político actual.
http://www.lasverdadesdemiguel.net/noticias.asp?co_clasif=8
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