Hugo Chávez ha perdido el poco sentido común que le quedaba. De tanto montar trampas, de jugar al disimulo y de apelar a la mentira para autoengañarse y engañar a terceros, no se ha dado cuenta de las trampas tendidas a su alrededor. Especialmente en materia internacional, cada día más aislado y sometido a múltiples chantajes que le cuestan mucho dinero a la nación, a cambio de silencio cómplice ante acciones concretas propias de su audacia temeraria. ¿Qué le quedó a Venezuela de la reciente gira por los países del Sur? Nada distinto a burlas y menosprecio por parte de los sectores más responsables de los países visitados.
Por cierto, la gira fue inconclusa. Hay expectativa vigilante con relación a la suspendida entrevista Santos-Chávez en Cartagena, Colombia. El cuento de la falla mecánica del avión para suspender la cita cuidadosamente preparada no se lo traga nadie. El problema está en que esas relaciones tienen varias “papas calientes” que mantienen alerta la atención especializada y de la opinión pública en general, de ambas naciones. Temas siempre pendientes como lo relativo al terrorismo, al narcotráfico, a la corrupción, a la seguridad fronteriza, a la vigencia plena de los derechos humanos, al comercio binacional y el cumplimiento de los compromisos adquiridos. En Venezuela hay una especial, con relación a la problemática del Golfo, manejada de manera no muy clara por nuestro gobierno y con bajo perfil del lado colombiano. El espinoso caso de la extradición de Walid Mackled, sea cual sea la decisión que tome el presidente colombiano, lo afectará seriamente nacional e internacionalmente. Colocará en manos de Estados Unidos y de Venezuela la enorme responsabilidad de profundizar las tan graves como escandalosas revelaciones del extraditado. Ya veremos. Los acontecimientos están en pleno desarrollo.
El hecho cierto es que Venezuela está siendo destruida por la amoralidad y mediocridad del régimen. En el entorno presidencial presienten con pavor el juicio que seguirá a esta izquierda estéril e inmoral, protagonista del más terrible fracaso de que tenga memoria el continente americano. Estos gobernantes, en relativo poco tiempo, empantanaron toda la vida pública y redujeron a su más mínima expresión a la privada, desprestigiaron a la izquierda decente y democrática, decepcionaron a los más pobres y tienen al país en hilachas.
Pero no puede ser que para algunos lo correcto, lo moral, lo democrático, lo progresista sea hacerle el juego a las tácticas dilatorias del chavismo. Venezuela necesita un liderazgo claro en sus objetivos y en la calle para enfrentar la tiranía en todos los terrenos. Definir la candidatura presidencial no admite más demoras. Las primarias deben ser lo antes posible. Y un emplazamiento serio y definitivo al Consejo Nacional Electoral con las exigencias mínimas es indispensable. Todos sabemos que el CNE es el instrumento por excelencia para garantizar la reelección indefinida del señor.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 4 de abril de 2011
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