Actualizado Miércoles , 17-03-10 a las 19 : 33
Dos guerras y una eterna confrontación con Irán marcan la política exterior de EE.UU. en la era Obama, a lo que hay que sumar las constantes salidas de tono de su irritante vecino del sur, el presidente venezolano Hugo Chávez. Hasta ahora Chávez no era más que eso para Washington: un deslenguado mandatario que insulta a EE.UU. desde Caracas, Moscú o Teherán, y hasta desde el atril de la Asamblea General de la ONU.
De momento sus comentarios no suponen ninguna amenaza. Pero hay voces en EE.UU. que alertan sobre la "cubanización" venezolana y sobre una posible "revolución socialista" en América Latina.
Chávez, recuerda "The Christian Science Monitor" en un artículo publicado este martes, ha estado importando asesores de Cuba "hasta llegar a los 30.000" cubanos que hoy trabajan Venezuela, "muchos de ellos procedentes de los servicios secretos, los cuerpos de seguridad y personal médico".
El último movimiento en esta "cubanización" es el nombramiento del vicepresidente de Raúl Castro, Ramiro Valdés, como asesor clave en Venezuela. Un pesonaje cuya presencia en la política chavista preocupa, y mucho, a la oposición. Valdés, que es también ministro de comunicación y el tercer hombre más poderoso en la jerarquía del régimen castrista, viajó en febrero a Caracas para lidiar con la crisis eléctrica.
Además de sus relaciones con la isla, Chávez sella acuerdos con todos los enemigos tradicionales de Washington. A Rusia le ha comprado armas (2.000 millones de dólares se ha gastado el venezolano en Moscú). China adquiere más de 330.000 barriles de petróleo diariamente de Venezuela y ha firmado un acuerdo de inversión para aumentar el intercambio, además de venderle a Caracas un satélite de comunicaciones por 400 millones de dólares.
Y claro, están también su "hermano" Fidel Castro y su gran aliado Irán, que tanto irrita a la Casa Blanca. Caracas y Teherán comparten acuerdos de infraestructura, energía y manufactura. Chávez ha visitado varias veces la capital iraní, anunciando cooperación con la república islámica frente al "imperialismo yanqui" y apoyando el programa nuclear de Ahmadineyad.
"Su gobierno se ha vuelto cada vez más autoritario", dice el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que destaca cómo Chávez está acabando con la independencia judicial, intimida a la oposición, encarcela a los manifestantes y criminaliza a los grupos de derechos humanos.
La investigación del juez español Eloy Velasco, que acusa a su gobierno de colaborar con ETA y las FARC, es la última fricción del suramericano con un Ejecutivo occidental.
En cuanto a Cuba, que depende del petróleo venezolano para funcionar, no querría ver a Chávez fuera del Palacio de Miraflores, sobre todo teniendo -como tiene- tantos problemas internos (los disidentes aseguran que el Ejército ya está avisado: Fidel no sobrevivirá a este año).
http://www.abc.es/20100317/internacional-iberoamerica/cubanosenvenezuela-201003171301.html
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