CORRE AHORA GAFA
En la mentira preciosa de las cosas que te encuentras en una noche cual sea, con lluvia, calor, en las malas horas del candil que desea el permanecer por siempre encendido ante el altar divino del amor raudo veloz de la armonía, circunstancia que consta en la vida del loco pensador que dice poco y piensa mucho, y en peor escala como escribe, queriendo hacer de todo una gracia o un chiste pero no se quien pero fue dicho: Hacer Humor es Cosa Seria. Es reír igual a como lloras, sin que el sufrimiento te devore, en la salud que la ves como traidora, en el dolor que te duele en momentos dulces y en las auroras, cierta vez oía decir a una niña adiós, adiós y seguía repitiendo adiós cuando en verdad comenzaba a vivir sabiendo que ese comienzo que bien podía haber sido en lugar de comienzo el final, adiós de las vivencias juveniles, juramentos y decepciones cuantas veras ríe gafa me provocó decirle, no hay un dolor más profundo que aquel que a un hombre hizo Dios en Galilea, y sin embargo. Para que si un vago amor que logró arrancarte varios besos, mil caricias y partió te engaño solo se fue y él al igual que la vida sigue, serán páginas los hombres, serán hombres las páginas, es el deseo en la etapa nueva de los amores juveniles, por que se es viejo cuando eres viejo-simplemente así- de manera que al encontrar al niño que hace su tarea sin levantar la cara para ver lo que a su alrededor sucede, prematuramente es viejo, ya no hay gallinas de aquellas pica-tierra que se criaban en los corrales y que muchas veces fueron descanso y aliviadero del sexo en los muchachos de entonces, siendo que eran revistas y ellos eran niños, y los niños también fueron revistas acuérdate de las páginas y entenderás la felicidad que te encuentras en una mentira preciosa en una noche cualquiera con lluvias
calurosas en el medio del llano o de ese campo de siembras que en sus esteros encierra la felicidad de la pica-tierra, sin harinas ni alimentos artificiales, eso recuerda a lo de las páginas y revistas, en una noche lluviosa esas de truenos y rayos donde el espectáculo acaba y se oscurece la escena, apagaron las luces era de noche y la lluvia copiosa, no alcanzaba para las hojas, páginas y revistas, para callar aquellos amores y no tenían otro final que no fuese el rincón y que terminarías en la calle sola, mal vista y con ganas de morir, ahora no rías gafa, corre y comienza lejos con lo acumulado entiendes que el que ahora llegue sea el nuevo deseo de ganar salud y plenitud con imaginación sin dolor y pidiendo a ese que el dolor hizo un Dios en Galilea reacciona y corre gafa, corre
RAUL A POVEDA SOTILLO
Miércoles, 24 de noviembre de 2004 9:56:18P.M.
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