Los opositores de Hugo Chávez a menudo se lamentaba de su habilidad de encubrir el autoritarismo en el exterior con las formas democráticas. Así que tal vez deberían estar agradecidos de que el presidente venezolano, cada vez abandona tal pretensión. El 23 de enero, fecha en que el país conmemora el levantamiento de 1958, en el que derrocó al último dictador militar, los operadores de televisión por cable, sacaron a RCTV, un canal de la pro-oposición. Este fue lo último en una serie de medidas recientes, que han puesto el régimen elegido de Chávez a un paso de la dictadura.
Hace tres años la licencia de emisión de RCTV no se renovó, limitándola al cable. Ahora el gobierno ha declarado que, a pesar de ser un canal de cable, (y muchos otros canales) debe obedecer a una ley de radiodifusión que exige, entre otras cosas, transmitir largos discursos del presidente en vivo, cada vez que le da la gana. La urgencia se apoderó de él casi de inmediato, en un mitin político. RCTV, se negó a transmitirlo para él, sellando su destino.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (parte de la Organización de Estados Americanos) se quejó de que RCTV y los otros canales han sido sancionados sin el debido proceso, y pidió que sus derechos sean restaurados. La respuesta del régimen, que reiteradamente ha despreciado el organismo regional, fue burlarse.
Los venezolanos deben a votar por un nuevo Parlamento en septiembre. El año pasado Chávez ganó un referéndum que había llamado a suprimir los límites de plazos de reelección para los presidentes y otros altos funcionarios electos. Ahora, las encuestas de opinión muestran niveles sin precedentes de descontento por la delincuencia, la inflación y el poder y la escasez de agua. No hubo grandes protestas contra el gobierno de Caracas, la capital, después de que RCTV se apaga, que fueron contrarrestadas por la más modesta indiferencia del gobierno.
Estos problemas, y el descontento resultante, se pueden intensificar en los próximos meses. Incluso indudable el carisma del presidente no ha quedado inmune. En una encuesta reciente el 66% dijo que no quería que el presidente, continuara en el cargo pese a que su actual termina en tres años.
Si las elecciones de septiembre se llevaron a cabo de acuerdo con la Constitución, que establece la representación proporcional, Chávez seguramente perdería su mayoría parlamentaria. Pero una nueva ley electoral permite que el grupo más grande barra el tablero. El gobierno dominando la autoridad electoral, volvio a trazar los límites de las circunscripciones este mes, con el finde reducir al mínimo el efecto de las ganancias de la oposición potencial. El cierre de RCTV, una de las principales salidas para las voces anti-Chávez, parece seguir la misma lógica.
En su discurso anual ante el Parlamento, a principios de este mes, el presidente anunció (para sorpresa de nadie), que ahora era un marxista. Ya no se habla mucho-a la separación de poderes, que en la práctica desapareció hace tiempo. El jefe de la Corte Suprema de Justicia, Luisa Estella Morales, dijo el mes pasado que estas sutilezas simplemente que tal separación buscaba "debilitar el Estado". Un destacado miembro del gobernante Partido Socialista Unido, Aristóbulo Istúriz, pidió el desmantelamiento de los gobiernos locales, que el Sr. Chávez quiere sustituir por comunas.
Los derechos de propiedad y la existencia de la empresa privada son garantizada por la Constitución de 1999. Pero el presidente dice ahora que la empresa privada es la raíz de todo mal. Insistiendo en que la reciente devaluación de la moneda no era excusa para las subidas de precios, Chávez había ordenado al Indepabis cerrar cientos de tiendas de "especulación". Le ordeno al Parlamento modificar la ley sobre expropiaciones y se apoderaron de una cadena de supermercados controlada por los franceses para añadir un conglomerado minorista del gobierno nuevo, Comerso.
Los partidos de oposición, discutiendo sobre la "unidad" candidatos para el Parlamento, están mal preparados para hacer frente a esta embestida. Pero hay señales de tensión dentro del propio régimen. El 25 de enero el vicepresidente, Ramón Carrizales, renunció, junto con su esposa, ministra del medio ambiente. Él citó razones personales, pero que un aliado cercano, el ministro de la banca pública, también dejara su cargo (dando como excusa tambien "problemas de salud") a dado pie a habladurías.
Los rumores dentro de los recovecos del régimen desde la partida del Sr. Carrizález se atribuyeron por maniobras del ministro de obras públicas, Diosdado Cabello, quien es considerado como la segunda figura más poderosa en el gobierno. Sr. Carrizález era ministro de defensa y también fue reemplazado en ese puesto por un general del Sr. Cabello. De esta manera el Sr. Cabello, que tiene fama de tener proyectos para la Presidencia, ha consolidado aún más su control sobre el ejército.
La determinación del presidente de aferrarse al poder y la intolerancia de la disidencia han minado su popularidad y pudiera, si las elecciones van mal para él, golpear su capacidad para gobernar. Él es como Vladimir Villegas, periodista y ex aliado, escribió esta semana, -ahora está atrapado en el régimen autocrático que ha elegido seguir -.
Hace tres años la licencia de emisión de RCTV no se renovó, limitándola al cable. Ahora el gobierno ha declarado que, a pesar de ser un canal de cable, (y muchos otros canales) debe obedecer a una ley de radiodifusión que exige, entre otras cosas, transmitir largos discursos del presidente en vivo, cada vez que le da la gana. La urgencia se apoderó de él casi de inmediato, en un mitin político. RCTV, se negó a transmitirlo para él, sellando su destino.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (parte de la Organización de Estados Americanos) se quejó de que RCTV y los otros canales han sido sancionados sin el debido proceso, y pidió que sus derechos sean restaurados. La respuesta del régimen, que reiteradamente ha despreciado el organismo regional, fue burlarse.
Los venezolanos deben a votar por un nuevo Parlamento en septiembre. El año pasado Chávez ganó un referéndum que había llamado a suprimir los límites de plazos de reelección para los presidentes y otros altos funcionarios electos. Ahora, las encuestas de opinión muestran niveles sin precedentes de descontento por la delincuencia, la inflación y el poder y la escasez de agua. No hubo grandes protestas contra el gobierno de Caracas, la capital, después de que RCTV se apaga, que fueron contrarrestadas por la más modesta indiferencia del gobierno.
Estos problemas, y el descontento resultante, se pueden intensificar en los próximos meses. Incluso indudable el carisma del presidente no ha quedado inmune. En una encuesta reciente el 66% dijo que no quería que el presidente, continuara en el cargo pese a que su actual termina en tres años.
Si las elecciones de septiembre se llevaron a cabo de acuerdo con la Constitución, que establece la representación proporcional, Chávez seguramente perdería su mayoría parlamentaria. Pero una nueva ley electoral permite que el grupo más grande barra el tablero. El gobierno dominando la autoridad electoral, volvio a trazar los límites de las circunscripciones este mes, con el finde reducir al mínimo el efecto de las ganancias de la oposición potencial. El cierre de RCTV, una de las principales salidas para las voces anti-Chávez, parece seguir la misma lógica.
En su discurso anual ante el Parlamento, a principios de este mes, el presidente anunció (para sorpresa de nadie), que ahora era un marxista. Ya no se habla mucho-a la separación de poderes, que en la práctica desapareció hace tiempo. El jefe de la Corte Suprema de Justicia, Luisa Estella Morales, dijo el mes pasado que estas sutilezas simplemente que tal separación buscaba "debilitar el Estado". Un destacado miembro del gobernante Partido Socialista Unido, Aristóbulo Istúriz, pidió el desmantelamiento de los gobiernos locales, que el Sr. Chávez quiere sustituir por comunas.
Los derechos de propiedad y la existencia de la empresa privada son garantizada por la Constitución de 1999. Pero el presidente dice ahora que la empresa privada es la raíz de todo mal. Insistiendo en que la reciente devaluación de la moneda no era excusa para las subidas de precios, Chávez había ordenado al Indepabis cerrar cientos de tiendas de "especulación". Le ordeno al Parlamento modificar la ley sobre expropiaciones y se apoderaron de una cadena de supermercados controlada por los franceses para añadir un conglomerado minorista del gobierno nuevo, Comerso.
Los partidos de oposición, discutiendo sobre la "unidad" candidatos para el Parlamento, están mal preparados para hacer frente a esta embestida. Pero hay señales de tensión dentro del propio régimen. El 25 de enero el vicepresidente, Ramón Carrizales, renunció, junto con su esposa, ministra del medio ambiente. Él citó razones personales, pero que un aliado cercano, el ministro de la banca pública, también dejara su cargo (dando como excusa tambien "problemas de salud") a dado pie a habladurías.
Los rumores dentro de los recovecos del régimen desde la partida del Sr. Carrizález se atribuyeron por maniobras del ministro de obras públicas, Diosdado Cabello, quien es considerado como la segunda figura más poderosa en el gobierno. Sr. Carrizález era ministro de defensa y también fue reemplazado en ese puesto por un general del Sr. Cabello. De esta manera el Sr. Cabello, que tiene fama de tener proyectos para la Presidencia, ha consolidado aún más su control sobre el ejército.
La determinación del presidente de aferrarse al poder y la intolerancia de la disidencia han minado su popularidad y pudiera, si las elecciones van mal para él, golpear su capacidad para gobernar. Él es como Vladimir Villegas, periodista y ex aliado, escribió esta semana, -ahora está atrapado en el régimen autocrático que ha elegido seguir -.
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