Los beneficios otorgados a la clase trabajadora no pueden desmejorarse ni renunciarse. Son “derechos adquiridos” como expresan los sindicalistas en su jerga característica. Solo que los magistrados lo aplicaron, restrictivamente a favor de ellos mismos, para proceder a autojubilarse descaradamente y así evadir la nueva Ley de Emolumentos.
Por Santiago Alcalá
De escándalo en escándalo. De bochorno en bochorno. Así anda nuestra justicia.
Dos semanas atrás, informábamos en este espacio, los pormenores de una sentencia de la Sala Electoral del TSJ que llenó de estupor a la opinión pública. Nos referimos al fallo que anuló por sutilezas y cuestiones de mera forma, la elección del opositor Jorge Barboza, como alcalde del municipio Sucre del estado Zulia.
No acabábamos de reponernos del sopor, de los retortijones de estómago, cuando la misma instancia judicial, esta vez en Sala Plena, tomó una resolución que constituye otro bofetón a los venezolanos decentes.
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MÁS QUE ENTROPÍA, PARECE UNA MALDICIÓN
Años atrás, cuando el llamado magistrado “Lengua ‘e Vaca” fue reemplazado, a través de una jubilación graciosa, nosotros, advertíamos que aunque pareciese imposible, la nueva plana mayor del TSJ sería todavía peor que la directiva saliente. Para nuestro pesar, el pronóstico se ha cumplido con precisión de relojería suiza.
Opera sobre el gobierno gamberro de Hugo Chávez una entropía que más bien parece una maldición. Ir “de pa’ tras” como el cangrejo.
Total, que “Lengua ‘e Vaca” con todo y su desvergonzada venalidad, ha quedado como un vicario de la virgen María, si se lo compara con algunos de sus subrogantes.
Veamos el caso de la reciente resolución de la Sala Plena del TSJ mediante la cual “los honorables” magistrados fijaron las pautas para sus eventuales autojubilaciones.
A finales del año pasado, la Asamblea Nacional sancionó la ley Orgánica de Emolumentos. A través del instrumento se pretendía ponerle fin a una situación que era verdadera irritante. Mientras a los modestos empleaditos públicos se les niegan toda clase de aumentos salariales, mejoras y reivindicaciones, los chivos de la Robolución, devengan beneficios fabulosos.
Pero los redactores del instrumento legal, no contaban con la astucia de nuestros inefables magistrados.
La ley de Emolumentos, dada su calidad de orgánica fue remitida, en su momento, para ser revisada por el Tribunal Supremo de Justicia. Nada se le objetó en aquella oportunidad, por lo que la misma entró en vigencia, en medio del jolgorio que despiertan los preceptos legales que se sancionan para ser violados.
Ahora el TSJ nos sale que conforme al principio de “progresividad” que priva en el ámbito laboral, los beneficios otorgados a la clase trabajadora no pueden desmejorarse ni renunciarse. Son “derechos adquiridos” como expresan los sindicaleros en su jerga característica. Solo que lo que ha debido ser un dictamen universal, para ser aplicado a favor de toda nuestra masa obrera, nuestros magistrados lo han interpretado de manera restrictiva, única y exclusivamente a favor de ellos mismos. En otras palabras, si usted o yo, somos porteros o secretarias de un ministerio, bien puede Chávez, la Asamblea Nacional o el propio Tribunal Supremo, mandarnos a lavar ese paltó. Pero ¡ay si algún precepto, les toca el bolsillo a nuestros flamantes integrantes del TSJ, porque en tal supuesto, los rayos y centellas de la llamada progresividad cobra todo su valor justiciero
¡Díganme si a algún escuadrón anticorrupción, se le ocurre tocarles las coimas o bajadas de mulas que reciben algunos de los integrantes del TSJ!
¡Entonces sí que ardería Troya porque en el cuánto hay pa’ eso es donde está el verdadero sabor!
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OTRA MÁS DEL TSJ
La destitución de los magistrados Luis Sucre Cuba, Rafael Rengifo Camacaro y Luis Martínez Hernández, este último vinculado estrechamente con “Perucho” Torres Ciliberto, habría sido detenida por órdenes de Miraflores. Los mencionados miembros de la Sala Electoral del TSJ demostraron que en la escandalosa decisión mediante la cual destituyeron al alcalde opositor, Jorge Barboza, habían procedido por instrucciones de Chávez.
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GNB, “pitadora” en Maiquetía
Un alto funcionario de “Cerámicas Caribe” de nacionalidad mexicana, fue víctima de la comandita entre la Guardia Nacional Bolivariana, GNB, y el hampa que opera en el aeropuerto Internacional de Maiquetía. El ejecutivo al chequearse en inmigración fue conminado por la GNB a identificar la persona que lo había ido a recoger a la terminal. Tal información fue transmitida por los efectivos de la GNB a sus compinches del hampa común, quienes al hacerse pasar por la persona que iba a recoger al citado ciudadano, lo secuestraron y despojaron de todas sus pertenencias. Son numerosas las quejas contra efectivos de la Guardia Nacional “Bolivariana” que se han convertido en “pitadores” de las bandas de delincuentes que operan a la libre en el aeropuerto internacional de Maiquetía. Cuando arriban ciudadanos extranjeros, se los interrogan de forma exhaustiva, en el puesto de inmigración (¿a qué empresa pertenece usted? ¿quién lo viene a buscar? Etc., etc.) y de inmediato, vía celular, les pasan los datos a sus compinches que están en el área de espera, para que estos últimos se hagan pasar por personal de protocolo o de transporte especial y así, atracar y secuestrar a los indefensos visitantes. Así le ocurrió, al alto ejecutivo mexicano de “Cerámicas Caribe”.
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Semanario LA RAZÓN
http://www.enfoques365.net/N10429-el-quirfano--los-magistrados-del-tsj-se-autojubilaron-para-evadir-la-nueva-ley-de-emolumentos.html
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