Ameliach, había descubierto el plan de Rafael Ramírez –dejándolo a él por fuera- para vender el Complejo Morón a una transnacional. Los oferentes eran Anagra, Carguil y Glemcore. El objetivo era cerrar el Complejo ya muy viejo (casi medio siglo en operación) y pasar a una operación neta de importación de fertilizantes.
El esquema de negocio era complejo, dado que el mercado nacional de fertilizantes es subsidiado y, además, cerrar Morón implicaba acabar con 1200 puestos directos de trabajo en el Complejo, otros 200 en las minas de Riecito (de donde se extrae el Fosfato que tratado con ácido sulfúrico genera ácido fosfórico, base principal para combinado con amoníaco fabricar los fertilizantes granulares), más otros 500 puestos de trabajo en la Red Nacional de Distribución de Granulares NPK y de Urea, además de dejar un tonelaje diario sin colocación de Azufre proveniente de las Refinerías en Paraguaná, puesto que con ese azufre traído por gandolas (líquido) a Morón se operan las dos plantas de ácido sulfúrico del Complejo.
La única materia prima que no existe en Venezuela para fabricar los Granulares NPK es el Potasio (K), producto que se importa en su totalidad como sales y a niveles de 400000 TM/agno, con un costo promedio por tonelada de 500 USD puesto en Morón desde Puerto Cabello, luego de una engorrosa operación de descarga de buque y posterior transporte por camión hasta el Complejo. La N se obtiene del Gas Natural reformado químicamente en Hidrógeno, convertido luego a amoníaco por reacción con aire, para transformarlo luego en Urea por reacción del amoníaco con dióxido de carbono (se le retira al gas natural antes de la síntesis del amoníaco).
Bueno, una vez vendido el Complejo; por ejemplo a Anagra que era la oferente mas fuerte, esta empresa traería todos los granulares, sales especiales, urea, etc., etc.. El premio de Anagra era quedarse con todo el mercado venezolano, incluída la red de distribución y las instalaciones del Complejo Morón como punto inicial de Almacenamiento, Ensacado y Logística primaria para ir a todos los rincones de Venezuela, vendiendo a full precio, pagando una comisión anual negociada, mientras que el gobierno iba a diseñar una política nueva de subsidio directo a los agricultores Rojitos.
Adicionalmente, Anagra se llevaría todo el azufre de las refinerías a cero costo, para después colocarlo en mercados internacionales en sucia competencia. Para Anagra la operación global de traer a Venezuela grandes tonelajes de fertilizantes, con amplias economías de escala y de eficiencia, mas el azufre gratis, significaba una operación redonda con máxima ganancia, donde las comisiones del negocio serían un pellizco y con la posibilidad adicional de surtir desde Venezuela al Caribe cercano. Otra arista del negocio, consistía en la repatriación de las ganancias a dólares preferenciales, o bien un caso de agenciamiento donde PDVSA le compraba a Anagra los productos en origen y pagados en dólares.
Resulta que Ameliach pilló el guiso, donde él quedaba por fuera, y a través de su hermano Francisco y Diosdado convenció a Chávez del famoso caso de Seguridad Alimentaria, pleno empleo, fuera los invasores, etc. y le dio el palo a Ramírez. Es por eso que después Rafael Ramírez maniobra y logra sacar a Saúl de la Presidencia de Pequiven.
La segunda parte de la estrategia de Saúl Ameliach fue convencer a Hugo Chávez de remozar el Complejo Morón, usar lo que servía, y construir 5 plantas nuevas de escala mundial: Amoníaco, úrea, acidos sulfúrico y fosfórico, junto con beneficio químico de Roca de Riecito.
Excelente idea, todo seguía igual y hasta mejor; pero en el camino Ameliach solicitó para la ejecución de este proyecto 6.000 millones de dólares de presupuesto inicial, otorgó los proyectos a dedo, cobró comisiones y se mantuvo en la Presidencia de Pequiven hasta que Rafael Ramírez lo sacó.
Mientras las plantas se construyen, desde hace 3 años, Saúl Ameliach complementó las deficiencias productivas de Morón convenciendo a Hugo Chávez de importar el deficit grave de fertilizantes, y con éste negocio entraron mas comisiones millonarias, que se sumaron a las que pagaron dos empresas venezolanas que obtuvieron los proyectos por adjudicación directa: Y&V en 3 de las plantas y Fertiven BV, una empresa de maletín en las dos restantes.
Las plantas están siendo construidas por americanos, alemanes y japoneses gerenciados por Y&V en un caso, mientras que en el otro se buscaron tecnología brasilera y holandesa.
Con el advenimiento de la crisis eléctrica, un nuevo presidente puesto en Pequivén por Rafael Ramírez, PDVSA toma de nuevo el Control de la Corporación Petroquímica y viene el nuevo guiso...
Desde que salió Saúl Ameliach los contratistas no reciben pagos a tiempo, y así Pequiven debe mas de 300 millones de dólares a Y&V y a Fertiven BV, el mas perjudicado por ser pequeño y tener poca musculatura financiera.
¿En qué consiste el negocio? En sacar del juego a Fertiven y dejarle todo a Y&V, terminar los trabajos e iniciar otro ciclo de negocios a ver quién compra el Complejo Morón ya renovado, con el pago seguro de nuevas comisiones.
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