Revisando unos escritos anoche, consegui este artículo del famoso WILLIAM E. IZARRA. Al leer el mismo, despues de tantos años, quisiera verle la cara, y saber que opina de la situación actual del pais, si no hay corrupción, si no hay nuevo riquismo, si hay seguridad, si hay transparencia en los negocios del Estado?, si no hay nespotismo, ect. Me gustaría preguntarselo, a caso ahora el Chavismo tiene una Doble moral? Juzguen uds ...
Conciencia ciudadana
William E. Izarra
Jueves, 14 de diciembre de 2000
Venezuela, Bolivia y Ecuador son los países más corruptos de América Latina. Estas son las conclusiones del estudio anual elaborado por Transparency International, organización no gubernamental dedicada a evaluar la responsabilidad de los gobiernos en la corrupción. Señala además que América Latina es la región más corrupta después de África. El estudio se realizó sobre un total de noventa países, de los cuales diez son latinoamericanos. Se les califica de 1 a 10, escala indicativa que a menor puntaje, mayor nivel de corrupción. Sobre esta puntuación, América Latina obtuvo un promedio de 3,5 puntos. Venezuela arrojó 2,7 por debajo del promedio, junto con Bolivia. Ecuador 2,6 para resultar el mayor índice de corrupción.
La corrupción es un acto degenerativo de la condición humana. Daña las cosas buenas. Pervierte las virtudes. Socava la integridad de una sociedad. Deprava la moral del pueblo. La corrupción no es estática. Su dinamismo crece de manera geométrica, es decir, no es suficiente sumar uno a uno, sino que su acción se multiplica de tres por tres. Cada acto corrupto comprende un ciclo que no se cierra. No concluye, se expande y engendra por lo menos otros tres nuevos. Por ejemplo, el uso del poder público para satisfacer objetivos particulares deriva en violaciones institucionales. Lo más reciente es la adulteración de la constitución bolivariana, la misma que fue confeccionada para satisfacer a la cúpula de mando. Pero, como nunca queda satisfecha el ansia de poder, procedieron a alterar sus contenidos para ajustarlos a sus nuevas necesidades. Ahora tenemos tres constituciones. La avaricia del poder sustituye a los principios éticos y morales. Hechos perversos que quedan impunes mientras se tenga el dominio del gobierno y de la sociedad. Y aunque el poder fenece y se agota su vigencia, a ese momento la falta mucho todavía. No ha fraguado su molde. Apenas aparecen los trazos primarios del contorno. Por lo tanto, en estas circunstancias, van a continuar estimulándose nuevas acciones depravadas que debilitarán la integridad de la nación.
El nuevorriquismo, otro vicio significativo en la escalada de la corrupción, induce al soborno y a la negación de la moral. No es suficiente alcanzar la tríada emblemática inicial de su nueva condición social, como lo es carro, vestido y vivienda. El próximo paso es incursionar en los negocios de las finanzas, la construcción y las adquisiciones. Las cuentas en los bancos nacionales e internacionales comienzan a sumar cifras. No hay conformidad con las pírricas cantidades iniciales de siete dígitos. Ahora, ya más duchos en la metodología del accionar en el mundo de la corrupción, su ambición no se satisface con siete. Eso es para los principiantes. Sus negociados le van producir cuentas de nueve y diez dígitos.
Como todo vicio, la corrupción ciega. Y cuando se acompaña de poder, se pierde toda noción de la existencia. Se vive en el mundo virtual de los placeres de la avaricia. Esta es la realidad de la nueva élite del poder. La sustitución de la cuarta República, por ésta la de la quinta República cortada por el mismo patrón de ambición personal y perversidad.
Pero, eso no es infalible, ni mucho menos eterno. Asi como existe Transparency International, van a surgir las redes de investigación y denuncia de la corrupción en Venezuela, como lo han hecho la organizaciones de derechos humanos. Lo infalible se descubre. Nada es oculto para siempre. Todo se sabe. La información también tiene su mundo dinámico y, como proceso, suministra los datos en sus respectivas etapas. De manera progresiva y a una velocidad moderada, pero firme, engendra la estructura de soporte para señalar al corrupto en el momento oportuno. Toda acción del hombre es mutable, menos la ley de la vida. La corrupción atenta contra esa ley. Por lo tanto, más temprano que tarde, se revertirá para hacer pagar el precio de la depravación y los daños a la sociedad. Hay que empatarse en el combate contra la corrupción. Esa una obligación moral de conciencia ciudadana.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8906003.asp
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