El 30 de mayo Antanas Mockus debería clasificar para la segunda vuelta y, según los encuestólogos, podría sustituir a Álvaro Uribe. En ambos escenarios su contendor sería Juan Manuel Santos. Días atrás nadie apostaba a este final. De no haberse producido la decisión de la Corte Constitucional de rechazo a la reelección, Uribe tendría asegurado otro mandato con el apoyo mayoritario de los colombianos.
El llamado “tsunami verde” que coloca a Mockus a las puertas del poder tendría, como las catástrofes naturales, efectos devastadores en la política colombiana. Mockus no es intruso en la escena pública.
Este es su tercer intento presidencial; en 1998 terminó como aspirante a vicepresidente en la fórmula de Noemí Sanín, y en 2006 conoció el fracaso.
Sus dos gestiones como alcalde de Bogotá, en cambio, significaron transformaciones físicas en la capital que desataron un efecto demostración en otras ciudades como Medellín, hoy ejemplo de gestión municipal.
En los años noventa fue beneficiario del fenómeno de la “antipolítica” que hizo presidentes a Collor de Mello en Brasil, Fujimori en Perú y casi lo logra con Irene Sáez en Venezuela. Todos desafiaban las maquinarias tradicionales. Collor abandonó el mando al tiempo acusado de tráfico de influencias y desapareció de la escena; Fujimori reinventó una fórmula de neoautoritarismo y ahora cumple una condena de 25 años de prisión por corrupción y crímenes diversos; mientras que Irene, después de unos meses como gobernadora de Nueva Esparta, regresó a la vida privada.
¿Cómo se explica el “tsunami verde”? Podrían darse muchas respuestas: 1) La ausencia de Uribe da paso a una gestión de Santos que acentuaría la ofensiva militar que más allá de los éxitos políticos tiene un alto costo social. 2) Existe fatiga en la nación por una guerra que, pese a los avances militares, no promete la pacificación.
3) La emergencia de un liderazgo tecnocrático, eficiente y honesto ante el desprestigio de las élites tradicionales.
4) Mockus, al igual que Uribe hace ocho años, sería beneficiario del agotamiento histórico de liberales y conservadores. 5) La convicción de que el presidente colombiano actúa condicionado por el equilibrio de los poderes como ocurrió recientemente con Uribe. ¿Cuáles serán los condicionamientos del nuevo gobernante? El viernes lo veremos.
manuelfsierra@yahoo.com
El llamado “tsunami verde” que coloca a Mockus a las puertas del poder tendría, como las catástrofes naturales, efectos devastadores en la política colombiana. Mockus no es intruso en la escena pública.
Este es su tercer intento presidencial; en 1998 terminó como aspirante a vicepresidente en la fórmula de Noemí Sanín, y en 2006 conoció el fracaso.
Sus dos gestiones como alcalde de Bogotá, en cambio, significaron transformaciones físicas en la capital que desataron un efecto demostración en otras ciudades como Medellín, hoy ejemplo de gestión municipal.
En los años noventa fue beneficiario del fenómeno de la “antipolítica” que hizo presidentes a Collor de Mello en Brasil, Fujimori en Perú y casi lo logra con Irene Sáez en Venezuela. Todos desafiaban las maquinarias tradicionales. Collor abandonó el mando al tiempo acusado de tráfico de influencias y desapareció de la escena; Fujimori reinventó una fórmula de neoautoritarismo y ahora cumple una condena de 25 años de prisión por corrupción y crímenes diversos; mientras que Irene, después de unos meses como gobernadora de Nueva Esparta, regresó a la vida privada.
¿Cómo se explica el “tsunami verde”? Podrían darse muchas respuestas: 1) La ausencia de Uribe da paso a una gestión de Santos que acentuaría la ofensiva militar que más allá de los éxitos políticos tiene un alto costo social. 2) Existe fatiga en la nación por una guerra que, pese a los avances militares, no promete la pacificación.
3) La emergencia de un liderazgo tecnocrático, eficiente y honesto ante el desprestigio de las élites tradicionales.
4) Mockus, al igual que Uribe hace ocho años, sería beneficiario del agotamiento histórico de liberales y conservadores. 5) La convicción de que el presidente colombiano actúa condicionado por el equilibrio de los poderes como ocurrió recientemente con Uribe. ¿Cuáles serán los condicionamientos del nuevo gobernante? El viernes lo veremos.
manuelfsierra@yahoo.com
http://www.noticierodigital.com/2010/04/tsunami-verde-i/
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