Abril 30, 2010
El ex-ministro de Planificación y Desarrollo y figura conocida de los círculos ideológicos del oficialismo, Haiman El Troudi, acaba de dar a conocer un “listado de medios de producción y actividades estratégicas” que, en su opinión, deben ser monopolios estatales.
El referido listado es “aproximado y no exhaustivo”, aunque al parecer no es mucho lo que queda por fuera. Se trata, básicamente, de cómo se traduce el llamado “socialismo de siglo XXI” en términos de propiedad, control y gestión directa del Estado nacional.
En los 31 items que lo integran hay de todo lo imaginable, desde ámbitos y recursos que ya son de dominio estatal por disposición constitucional, como el subsuelo, las reservas internacionales del Banco Central o el control medio-ambiental de las cuencas hidrográficas, hasta materias que lucen propias de un manual de infantilismo radical, como la fabricación de productos de limpieza y aseo personal, el alimento para animales de cría o la fabricación de papel.
El grueso de la actividad privada nacional debe estar en manos de monopolios públicos en el criterio del ex-ministro. Y en algunos casos se plantea la opción de asociaciones estratégicas, pero siempre “supeditadas a la amplia mayoría accionaria del Estado”…
Cierto que El Troudi no compromete oficialmente al régimen imperante, pero también lo es que su “compendio enumerativo” refleja, en líneas generales, la orientación práctica de la “revolución bolivarista” en materia de absorción de actividades económicas por parte del macro-burocracia.
Por cierto que también se incorpora a la lista “el sistema cósmico”, y la “educación universitaria de importancia para la nación”…. En fin, se reitera la configuración de un “modelo económico-social” a contracorriente con las realidades exitosas de medio mundo, incluyendo el socialismo de mercado chino o vietnamita, o los patrones de desarrollo y apertura de países árabes, para sólo nombrar a naciones de la predilección política del oficialismo criollo.
El referido plan ya se ha venido ejecutando, así sea a trancas y barrancas. Y sus resultados cada vez son más difíciles de esconder: hiper-dependencia petrolera, multiplicación de la deuda externa, colapso de la inversión productiva, subordinación a las importaciones y desbarajuste fiscal con el barril de petróleo por encima de 70 dólares.
Todo eso se convierte en carestía, escasez, presión inflacionaria, racionamiento, caída del consumo y quiebre de servicios públicos. Hasta los ensalzados avances en indicadores sociales están siendo derretidos por la terquedad de los hechos.
Buena parte del listado de Haiman es una fórmula para el más estrepitoso fracaso, aún en épocas de bonanza de precios petroleros en el mercado global. Eso lo sabrían desde Beijing hasta Brasilia, pero en Miraflores elucubran con el retrovisor.
El ex-ministro de Planificación y Desarrollo y figura conocida de los círculos ideológicos del oficialismo, Haiman El Troudi, acaba de dar a conocer un “listado de medios de producción y actividades estratégicas” que, en su opinión, deben ser monopolios estatales.
El referido listado es “aproximado y no exhaustivo”, aunque al parecer no es mucho lo que queda por fuera. Se trata, básicamente, de cómo se traduce el llamado “socialismo de siglo XXI” en términos de propiedad, control y gestión directa del Estado nacional.
En los 31 items que lo integran hay de todo lo imaginable, desde ámbitos y recursos que ya son de dominio estatal por disposición constitucional, como el subsuelo, las reservas internacionales del Banco Central o el control medio-ambiental de las cuencas hidrográficas, hasta materias que lucen propias de un manual de infantilismo radical, como la fabricación de productos de limpieza y aseo personal, el alimento para animales de cría o la fabricación de papel.
El grueso de la actividad privada nacional debe estar en manos de monopolios públicos en el criterio del ex-ministro. Y en algunos casos se plantea la opción de asociaciones estratégicas, pero siempre “supeditadas a la amplia mayoría accionaria del Estado”…
Cierto que El Troudi no compromete oficialmente al régimen imperante, pero también lo es que su “compendio enumerativo” refleja, en líneas generales, la orientación práctica de la “revolución bolivarista” en materia de absorción de actividades económicas por parte del macro-burocracia.
Por cierto que también se incorpora a la lista “el sistema cósmico”, y la “educación universitaria de importancia para la nación”…. En fin, se reitera la configuración de un “modelo económico-social” a contracorriente con las realidades exitosas de medio mundo, incluyendo el socialismo de mercado chino o vietnamita, o los patrones de desarrollo y apertura de países árabes, para sólo nombrar a naciones de la predilección política del oficialismo criollo.
El referido plan ya se ha venido ejecutando, así sea a trancas y barrancas. Y sus resultados cada vez son más difíciles de esconder: hiper-dependencia petrolera, multiplicación de la deuda externa, colapso de la inversión productiva, subordinación a las importaciones y desbarajuste fiscal con el barril de petróleo por encima de 70 dólares.
Todo eso se convierte en carestía, escasez, presión inflacionaria, racionamiento, caída del consumo y quiebre de servicios públicos. Hasta los ensalzados avances en indicadores sociales están siendo derretidos por la terquedad de los hechos.
Buena parte del listado de Haiman es una fórmula para el más estrepitoso fracaso, aún en épocas de bonanza de precios petroleros en el mercado global. Eso lo sabrían desde Beijing hasta Brasilia, pero en Miraflores elucubran con el retrovisor.
http://www.noticierodigital.com/2010/04/el-listado-de-haiman/
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