Los principales candidatos llegaron a los comicios del domingo con sus apodos a cuestas desde tiempo antes: a Ollanta Humala se lo suele llamar "indio"; a Keiko Fujimori, "china"; mientras que el ex presidente Alejandro Toledo es conocido como "cholo" (indígena urbanizado) y Pedro Pablo Kuczynski, "el gringo".
Una vez que se conoció que Humala y Fujimori competirán en la segunda vuelta, las redes sociales se vieron invadidas por una infinidad de mensajes de fuerte carácter racista. Esto puso en evidencia un tema que los peruanos viven en secreto, pero que reconocen cuando se los consulta (el 80% admite que existe).
"Nunca se había visto un racismo expresado tan públicamente. Perú es una sociedad muy racista, pero donde el tema se mantiene como tabú, en un pensamiento, una mirada o comentarios para la familia o amigos cercanos", indicó el abogado experto en derechos humanos Wilfredo Ardito.
Igual opinión fue la que expresó el periodista y especialista en redes sociales Marco Sifuentes. Y consideró que la falta de debate en la vida pública y el discurso oficial propicia que Internet sea "el espacio perfecto para hablar de estos temas".
Una situación similar a la que siguió a los comicios esta semana fue la ocurrida en 1990, con motivo de las elecciones que enfrentaron a Mario Vargas Llosa con Alberto Fujimori. En esa oportunidad, se gestó un ambiente polarizado que sacó a la luz varios incidentes racistas, en la mayoría de los casos contra los ciudadanos asiáticos.
Sifuentes alertó además que, más allá incluso de los simples comentarios en la red, ya hay quienes se organizan "para realizar cosas en el mundo real", como esa página de Facebook llamada "Golpe de estado contra Humala" que ya tiene más de dos mil adhesiones. "Son fanfarronadas, pero no son bromas", dijo.
Además del rechazo al candidato nacionalista, Ardito identificó otro síntoma de racismo en el electorado. "Toledo y Kuczynski tenían la misma posición política y económica básicamente, pero muchos electores de clase media y alta votaron por el segundo, lo que en mi opinión se debe a que había un desprecio racial hacia Toledo", consideró.
El nivel de agresión que tuvieron algunos mensajes de Facebook motivó, incluso, que personalidades como el cocinero Gastón Acurio, embajador de la cocina peruana en el mundo, reclame en su cuenta poner fin a los comentarios racistas.
Según Ardito, sería conveniente que esa actitud sea repetida por otros "líderes que los peruanos de clase alta y media respetan", como Vargas Llosa y el propio Kuczynski. El experto añadió que funcionaría como un primer paso para remediar un problema que, dijo, ha perseguido a Perú durante toda su historia y no ha gozado de políticas públicas que busquen su erradicación.
"Tenemos una deuda pendiente en nuestra sociedad, debemos aceptar el problema y tomar las medidas necesarias frente a esto", agregó.
Fuente: Infobae.com
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