PUNO, Perú — Una protesta en Puno, sur de Perú, se agravó este viernes tras el saqueo e incendio de una entidad pública por miles de manifestantes que desde el martes bloquean la ciudad y amenazan con impedir allí el próximo comicio presidencial si el gobierno no prohíbe la minería.
Grupos de manifestantes volvieron a asaltar este viernes la sede de la oficina de aduanas, uno de los tres locales que fueron atacados la noche del jueves, y le prendieron fuego, informó a la AFP una fuente policial de Puno que requirió anonimato.
Una columna de humo negro, producto del incendio, se podía divisar desde distintos puntos de la ciudad, 1.300 km al sudeste de Lima, al pie del lago Titicaca y fronteriza con Bolivia, comprobó la AFP.
"La oficina de aduanas ha sido nuevamente tomada por numerosas personas que ingresaron a terminar de saquear lo poco que quedaba; hemos tenido que abandonar el local", dijo Fernando Núñez, intendente de aduanas de Puno.
Walter Aduviri, líder del Frente de Defensa de la región que dirige la protesta y que ha puesto en pie de lucha a 15.000 campesinos, acusó a "infiltrados y delincuentes comunes" del saqueo y desmanes.
"Esas son personas que no tienen nada que ver con el paro, nosotros hemos deslindado con esos grupos", dijo Aduviri a la AFP al cumplirse 18 días de una huelga regional con bloqueo de la frontera con Bolivia y cuatro días de bloqueo a Puno.
Aduviri afirmó que "no nos vamos a rendir" y que las bases en huelga han acordado que "si no hay solución, no habrá elecciones (en Puno) el 5 de junio", día en que la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Ollanta Humala disputarán la presidencia.
La demanda principal de los puneños, una región donde predomina la etnia aymara, es que el gobierno anule todas las concesiones mineras y petroleras porque, según sus dirigentes, afectarán gravemente las fuentes de agua y consecuentemente la agricultura y la ganadería.
El clima de convulsión que se respira en Puno fue graficado por la cineasta española Teresa Castillo, quien de paso por la ciudad fue sorprendida por la huelga.
"La gente de la ciudad está enojada porque no se puede mover y todo está cerrado. Hay un ambiente muy tenso, lo cierto es que hoy (viernes) la ciudad está más bloqueada que en los días previos", comentó a la AFP.
La cineasta dijo que está esperando el fin de semana "porque dicen que habrá una tregua y dejarán salir. Pero se dicen tantas cosas...".
La violencia desatada la noche del jueves arroja como balance hasta el momento el asalto y saqueo de los locales de aduanas, de la gobernación y de la contraloría, cuyos enseres y documentación fueron quemados en la vía pública, así como tres vehículos.
También el puerto en el lago Titicaca está tomado por huelguistas que impiden el traslado de turistas hacia el lado boliviano. Se calcula que unos 300 a 500 turistas aguardan para poder salir de la ciudad.
En Juliaca, a 65 km de Puno, los establecimientos comerciales cerraron sus puertas este viernes al conocerse que centenares de campesinos se trasladan a esa ciudad con el aparente fin de bloquear el aeropuerto regional, según dijeron emisoras de la ciudad.
Ante la situación tirante, el presidente Alan García ordenó a la policía actuar "con extrema prudencia" frente al conflicto.
"En momentos de acaloramiento y apasionamiento no faltan provocaciones buscando crear víctimas que puedan favorecer a uno o a otro", dijo García al referirse a los candidatos presidenciales.
Puno es una zona considerada como un bastión de Humala y la no realización de las elecciones allí le significaría tener menos votos en un escenario en que su contendiente le lleva entre 2,8 y 7 puntos de ventaja, según las encuestas.
Humala pidió al gobierno que "resuelva esta situación y no postergue este problema para después porque entonces no será respetada la voluntad del pueblo en el sur del país".
Fuente: AFP - Google
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