Sentimiento e identidad es el sinónimo de pasión para los venezolanos cuando escuchan: ¡VINOTINTO!, no es para menos, es que la selección nacional viene dando muestras de su progreso durante los últimos tiempos. Rapidez, efectividad y gol son las palabras más usadas cuando los criollos corren de banda a banda durante los noventa minutos de cada encuentro disputado.
Aunque algunas veces la historia ha intentado aminorar el trabajo de los jugadores, estos a toda costa han luchado con el fantasma del pasado que hoy sufre por haber sido dejado atrás y es que la palabra derrota ya no existe para la selección nacional, pues la lucha es su nueva bandera.
En estos tiempos y lejos de las diferencias de la hinchada venezolana para con la Federación, el sentimiento y las ganas por ver triunfar al combinado criollo ha surgido de la mejor manera. Hoy todos somos Vinotinto y los que aún nos están convencidos, observan espectadores los encuentros de la selección que en algún tiro al arco les roba un sonrisa, y porque no un grito de ¡Si se puede!.
La realidad es que el Fútbol en Venezuela ya no es una cara más de la moneda. En la actualidad el deporte rey también se ha convertido en el estandarte de un país que quiere ver triunfar lo suyo en el mundo y que lejos de lo político, de los problemas y de las pasadas derrotas está dispuesto a creer en la grandeza de la Vinotinto y en la calidad de los 22 jugadores que corren, que sufren y que ganan los partidos.
La oncena titular que en estos días disputa los encuentros no solo está dispuesta a triunfar en el país sino que ha tomado por asalto las plazas extranjeras y se han asegurado un lugar entre las mejores ligas del mundo, para la muestra un botón, Salomón Rondón brilla en Málaga, “Miku“ Fedor ha enamorado al Getafe, y nuestro Robertico Rosales se lleva las sonrisas del Twente holandés.
En este año nuevos retos la Vinotinto buscará el triunfo por encima de todo gol, pero no solo la responsabilidad de los jugadores que sudan los noventa minutos el partido, la hinchada debe sentir su calor y su pasión para transmitirla de la mejor manera a los jugadores que esperan estar a la talla de las barras que corean ¡VAMOS VINOTINTO!.
Las cartas están echadas y los mal sabores poco a poco se van quedando atrás la Vinotinto crece y se fortalece, y las esperanzas de llegar a ser mundialista cada vez es más latente. ¡VAMOS VINOTINTO SI SE PUEDE!.
Twitter: @fabiolamsilva3
Fuente: clasicodelfutbol.blogspot.com
Aunque algunas veces la historia ha intentado aminorar el trabajo de los jugadores, estos a toda costa han luchado con el fantasma del pasado que hoy sufre por haber sido dejado atrás y es que la palabra derrota ya no existe para la selección nacional, pues la lucha es su nueva bandera.
En estos tiempos y lejos de las diferencias de la hinchada venezolana para con la Federación, el sentimiento y las ganas por ver triunfar al combinado criollo ha surgido de la mejor manera. Hoy todos somos Vinotinto y los que aún nos están convencidos, observan espectadores los encuentros de la selección que en algún tiro al arco les roba un sonrisa, y porque no un grito de ¡Si se puede!.
La realidad es que el Fútbol en Venezuela ya no es una cara más de la moneda. En la actualidad el deporte rey también se ha convertido en el estandarte de un país que quiere ver triunfar lo suyo en el mundo y que lejos de lo político, de los problemas y de las pasadas derrotas está dispuesto a creer en la grandeza de la Vinotinto y en la calidad de los 22 jugadores que corren, que sufren y que ganan los partidos.
La oncena titular que en estos días disputa los encuentros no solo está dispuesta a triunfar en el país sino que ha tomado por asalto las plazas extranjeras y se han asegurado un lugar entre las mejores ligas del mundo, para la muestra un botón, Salomón Rondón brilla en Málaga, “Miku“ Fedor ha enamorado al Getafe, y nuestro Robertico Rosales se lleva las sonrisas del Twente holandés.
En este año nuevos retos la Vinotinto buscará el triunfo por encima de todo gol, pero no solo la responsabilidad de los jugadores que sudan los noventa minutos el partido, la hinchada debe sentir su calor y su pasión para transmitirla de la mejor manera a los jugadores que esperan estar a la talla de las barras que corean ¡VAMOS VINOTINTO!.
Las cartas están echadas y los mal sabores poco a poco se van quedando atrás la Vinotinto crece y se fortalece, y las esperanzas de llegar a ser mundialista cada vez es más latente. ¡VAMOS VINOTINTO SI SE PUEDE!.
Twitter: @fabiolamsilva3
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