Finalizadas las elecciones primarias que se llevarán a cabo este domingo en 15 circuitos de todo el país, las fuerzas democráticas venezolanas tienen por delante la imperiosa necesidad de organizarse para enfrentar el gran reto que suponen las elecciones parlamentarias del venidero 26 de septiembre de 2010.
No más peleas. No más discusiones. No más retaliaciones. Hay que subsanar y curar las heridas que hayan podido quedar en el camino y empezar a trabajar por lo verdaderamente importante: las elecciones del 26 de septiembre, el más importante y gigantesco reto electoral que se le haya presentado a las fuerzas democráticas venezolanas en los últimos diez años.
Quienes promovían las primarias como único método de selección de candidatos deberían sentirse satisfechos. Fueron complacidos en 15 circuitos y aunque muy probablemente la participación no haya sido la esperada (los pronósticos no son muy alentadores en algunos municipios del país) no hay que desestimar ese mecanismo como método de consulta y selección. En el resto del país, donde la gran mayoría de los candidatos fue elegido por consenso, como es el caso del municipio San Cristóbal, el circuito de la montaña y el circuito de la zona sur, se evidenció igualmente que el consenso es una vía extraordinaria, que permitió llegar a acuerdos y que facilita la escogencia de candidatos con amplias posibilidades de triunfo.
Ahora bien: qué debemos hacer de ahora en adelante? Seguir enfrascados en peleas intestinas, en riñas internas y conflictos innecesarios que no conducen a nada y que lo único que sirven es para sembrar desesperanza, desunión, malestar, inconformismo y abstención? Personalmente pienso que una vez finalizadas las primarias, las fuerzas democráticas venezolanas deben concentrar sus esfuerzos en tres áreas fundamentales: 1) ORGANIZACIÓN 2) UNIFICACIÓN y 3) PLAN LEGISLATIVO.
La organización es fundamental para ganar las elecciones el 26 de septiembre. Un padrón electoral, con testigos, movilizadores, observadores, y todo un equipo entrenado, formado y preparado para defender nuestros votos es de vida o muerte. La experiencia demuestra que en procesos electorales anteriores, el oficialismo superó a las fuerzas democráticas no porque tuviera más votos, sino porque tuvo más testigos. En las elecciones de 2004 y 2006, por sólo citar dos casos, hubo centros de votación y mesas electorales donde las fuerzas democráticas no tenían testigos que cuidaran los votos. En esas mesas y en esos centros, el oficialismo nos barrió por completo. A los oficialistas también les gusta aquella célebre frase de acta mata voto. En el referendo del 2007, por el contrario, las fuerzas democráticas venezolanas lograron armar un sólido padrón electoral y un contundente operativo para defender el voto (organizado e integrado especialmente por estudiantes) que impidió que los oficialistas pudieran hacer de las suyas. El resultado: ganamos el referendo e impedimos que Hugo Chávez pudiera salirse con la suya aprobando la reforma constitucional que convertía a Venezuela en un país comunista. Necesitamos, por tanto, un padrón electoral sólido, bien armado, bien consolidado, blindado, que impida cualquier maniobra extraña con nuestros votos.
La unificación de las fuerzas es muy importante. Todos los sectores deben tener participación. Todos los partidos deben tener participación. Que nadie se sienta excluido. Que cada quien se sienta tomado en cuenta. Que cada quien aporte. Que cada quien opine. Que cada quien tenga su espacio. Comandos de Campañas unificados, donde participen todos los partidos, la sociedad civil, los independientes, los trabajadores, los estudiantes, las amas de casa, los buhoneros, los empresarios, los comerciantes, etc. Si queremos reunificar al país, tenemos que empezar por reunificarnos nosotros mismos.
Finalmente, el Plan Legislativo Nacional o Agenda Legislativa Nacional. Un plan que le diga a los electores que es lo que nosotros queremos hacer cuando lleguemos a la Asamblea Nacional. Nosotros no vamos a la AN para sacar a Chávez. Nosotros vamos a la AN para restablecer el orden constitucional, la autonomía de los poderes públicos, la independencia de los poderes, la gobernabilidad, el respeto por los derechos humanos, la pluralidad, la descentralización, el respeto a la propiedad privada, etc. Eso hay que tenerlo muy claro. Nuestro discurso debe ser transparente. Digámosle a la gente la verdad: Chávez será presidente hasta 2012. La nueva AN no va por la cabeza de Chávez. Quienes deben decidir si Chávez se queda o se va son los electores y eso lo harán en las elecciones de 2012. La nueva AN que se instalará el 5 de enero de 2011 trabajará por el la reconstrucción del país, por la reconciliación de todos los venezolanos, y lo más importante, por la paz de Venezuela.
Tenemos un gran reto por delante. El país entero nos está observando. Empecemos a trabajar. El tiempo apremia. Quedan 5 meses, poco más de 150 días, antes de las elecciones.
Gustavo Azócar
Diario de Los Andes
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