Junio 8, 2010
Las numerosas medidas del gobierno del Presidente Chávez contra empresas transnacionales o contra importantes capitales locales encuentra generalmente amplia repercusión en medios de comunicación dentro y fuera del Venezuela. Por cierto, ese es uno de los objetivos propagadísticos del gobierno, para tratar de reavivar la vieja matriz de opinión que presentaba al mandatario venezolano como una suerte de Robin Hood tercermundista, que “le quitaba a los ricos para darle a los pobres”. Lamentablemente, mucho menos difusión han tenido las permanentes y a menudo VIOLENTAS agresiones del gobierno venezolano contra la propiedad privada popular. A los emprendedores populares el gobierno los trata con un rigor que ojalá usaran para enfrentar al hampa: los empresarios de los barrios son perseguidos, hostigados, matraqueados y finalmente eliminados, mientras la Chavo-Burguesía hace inmensos negocios importando -con dólares preferenciales- mercancía que luego deja pudrir…
Esta es la historia de como, mientras el Presidente de Venezuela -desde el aire acondicionado que refrigeraba los glamorosos espacios del Teatro Teresa Carreño- le “declaraba la guerra económica a la burguesía”, en la popular parroquia Caricuao su policía, actuando con nocturnidad, alevosía y ventaja, destrozaba los humildes negocios conque una veintena de familias de modestos recursos conseguía en forma honesta su diario sustento.
Odio y curselería en vez de obras y razones
“Solamente en el socialismo es posible la libertad e igualdad de la población venezolana… la burguesía a mi me odia, seguramente me odiarán hasta después de muerto…pero, ¿Qué me importa a mi el odio de la burguesía? ¡Burgueses, odiad, pero a mi pueblo no le volverán a lanzar ráfagas de ametralladora, jamás!…”
Estas cosas cursis (y muchas otras como estas) fueron dichas en el Teatro Teresa Carreño durante la noche del martes primero de junio. Se trata, obviamente, de parte de una obra de teatro. No tiene nombre, pero podría llamarse “Como especular con el odio social en campaña electoral”. Tras once años en el poder, sin obra significativa que mostrar, con ciudades llenas de basura e inseguridad, con un país que no esta preparado para que no llueva (porque nos quedamos hasta sin luz) pero tampoco esta preparado para que llueva (porque empiezan las inundaciones y los derrumbes), en esas dramáticas circunstancias el Presidente de la República encara una nueva campaña electoral con una sola carta: la del odio. Toda su obra de teatro, perdón, toda su estrategia electoral se basa en vender la siguiente idea: “La lucha es de clases, de pobres contra ricos. Los pobres están conmigo y los ricos, a quienes odio y ellos me odian a mi, están de aquel lado, en la oposición”. Y como “los pobres” somos más numerosos que “los ricos”, se supone que esto implicaría una nueva victoria electoral para el presidente. Pero….
Pero tanto va el cántaro a la fuente hasta que se revienta. Un chiste repetido mil veces deja de ser gracioso. Un cuento, por interesante que sea, si es contado demasiadas veces comienza a aburrir. Y si además uno ve en los hechos que las palabras del cuento son simplemente mentiras, uno termina hasta molestándose.
Caricuao, “teatro de operaciones” de la guerra contra la gente de trabajo
Y ese es, precisamente el caso. En la misma noche del martes 1ro de Junio un piquete de Poli-Caracas llegó a Caricuao, específicamente a las inmediaciones de la Estación Zoológico de ese ramal del Metro. No iban los efectivos policiales a enfrentar al hampa, ni a los traficantes de drogas, ni a los sujetos inescrupulosos que han transformado ese bulevar en sitio de prostitución. No. En realidad la policía del alcalde “revolucionario y humanista” Jorge Rodríguez estaba allí para atentar contra la propiedad privada de los pobres, acabando con la fuente de sustento honesto de casi 20 familias venezolanas.
En efecto, casi dos decenas de “trailers” en los que funcionaban pequeños comercios, fundamentalmente expendios de comidas, jugos y refrescos, fueron destrozados por los efectivos de la policía “socialista”, “humanista”, del Municipio Bolivariano Libertador. Algunas de las personas que mantenían a sus familias trabajando en esos “trailers” tenían hasta 25 años laborando allí. La mayoría de ellos reside en cuatro edificios de la UD-2 de Caricuao, conocidos como “Residencias Andrés Eloy Blanco”, y otros viven al frente, en el barrio El Onoto.
Entre los afectados nadie se explicaba porque el apuro de la destructiva incursión policial: “Ya había un acuerdo con los representantes de la Alcaldía. Teníamos plazo hasta septiembre para retirarnos de aquí”, nos dijo uno de los afectados que pidió mantener su nombre en reserva. “Ese tiempo lo necesitábamos para retirarnos con orden y conseguir otra área donde trabajar, para seguir manteniendo a nuestras familias. Violar ese acuerdo y venir así, de noche, a tumbarnos los negocios, no es otra cosa que una maldad”.
Como el cancer, el comunismo es curable… ¡si se actúa a tiempo!
Uno de los afectados por esta agresión a la propiedad privada popular es la señora María Romero. Ella es sobreviviente de un cáncer de páncreas. Ha sido sometida a tres operaciones, y su trabajo en el “trailer” le permite cancelar el elevado costo de sus tratamientos médicos. Pese a su enfermedad, María es una mujer muy activa. Tiene 20 años laborando como comerciante en el bulevar de Caricuao, y siete en el trailer que el gobierno “socialista” le acaba de expropiar. “Si le quitan su trabajo le quitan la vida”, nos dice Alicia Vidal, su cuñada, quien puntualiza que María –lejos de ser una “carga económica” debido a su enfermedad- ayuda a la familia y le da empleo a dos personas más en su trailer. “Hace poco tiempo sufrió una parálisis facial parcial. Ojala la angustia de toda esta situación no agrave su estado”, exclama Alicia, preocupada.
Preocupados también están los familiares y amigos del pequeño productor agropecuario Franklin Brito, hoy a las puertas de la muerte tras 7 huelgas de hambre, libradas todas en defensa de su pedacito de tierra invadido; igualmente preocupados estan los trabajadores de la economía informal en todo el país, a los que el gobierno pretende hacer quebrar al confinarlos en espacios inadecuados, insalubres y aislados para el desarrollo de su actividad comercial; Igualmente angustiados están los comerciantes concesionarios de los mercados municipales, hoy intervenidos por el gobierno “socialista” que los amenaza con arrebatarles las concesiones cuando el gobierno quiera y que además no podrán transferirlas a sus hijos, poniendo en peligro el patrimonio familiar; Preocupados están los quiosqueros que venden periódicos y golosinas en todo el Municipio Libertador de Caracas, pues les tumbaron sus kioscos y a cambio les asignaron otros… que son propiedad del Estado, y del que ellos jamás serán dueños, sino “usufructuarios”; Preocupados están los carniceros, que no saben cuando se los llevarán presos otra vez por vender carne, mientras el gobierno “mesmo” permite que miles de toneladas de carne importada se pudran en containers diseminados en todo el país, en fin…
“¡Dentro de la Constitución, todo!”
Más allá de la política convertida en espectáculo -en el Teatro Teresa Carreño y en otras “locaciones”…- por un gobierno que solo parece existir cuando está “en cadena nacional”, lo cierto es que la “guerra económica” que ha declarado el Presidente Chávez no es contra “la burguesía”, SINO CONTRA EL PAIS EN SU CONJUNTO. De hecho, una parte de sector social (la burguesía chavista o “chavo-burguesía”) no esta “temblando” de temor sino de risa, contenta como esta por las grandes fortunas que ha amasado en estos once años, chupando dólares petroleros de la roja teta revolucionaria. Pero contra quien el gobierno ha actuado en forma más brutal (Y HASTA AHORA MAS IMPUNE) es contra la propiedad privada popular, contra todas las personas del pueblo honesto que ni quisieron meterse a hampones ni aceptaron depender de algún “programa social” del gobierno y prefirieron construir su propio empleo, su propio negocio. A esos compatriotas el gobierno los ha tratado con un rigor que ojala usaran para enfrentar al hampa. Los emprendedores populares son perseguidos, hostigados, matraqueados y finalmente eliminados por un gobierno que no quiere ciudadanos autónomos, porque son los ciudadanos autónomos los que pueden integrar y constituir un PUEBLO SOBERANO.
Solamente con libertad de trabajo, con posibilidad de ejercer la libre iniciativa, con la posibilidad de convertirnos en empresarios o trabajadores libres en esa inmensa empresa que es la vida en libertad y democracia, podemos ser autónomos como individuos, integrantes de un pueblo igualmente libre y soberano. Lo contrario es ser esclavo del Estado, y súbdito de un “líder”. Si quisiéramos vivir así hace tiempo los venezolanos nos hubiéramos ido a Cuba. Como no lo queremos, nos aseguraremos con nuestro voto de que Venezuela no sea un Estado “socialista”, “comunal” o “comunista”, sino que sea lo que define la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia. Como muchas veces hemos dicho, “¡Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada!”.
http://www.noticierodigital.com/2010/06/%C2%A1chavez-declara-la-guerra-a-la-propiedad-privada-de-los-pobres/
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