Junio 9, 2010
La presencia de miles de contenedores cargados de alimentos descompuestos podría generar una epidemia similar a las ocurridas después de terremotos y deslaves. El problema es tan grave que deberían convocar a la Organización Mundial de la Salud para alertar sobre el manejo de esa gigantesca magnitud de comida putrefacta.
Mientras el escándalo ocurre y aparecen nuevos contenedores de comestibles y medicamentos vencidos, vemos con preocupación cómo el presidente muestra sus tormentos mentales en cadena nacional. Resulta inconcebible que la Federación Médica no se pronuncie ante la evidente crisis psicótica que sufrió la semana pasada según médicos psiquiatras consultados durante una alocución hemorrágica de siete horas, donde se mostró desubicado en el tiempo y en el espacio, sin ilación entre un tema y otro, hablando incoherencias, como el cuento en que salvo la vida de un paracaidista, sólo invocando: Maisanta, ¡sálvalo! .
Una alucinación que puso en alerta a algunos psiquiatras que veían en vivo y en directo el cuadro clínico en sus consultorios y centros de salud. En cualquier democracia sana convocarían a una junta médica imparcial que evalúe la capacidad del presidente para continuar ejerciendo el cargo; no es la primera vez que ocurre en el país, sucedió de manera discreta en 1945 con el doctor Diógenes Escalante.
La locura en cadena, transmitida desde Aceites Diana declarando la guerra económica, fue una de las evidencias más comprometedoras de su estado mental.
Su insania, sin embargo, no debe eximirlo de responsabilidades en hechos de corrupción y violaciones a los derechos humanos, que le perseguirán hasta ser juzgado por tribunales internacionales. Nos dirigimos a la ruina más espantosa y aun cuando el Gobierno maneja cifras billonarias, es tal el nivel de gasto público que las reservas internacionales no alcanzan sin una nueva devaluación a corto plazo. Un alto porcentaje de la población no está verdaderamente concientizado de la magnitud del problema con la descomposición de alimentos y medicamentos, lo cual debería ser motivo para una caída más dramática en su popularidad, que se detuvo la semana pasada gracias a las fantasías que todavía seducen a quienes no tienen con qué caerse muertos y con la entrega de dinero a través de las misiones. A las puertas de una elección parlamentaria decisiva para enjuiciar y encarcelar a los responsables de esta debacle, no es concebible ver a los candidatos opositores perdidos en el limbo como si la situación no exigiera un compromiso más allá de sus ambiciones personales. La estrategia debería centrarse en el antejuicio de mérito al presidente y sus cómplices, para que retorne plenamente la democracia. Mientras crece la generación de relevo formada en once años de revolución, Chávez enroca a los cuatro gatos que le quedan antes de darles la patada que, tarde o temprano, les tocará y, así como se echó al pico a casi todos los originarios , también ocurrirá con la dirigencia opositora si no se comporta a la altura de las circunstancias. Temblar ahora es pasar a la historia como cómplices, es el momento para acciones contundentes. Rescatar la democracia es más difícil que en el 2002, cuando la sociedad exigió su renuncia “la cual aceptó , según Lucas Rincón. Ya lo dijo en el extinto Congreso Nacional, Jorge Olavarría, en aquel visionario discurso del 5 de julio de 1999, cuando predijo el abismo en el que nos encontramos y desde la solemnidad de aquel acto, frente al cuerpo diplomático, le dijo al Presidente de la República lo que lamentablemente pocos creyeron que podríamos padecer diez años después. Lo demás es Historia Viva.
http://www.noticierodigital.com/2010/06/historia-viva/
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