WASHINGTON, 12 abril 2011 (AFP) - Pese a que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba son menos tensas que en otros períodos, el 50 aniversario de la fallida invasión a Bahía de Cochinos pone de relieve cuán difícil es para ambos países enterrar el hacha de la guerra.
Cuando asumió el poder hace más de dos años, el presidente estadounidense Barack Obama generó expectativas de que las relaciones con Cuba mejorarían en forma sustancial. Pero se ha avanzado muy poco y este aniversario amplifica décadas de desconfianza mutua.
Las relaciones sufrieron un nuevo golpe el mes pasado cuando Cuba sentenció al contratista estadounidense Alan Gross a 15 años de prisión por haber distribuido computadoras y teléfonos celulares en forma encubierta en la isla, el único país de las Américas con régimen de partido único.
Los expertos afirman que una mejora en los lazos de Washington con el régimen -ahora liderado por Raúl Castro tras haber sido encabezado durante décadas por su hermano, el ícono revolucionario Fidel Castro- aún está lejos, pues los políticos tanto de Estados Unidos como de Cuba limitan los avances.
“Ocurrirá lentamente, pero ambos están comprometidos en un baile en el que ninguno está bailando realmente”, dijo a la AFP Christopher Sabatini, director de Política de la Americas Society.
“El asunto Alan Gross es claramente un escollo y seguirá siendo un escollo”, agregó.
Sabatini dijo que los gobiernos estadounidenses tienden a “quedar como rehenes” cada vez que los Castro toman medidas duras y desatan una dura reacción de Washington, alimentada por la comunidad cubano-estadounidense.
“Los Castro no quieren una mayor apertura. Se dan cuenta de que sus ciudadanos acceden a información, comunicación y las opciones solo implican un desafío a su gobierno totalitario”, señaló Sabatini.
El gobierno de Obama quiere que Cuba adopte una amplia reforma política, no solo que libere a los presos políticos -algo que hizo recientemente-, antes de levantar el embargo económico que aplica contra la isla desde hace décadas y restablecer de lleno las relaciones.
Cuba, no obstante, no ha permitido una apertura política y solo ha lanzado cambios económicos mínimos, pese a su profunda crisis. En muchas granjas aún se ara con bueyes y la mayoría de los cubanos ganan un promedio de 20 dólares mensuales.
El gobierno de Estados Unidos, por su parte, ha dado algunos pasos mínimos.
Rompiendo con la política de su antecesor George W. Bush, Obama alivió los obstáculos para los viajes de cubano-estadounidenses para visitar a sus familias en la isla, así como las restricciones al envío de remesas.
“Creo que hubo muchas expectativas de que habría cambios bastante importantes cuando él (Obama) llegó al poder y creo que eso ha probado ser algo muy lento y muy difícil”, dijo a la AFP Michael Shifter, presidente del foro Inter-American Dialogue.
Con los republicanos fortalecidos en el Congreso este año, agregó, aún es menos probable de que haya intentos por levantar el embargo, de poner fin a las restricciones para que las empresas estadounidenses hagan negocios en Cuba y de levantar los obstáculos para que los estadounidenses viajen a la isla.
“Cuba atraviesa una severa crisis económica, y avanza lentamente, pero avanza, con intentos de cambios económicos, y creo que eso podría dar paso a un proceso para dar un poquito de apertura”, señaló Shifter.
Es probable que se escuche la dura retórica del pasado cuando ambas partes recuerden los dramáticos hechos, en plena Guerra Fría, del 17 de abril de 1961, cuando 1.400 exiliados cubanos lanzaron lo que se convirtió en una fallida invasión, respaldada por Estados Unidos, de la costa sur cubana.
Sabatini estimó que “va a haber un montón de ruido” debido a que el aniversario también coincide con el Congreso del Partido Comunista Cubano, que comienza el 16 de abril.
“Verán una cantidad de referencias a la intervención yanqui y la necesidad de evitar esa clase de abusos en el futuro. (Eso) aún se utiliza como una efectiva herramienta para infundir miedo en los corazones de los ciudadanos cubanos”, dijo.
Mientras, Estados Unidos mantiene su base naval de Guantánamo, en el este de Cuba, contra los deseos de La Habana.
En tanto, la Universidad de Miami, Florida, conmemorará Bahía de Cochinos con una invitación a los veteranos que participaron en la fracasada invasión. En Florida viven casi un millón de cubano-estadounidenses.
Fuente: Noticias24
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