Son los dos países de la región con mayor inflación en América Latina, hay una guerra declarada entre sus gobiernos y los medios de comunicación privados, y la sociedad se muestra polarizada en torno a su presidente.
En sectores críticos a la presidenta argentina Cristina Fernández se señala con frecuencia, en tono acusatorio, que el país va "hacia el modelo venezolano", al sugerir que en políticas públicas el Estado argentino va ocupando cada vez más espacios en otros sectores privados.
"Y es que en toda América Latina se está dando una rectificación de los excesos de la política neoliberal, por eso hay similitudes", acotó el analista político Humberto Muraro.
Sin embargo, una cosa es la forma y otra el fondo. Al consultar a algunos analistas pareciera que hay más de retórica política en la comparación que semejanzas concretas.
¿Estatización?
El gobierno argentino actualmente trata de posicionarse en el directorio de unas 40 empresas privadas del país, unas más relevantes que otras, exigiendo por primera vez que se coloque a un funcionario de su elección en un puesto de alta gerencia y toma de decisión.
Tras estatizar el sistema de pensiones en 2008 el Ejecutivo pasó a tener acciones en una serie de empresas (incluyendo su ahora acérrimo enemigo, el Grupo Clarín), las cuales representaban el monto cotizado por los trabajadores para su retiro.
Pero hasta hace una semana el Estado no podía ejercer lo que representasen estas acciones en las empresas, sino hasta un límite de 5%. Tras la emisión de un clic nuevo decreto esto cambió, y el gobierno ahora pide voz y voto donde sus acciones así lo permitan.
Por ejemplo, ahora el gobierno tiene 30,9% del Banco Macro, que es lo que representan las jubilaciones de los trabajadores en la torta accionaria de la compañía.
Para algunos empresarios se trata de una "chavización" en referencia a la política de estatizaciones y expropiaciones del mandatario venezolano Hugo Chávez que se ha visto en ese país en los últimos años, incluyendo clic a una empresa siderúrgica que estaba en manos argentinas.
Según le dijo a BBC Mundo el economista Abraham Gak, "en este caso lo que ha hecho el gobierno (argentino) es tratar de defender sus intereses ahora que tiene capital en estas empresas, pero de ningún modo se puede decir que hay intencionalidad de apropiarse de las mismas".
En algunos casos, como el de la siderúrgica Siderar que controla el grupo Techint, el nombramiento propuesto de un funcionario en el directorio ha sido turbulento. En la asamblea de accionistas la compañía rechazó al economista oficialista sugerido y ahora la situación parece que se resolverá en tribunales.
En cambio, en otros casos el gobierno ha logrado negociar para que su representante sea aceptado, como ocurrió este martes en la asamblea del Banco Macro, que aceptó al viceministro de Economía como nuevo integrante del directorio.
"El hecho de que el gobierno esté mediando con empresas privadas para poner a directivos en empresas donde tiene acciones, dista mucho del chavismo", afirmó a BBC Mundo el analista político Heriberto Muraro.
Son consabidas las clic expropiaciones de empresas en Venezuela, que normalmente se anuncian durante el programa dominical del mandatario en televisión "Aló Presidente". En ocasiones termina en una compensación estatal, pero la mayor parte de las veces no.
Políticas económicas
En ambos países se financian con fondos públicos una serie de programas sociales que aspiran a atender a los sectores más desfavorecidos. Las clic "Misiones" en el caso venezolano o la Asignación familiar por Hijo, en Argentina.
Hasta aquí la similitud. El gobierno de Chávez sólo cuenta con los llamados "petrodólares" para costear dichos programas, mientras que en Argentina los recursos salen diferentes fuentes y no sólo los llamados "agrodólares"; hay una diversificación económica.
"Las exportaciones argentinas de materias primas son un 30% de la economía, también cuenta la producción industrial, los productos terminados industriales y el sector de servicios. Si bien el campo es significativo, no quiere decir que sea decisorio de lo que pase en la economía argentina", aseveró Gak.
Justamente la estructura económica de ambos países revela las diferencias en políticas públicas en dos países con elevada inflación.
A diferencia de Argentina, en Venezuela hay un férreo control de precios y sobre la compra y venta de monedas extranjeras.
Según los especialistas, la inflación venezolana –cerca de 30%- se ve impulsada por la presencia de un mercado negro de divisas que afecta o distorsiona los precios de los productos importados.
"En cambio la inflación (argentina) se debe a su crecimiento económico", indicó Gak.
Argentina viene creciendo a tasas aceleradas en los últimos años, impulsada por la agroindustria y la venta de vehículos en otros mercados. En 2010 creció más de 9% del producto interno bruto. Venezuela, en cambio, tuvo su segundo año de contracción consecutivo.
"Son situaciones diferentes. Cuando sube la economía (como en Argentina) hay una puja entre los sectores para apropiarse de la renta nueva mediante alzas de precios", explica el economista.
La forma y el exterior
"Una de las cosas que suelen admirar los argentinos es el discurso frontal de Chávez contra Estados Unidos"
Celina Carquez, periodista venezolana residente en Argentina.
Donde sí parece que hay una clara semejanza es en cuanto a la política exterior.
"Ambos gobiernos promueven la integración latinoamericana y la conformación de un bloque unido para la región que defienda sus intereses", comentó a BBC Mundo la periodista venezolana Celina Carquez quien vive desde hace años en Argentina.
">"La retórica anti-estadounidense cala hondo en los dos países y, de hecho, una de las cosas que suelen admirar los argentinos es el discurso frontal de Chávez contra Estados Unidos", apuntó.
Otro tema que a primera vista pareciera similar es la polarización de la sociedad. En Venezuela es evidente. En Argentina, afirman algunos analistas, tiene otra explicación.
"La guerra entre Clarín y el gobierno tiñe todo de mal humor en el contexto nacional", afirma Muraro.
"Al gobierno le convendría una polarización si estuviese a punto de perder las elecciones, pero eso no tiene sentido porque Cristina gana en primera vuelta (en las próximas elecciones a finales de año)", agregó el analista político.
"De hecho Cristina salió a acallar a los que criticaban a (Mario) Vargas Llosa (quien estuvo la semana pasada en Buenos Aires y fue clic criticado por intelectuales de izquierda)", añadió Muraro como un ejemplo de que no hay una radicalización en el actual gobierno argentino.
"Yo creo que sólo son similares en cuanto a la defensa irrestricta del interés nacional. Veo en ambos países una voluntad de integración latinoamericana", le aseveró a BBC Mundo Luis D'Elía, un dirigente y ex ministro del gobierno Kirchner (ahora separado) en Argentina y que ha tenido estrechos vínculos con las autoridades venezolanas.
Pero D'Elía rechazó un parecido con el chavismo: "El kirchnerismo realmente se parece más al peronismo original fundacional".
Cortesía: BBC
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