El Presidente se va de gira por Brasil y Ecuador. Docenas de nuevos acuerdos y convenios para suplir carencias del gobierno que los gobernados podrían suplir de manera suficiente. Donaciones militares a Ecuador y más deudas con la contratista carioca por excelencia que pareciera tener en Lula su principal agente de negocios. Termina el viaje en Cuba. Lo ha hecho otras veces, pero en esta oportunidad aún desconocemos las verdadera naturaleza de los males que se anuncian para justificar la hospitalización, la intervención quirúrgica, la mudanza del alto gobierno para allá y la presencia a su lado de toda la familia, con la excepción del padre quien está enfermo. Este menosprecio por la medicina venezolana para operar un simple “absceso pélvico” refleja una actitud básica peligrosa. No se ha dicho, para el momento de escribir esta nota, cuanto durará la ausencia del Presidente, ni cómo será la recuperación. El estado venezolano está sin Jefe y las cabezas del régimen están mudadas para La Habana.
Recomiendo leer los artículos 233, 234 y 235 de la Constitución sobre las faltas absolutas, las temporales y sobre la autorización para ausentarse del territorio nacional que necesita el Presidente. Cada quien sacará sus conclusiones. No es un ejercicio ocioso, a pesar del control que tiene de todas las ramas del poder público, lo que impediría que cumplieran con su deber en caso de darse los extremos exigidos. Pudiera ser, pero la nación tiene derecho a plantearlo. A exigir su renuncia o destitución por abandono del cargo o la verificación de incapacidad física o mental. Nunca está de más tener presente cuales son los deberes y obligaciones que debe cumplir y los caminos posibles cuando no sucede.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 13 de junio de 2011
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