Mayo 11, 2010
Por el país, amigos de la alternativa democrática, depongamos las posiciones extremas. Todos queremos salir del régimen, pero nos enfrentamos a puñaladas traperas cuando surge la discusión del cómo. Entendamos que ante un proceso que tiene acaparados los poderes del Estado y que cuenta con apoyo popular, sin duda declinante, pero todavía de cierta importancia, no hay una solución mágica. Hemos intentado varias vías, como el paro cívico, protestas callejeras, marchas, la abstención electoral y el voto, pero sin resultados contundentes. Pretender que alguna de estas herramientas es la adecuada y descartar las otras no es lo acertado, ya que quizá tengamos que utilizarlas todas.
Recordemos que la salida de Pérez Jiménez se produjo por varias acciones en el curso de 1957: Pastoral de Monseñor Arias, pacto AD, Copei, URD, Junta Patriótica, reacción ante el fraude en el plebiscito y huelga estudiantil; en 1958 se produce el alzamiento militar fracasado del 1° de enero, huelga de la prensa, manifiesto de intelectuales, huelga general, refriegas callejeras con unos trescientos muertos y más de mil heridos, culminando con el desconocimiento del dictador por las Fuerzas Armadas. A pesar de que Pérez no tenía apoyo popular, fue necesario utilizar todas esas herramientas para expulsarlo. Hoy, la situación es más compleja pues es una lucha en contra de una ideología que cuenta con adeptos, algunos armados y sin escrúpulos.
Por ello, descalificar a María Corina por haber concurrido a las primarias, afirmar que Álvarez Paz “no está tan cuerdo como proclama”, por invitar a votar; acusar a los dirigentes de los partidos de “colaboracionistas y de aceptar dádivas del Gobierno” por insistir en el voto; calificar a Pompeyo de traidor por haberse pronunciado en contra de unas “guarimbas” que solo perjudicaban a los propios guarimberos; predicar que Ismael García y otros que en el pasado apoyaron al teniente coronel son iguales a Arias Cárdenas, son afirmaciones injustas y sin ninguna base. Restarle importancia a la disidencia de Falcón y PPT es síntoma de miopía.
Por otra parte, seguir afirmando que la Coordinadora, el paro cívico y la abstención en las anteriores elecciones parlamentarias, son ejemplos de la antipolítica que no deben repetirse, es también un análisis injusto, muy superficial y atornilla al teniente coronel. Recordemos que en la Coordinadora estaban todos los partidos y que éstos convocaron al paro cívico del 2002 y retiraron a sus candidatos en el 2005. Además, el 2D votamos y ganamos el referendo, pero el régimen se burló de los resultados. Apoyamos a la Mesa de la Unidad, pero sus defensores a ultranza no pueden pretender que sus decisiones sean dogmas.
Propuestas como la insurrección popular y la “resistencia activa no violenta”, requieren que abrumadoramente los venezolanos se percaten de que la “revolución” nos conduce a la miseria cubana. Mientras no ocurra ese desencanto, debemos lidiar con el ventajismo electoral oficial. Gradualmente se darán las condiciones como el 23 de enero de 1958. Así es que, por el país, no nos descalifiquemos.
Como en botica: Algunos copeyanos asimilaron solo lo negativo del fundador. Las preguntas de la excelente profesional Adriana Núñez le recordaron el examen de Estado Mayor, por eso solo acepta preguntas que puede contestar. Ojalá no se repita en Miranda lo de Bolívar y Valencia. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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