La cubanización de la Fuerza Armada Bolivariana no sólo tiene que ver con la presencia e inherencia de personal cubano en los cuarteles.
Tal como lo afirma el Ministro de la Defensa Carlos Mata Figueroa, anteriormente la FAN tenía un convenio con los Estados Unidos para capacitación y adiestramiento, convenio que ahora está establecido con Cuba, pero cuyos detalles no son claros.
En la misma forma que el presidente Chávez utilizó a la Academia Militar de Venezuela para sus planes conspirativos, catequizando a los cadetes para ejecutar el golpe de Estado del 4F, ahora lo hace con la FAN.
Los oficiales que resultan entre los primeros lugares de las promociones de formación en las escuelas de armas o servicios de la FAN, son seleccionados por especialidad para ir a Cuba a hacer un supuesto curso de especialización, en el que se les imparten nociones generales básicas del aspecto doctrinario del combate de milicias a nivel terrestre y en atención a las hipótesis de conflicto de la república de Cuba.
Los oficiales son hospedados en el Hotel Kohly, en La Habana, conocido por poseer sistema de tele vigilancia e intervención telefónica. Los militares venezolanos permanecen allí por dos meses sometidos a la acción psicológica de no poder comunicarse con sus familiares excepto por las líneas internas del hotel y con llamadas desde Venezuela. El curso lo realizan en uniforme civil, de manera tal que no se note la presencia de gran cantidad de militares venezolanos en la isla y la prensa internacional o los turistas noten su presencia.
Los profesionales ingresan al Instituto Técnico Militar de Cuba sin ningún tipo de material electrónico (teléfonos, laptop, teléfonos) ni material para escribir. Todo lo que usan está en su escritorio de clases y allí permanece hasta que termine el curso y es destruido. Si el oficial tiene una laptop debe dejarla antes de entrar a clases en un armario que por supuesto será revisado por oficiales de la inteligencia cubana alegando medidas de contrainteligencia, pero en realidad lo que se pretende es evitar dejar rastros del paso de estos profesionales por la escuela. Es más una forma de vigilar la actitud, los intereses del personal militar venezolano, cómo actúan, qué los motiva, para medir el nivel de compromiso con la Revolución y crear su perfil de formación.
Los profesionales son monitoreados por cámaras de vigilancia, son medidos sus gestos, sus actitudes y aptitudes, su expresión, si acatan o no acatan órdenes, su conducta con el dinero de viáticos asignados, etc.
El curso que reciben los militares, es académicamente inferior a los dictados en Venezuela, no agregan nada a su proyección profesional por lo cual no los motiva.
Al salir de cada clase, los profesionales son llevados a la embajada de Venezuela en La Habana para que tengan acceso a internet en las computadoras que se encuentran allí, pero todo cuánto hagan en dichas computadoras está intervenido.
En comunicaciones, la instrucción que imparten los cubanos a los militares venezolanos es sólo con medios alámbricos. ¿Es lógico esa instrucción para profesionales venezolanos? ¿Cuenta Venezuela con medios radiotelefónicos de combate? ¿Es pertinente el entrenamiento en palomas mensajeras? Estas tecnologías no son “atrayentes” para el oficial venezolano. Generan retraso y van más a la Primera Guerra Mundial. Un profesional no entrenado en operaciones psicológicas es fácilmente presa de la molestia y es “etiquetado” al llegar a Venezuela. Son reasignados y su expediente lleva una tacha de “Contrarevolucionario” o “Dudoso”.
Lo mismo ocurre en los aspectos de geografía para ingenieros militares, artillería o blindados. Los medios cubanos son sólo para defensa de área en tierra ante una invasión por aire o mar, lo cual no es descartable para Venezuela pero definitivamente no es suficiente en el actual contexto geoeconómico mundial, en el caso de una confrontación con Colombia, Brasil o Guyana. Particularmente con Brasil y Colombia, que tienen el potencial suficiente para neutralizar a la FANB en 24 horas no valdría mayor instrucción cubana, y con los Estados Unidos sería una guerra de “despiértate que te estoy apuntando”.
Esto permite inferir que este convenio militar sólo busca favorecer económicamente a Cuba (ya que la instrucción es cancelada por Venezuela con petróleo), mejorar su turismo (los venezolanos gastan los dólares de sus viáticos en los hoteles cubanos), y obtener de los profesionales una medición del perfil profesional, sus motivaciones e intereses lo que les permitirá a los oficiales de Cuba que se encuentran en el Comando de las Escuelas de las FANB, diseñar un plan de adoctrinamiento para el Presidente que le permita terminar de destruir la institucionalidad de la misma y por ende obtener en un período de 10 años una Fuerza Armada catequizada y obediente sólo a su designio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario