ESTAMOS EN PROCESO DE CAMBIO DE IMAGEN Y REESTRUCTURACION DEL BLOG BIENVENIDO A ZONATWIVE MULTIMEDIA

ACTUALIZANDO EN ESTE MOMENTO EL BLOG. INFORMACION A NUESTROS SEGUIDORES: GRACIAS AL APOYO DE TODOS UDS, ESTAMOS CRECIENDO, PASAMOS AL PORTAL WORDPRESS. DESARROLLANDO IDEAS Y CONCEPTOS, EN LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD. QUEDANDO ESTE BLOG COMO UNA HERRAMIENTA PARA USOS MULTIMEDIA Y EL WORDPRESS PARA USO ESCRITA. Siguenos en twitter por @Zonatwi_ve o @TuDato_Legal @HistoriaViva_ @ElAntiKuario o contactanos por nuestro correo electronico YOSOYVENEZUELA39@GMAIL.COM tambien puedes escribirnos por zonatwive@yahoo.com.ve y zonatwive@hotmail.es. PARTICIPA.


SIGUENOS AHORA POR WORDPRESS: http://zonatwive.wordpress.com/

ESCUCHA A RADIO CARACAS RADIO 750

Seguidores


Donde no hay luz? CON UN SOLO CLIK CONSULTE EN QUE PARTE DEL PAIS EN ESTE MOMENTO NO HAY LUZ

Buscar este blog

miércoles, 12 de mayo de 2010

Gonzalo Himiob Santomé La Voz/ND Friedrich Schiller

Mayo 10, 2010

“La construcción de la auténtica libertad

política es la más completa de todas las obras de arte”

Johann Christoph Friedrich Von Schiller

Tal día como hoy, pero en 1805, murió en Weimar, Alemania, el poeta, dramaturgo y filósofo Johann Christoph Friedrich Von Schiller. Habida cuenta de que su trabajo se conoce poco en nuestro país, y dado su incuestionable carácter humanista y libertario, he decidido dedicar éstas líneas a su memoria. Y busco quizás en ello, también, que algunos de sus ideales y de sus formas de comprender las relaciones humanas con el poder sean revindicados en estos tiempos de oscurana intolerante que nos ha tocado en suerte vivir. Schiller formó parte, junto con Goethe, del romanticismo humanista alemán y fue una de las personalidades más prominentes de lo que se dio en llamar el “clasicismo de Weimar”.

Sus obras de teatro, sus ensayos filosóficos y sus poemas son parte del acervo cultural de la humanidad; fueron escritos con fina intuición y, por encima de todo, no obstante el divertimento que de ellos –particularmente de sus obras de teatro- se obtenía y se obtiene, incluso hoy, su obra no escapó la las realidades transicionales que le tocó vivir y en ellas hay mucho de cuestionamiento al esquema monárquico-absolutista que, ya para la época de la publicación de sus primeras obras importantes (hablamos de la década comprendida entre 1780 y 1790) estaba en Europa en franco declive, fundamentalmente por la acción de los revolucionarios franceses. A tal punto fueron representativas del sentir de la época sus obras que en 1792 fue nombrado “Ciudadano de Honor” por la naciente República Francesa. Ello, sin embargo, no desdijo para nada de su carácter humanista, opuesto a los abusos contra los seres humanos, vinieran de dónde vinieran. A poco de haber sido galardonado como “Ciudadano de Honor” por los revolucionarios franceses ya hechos del poder, condenó severamente que el depuesto rey de Francia hubiese sido guillotinado, como lo fue, más por los ánimos vindicativos de los “libertarios”, que por cualquier otra razón más plausible y racional.

Fue un acérrimo cultor del intelecto y de la formación de los seres humanos. Se oponía a toda forma de estupidez o de arbitrariedad. “Contra la estupidez –decía- los propios dioses luchan en vano”. Su admiración por los personajes que, desde la humildad, luchaban por la libertad y contra las injusticias y los abusos del poder se pone de manifiesto, entre otras, en su obra en cinco actos basada en el legendario Guillermo Tell. Éste fue –se dice- un ballestero suizo que en el Siglo XIV, se opuso a inclinarse ante un sombrero del abusivo gobernador del cantón de Uri, que había sido puesto en la plaza central del pueblo de Altdorf para que los ciudadanos lo saludaran con reverencia sumisa. Tell –así lo narran la leyenda y la obra de Schiller- fue reprendido por el poder por su “irrespeto” y se le sometió a la dura y aterradora pena de tener que acertar, a considerable distancia, con una flecha disparada desde su ballesta a una manzana puesta sobre la cabeza de su hijo. Tell se hizo de su ballesta y de dos flechas, pero al primer intento logró acertar a la manzana sin herir a su vástago. Cuando se le preguntó sobre el por qué de la segunda flecha dijo sin ambages que, de haber herido o matado a su hijo, esa segunda flecha la habría usado para matar al malvado gobernador. El abusador mandatario, indignado por la respuesta, ordenó encarcelarlo, pero Tell escaparía antes de llegar a su prisión y, luego de encontrarlo de nuevo, mataría al gobernador con aquélla segunda flecha. Se cuenta que este hecho fue el que dio lugar a la sublevación de otros cantones suizos contra la tiranía de los Habsburgo, por lo que Tell –y así lo recogen Schiller y el mito popular- habría sido el pilar fundamental de la lucha de los suizos por su independencia y por su libertad.

Uno de los méritos más importantes de Schiller lo fue, quizás, el revindicar a la literatura, y a la palabra en general, como mecanismos de articulación política. A diferencia de lo que ocurría en otras naciones europeas por aquellos lustros, la burguesía alemana no lograba coordinarse para luchar contra los abusos absolutistas, especialmente por la falta de una narrativa, de un discurso unificador, que recogiese –de manera coherente- las visiones y posturas de quienes abogaban por el cese de las irracionalidades aristocráticas. Su escritura promovía la elevación del espíritu humano a través de la estética y de la educación en las artes y cuestionaba el uso de la violencia contra la violencia y, por el contrario, en su pensamiento se ven claras las líneas definitorias entre la intolerancia y la tolerancia. Clamaba por una transición desde la antigua manera de hacer las cosas hacia los derroteros de una nueva visión, más humana, de las relaciones entre el poder y los ciudadanos, pero todo ello dentro de una visión pacifista que, por encima de todo, reivindicase la igualdad entre los seres humanos y el reconocimiento de “los otros”, de “los opuestos” como interlocutores válidos y legítimos en las lides políticas.

Pero hay más. No se habla mucho de ello pero considero que cabe rescatar de sus aportes el poder indiscutible de la cultura, y de la educación en general, como factores de cambio social. El impacto colectivo y político, nada despreciable, que tuvieron sus obras –y sin contar con los recursos de difusión masiva con los que contamos hoy día- nos demuestra que no hay esfuerzo cultural o artístico, cuando está comprometido con la realidad en la que se desarrolla, que pase desapercibido cuando de mover las emociones de las masas se trata. Pese a que la ironía muestra que la misma patria de este autor tan luminoso fuera la que casi un siglo después se diera con fruición a la destrucción de toda obra cultural que pudiese ser considerada contraria al Nacional-Socialismo, no le resta tal oscuridad absolutamente nada a la influencia que, desde la pluma de Schiller –entre otros del mismo talante- demostraron tener la poesía, el teatro, la narrativa y el arte en general en los asuntos de la política. Y es que el arte moviliza aspectos íntimos, subjetivos y esenciales de nuestra más elemental humanidad, y lo hace de una forma a la que el más elaborado discurso político no tiene ni tendrá acceso jamás. Y ello ha sido así siempre, no sólo con Schiller, sino con muchos otros que han seguido sus pasos o con otros que también entendían tal importancia de la creación humana sobre los asuntos de la política antes que él. No en balde uno de los principales empeños de los intolerantes, sean quienes sean y estén dónde estén, ha sido el de destruir las ideas y emociones que, desde el arte y la cultura, les son opuestos y nacen para ser captados por el pueblo en general.

Fue Schiller, entonces, un tolerante a carta cabal. Uno que entendía, como estimo yo que debemos entenderlo nosotros ahora, que una sociedad siempre estará compuesta por diferentes individuos con diferentes visiones, con distintos anhelos y, a veces, hasta contradictorias posturas que es menester conciliar –o reconciliar, pese a lo que diga nuestro presidente- desde la paz y desde el diálogo para el logro de los objetivos que se tengan en común. Su voz fue, a la vez, la voz que permitió, de alguna manera, amalgamar en una narrativa compartida el cúmulo disperso de sueños que, como no fuera a través de la literatura, no encontraban punto de conexión y servían, en su dispersión, a que los abusos de los poderosos, y los infaustos de sus arbitrariedades, se siguieran sucediendo en una nefasta cadena. Fue, en gran parte, a través de la pluma de Schiller que el pueblo alemán de entonces tuvo acceso a los ideales de igualdad, libertad y fraternidad que en el Siglo XVIII transformaron la historia del mundo y, con altas y bajas –y excesos, como siempre ocurre en las vorágines revolucionarias- dieron forma a los primeros experimentos republicanos occidentales modernos. Ojalá en Venezuela encontremos también –como lo hicieron los alemanes en su momento con Schiller, Goethe, y otros- en la narrativa, en la poesía, y en las artes en general, de los nuevos y de los viejos valores, las claves que nos permitan unificar nuestros sueños e ideales.

http://www.noticierodigital.com/2010/05/friedrich-schiller/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi lista de blogs

Comente las noticias