Junio 29, 2010
Si tenemos claro que el objetivo es ganar la mayoría en la Asamblea, como paso importante para detener las violaciones a la Constitución y derrotar al lenguatón en el 2012, debemos jugar en equipo. La Mesa de Unidad Democrática, los disidentes de la misma y los ciudadanos en general tenemos la opción de patear como los galos o manejar el balón como un equipo dispuesto a ganar a pesar del árbitro. Soy gran admirador del pueblo francés y de sus logros en todos los órdenes, pero hay dos cosas que no debemos copiar: la conducta de su equipo en este Mundial y su entusiasmo por la cohabitación política. La primera porque así no se gana. La segunda porque no aplica ante un régimen totalitario.
Domenech, el seleccionador y entrenador galo, seguramente no armó una buena selección y, además, tiene un torpe manejo de las relaciones humanas. Descartó a unos buenos jugadores, convocó a otros sin suficientes méritos y no pudo crear el “esprit de corps” necesario para ganar cualquier contienda. Ante esta realidad era de esperar cierto malestar en el equipo, pero lo grave fue que ni él, ni los jugadores, entendieron que el objetivo era ganar la Copa del Mundo. Por ello el lamentable desastre futbolístico de un país con gran tradición y credenciales en ese deporte.
Guardando las distancias y con respeto para todos, como seleccionador de tribuna me permito hacer un llamado a todos los demócratas a que juguemos para ganar. Seguramente nadie está del todo satisfecho con los candidatos seleccionados y cada uno de nosotros cree poder construir un mejor equipo, pero el Mundial del 26S está “ad portas” y tenemos que cerrar filas como hicieron los romanos ante la invasión de Aníbal. Expresar malestar ante el seleccionador es comprensible, pero enfrentamos un gran reto y el país democrático no nos perdonaría que vayamos al terreno de juego con más de once jugadores ya que seríamos descalificados. Tampoco perdonaría que el seleccionador actúe como prima dona haciendo caso omiso de la necesidad de algunos acuerdos y solo preocupándose de los noventa minutos de juego, cuando antes del partido suceden eventos que requieren ser atendidos. Por lo complejo de la situación el seleccionador debería promover el apoyo de un grupo de independientes que lo ayuden a enfrentar el día a día. ¡Vamos a ganar, somos mayoría!
Como en botica: Hay pudrimiento en los contenedores y en el Gabinete. En todas las épocas han ocurrido derrames de petróleo en el lago; la diferencia es que antes se identificaba rápidamente el lugar de la fuga, se reparaba la tubería y se saneaba de inmediato. Ahora nadie sabe la procedencia y son miles los barriles derramados. Seguramente declararán que el crudo procede de las plantas de la Polar o que es producto de sabotaje. El panorama mundial se tornó adverso al teniente coronel. Las declaraciones de los parlamentarios de España y de los países latinoamericanos, así como el pronunciamiento de la OIT y de la Internacional Socialista así lo demuestran. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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