Lunes, 28 de junio de 2010
El oficio, si así puede llamársele, de algunos opinadores en los medios de comunicaciones nacionales, consiste en quejarse de la presunta inacción de la Mesa de la Unidad Democrática. ¿Será eso cierto? ¿O no será más bien que cada cosa va a su tiempo? ¿De qué sirve entrar en un debate político circunstancial cuando lo que debe hacerse es organizar la campaña para ganar las parlamentarias del 26S? Declaraciones de los principales dirigentes políticos sobre “Pudreval” han sido copiosas y si la memoria no nos falla, fueron diputados de oposición en la Asamblea Legislativa del estado Carabobo quienes dieron la voz de alerta sobre los contenedores con alimentos podridos en Puerto Cabello.
Columnistas insatisfechos pretenden que la MUD actúe como un partido político en el que un líder lleve la voz cantante, ataque y contraataque al gobierno. Pero la MUD no es un partido político, sino una coalición de partidos y organizaciones civiles que tiene por meta lograr, con la unidad de candidatos opositores, ganar las elecciones del 26S. Para hacerlo debe coordinar, en todos los estados del país, las organizaciones locales que aseguren la vigilancia y el conteo de los votos en todas las mesas electorales.
Definir políticas de largo alcance es más una función de la campaña electoral presidencial que la de una elección parlamentaria en la que, por lo general, lo local priva sobre lo nacional. Esto no quiere decir que la MUD no oriente el debate que se desarrollará en todos los estados y municipios de Venezuela, pero esa responsabilidad recaerá en los candidatos de la oposición en cada circunscripción correspondiente. Recordamos, además, que oficialmente la campaña electoral no ha comenzado.
La labor de la MUD ha sido, hasta ahora encomiable; pero no le sigamos exigiendo que actúe como una organización político partidista, porque esa no es su función. Esa tarea le compete a los partidos políticos y así es en toda democracia funcional. Criticar sin fundamento a la MUD no es inteligente por parte de aquellos que se autocalifican opositores, porque una cosa es lo que se puede escribir en el papel y otra lo que se dice y se hace en las calles del país.
La MUD es uno de los grandes logros de la oposición. No le hagamos, por impaciencia, el juego al gobierno al descalificarla o exigirle más de lo que puede y debe hacer en esta difícil etapa de la democracia venezolana.
http://www.analitica.com/va/editorial/1652006.asp
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