Junio 7, 2010
Hablar de Franklin Brito es explorarse a uno mismo en lo mas oculto de nuestro ser y llegar a donde limitan las razones lógicas con las complejas, la voluntad con la obstinación, la cordura con el idealismo, la honorabilidad con el deber ser.
Quizá es difícil imaginar, porque nosotros mismos no podríamos efectuarlo, como una persona es capaz de reducir su peso corporal a mas de la mitad, cortarse un dedo y acampar por meses a la intemperie en una acera para que el Estado y los organismos competentes le reconozcan sus derechos, le devuelvan sus tierras y legalicen de forma transparente y honesta los pagos hechos en dinero y bienes por el daño causado que más parecen un soborno que una justa y debida compensación por el trato arbitrario del que ha sido victima.
Franklin Brito exige claridad y afirma que no hacerlo es aceptar corrupción. Para entender este caso se necesitan muchas líneas. Pero lo que si debe quedar claro es que el Sr. Brito está ejerciendo un derecho constitucional como lo es el derecho a la protesta pacifica a través de la huelga de hambre, que muchos consideran extremista.
La fiscalía afirma que el derecho a la vida está por encima del derecho a la huelga y por ello, a través de los órganos jurisdiccionales ordena hospitalizarlo en contra de su voluntad y mantener los valores mínimos que necesita para salvaguardarle la vida.
Difícil situación para los médicos del hospital militar, quienes se debaten entre su juramento hipocrático, la declaración de Malta sobre personas en huelga de hambre adoptada por la asociación médica mundial en 1991 y las órdenes que emanan del tribunal que lleva la causa. El día 01 de Marzo de este año el Director del Hospital Militar dio de alta a Franklin Brito por considerar que ya se habían cumplido los objetivos de la Amparo por el cual había sido recluido en dicho centro hospitalario ya que Franklin había recuperado su peso y estaba restablecido. Lo único que faltaba era una evaluación psicológica que se podía hacer de forma ambulatoria. El juez 23 de control le respondió al Director que se abstuviera de emitir opinión porque ese era un caso judicial, por lo tanto era el Tribunal a quien le competía verificar si el objetivo del Amparo se había cumplido, ordenándole mantener recluido al Sr. Brito y que cualquier actuación sobre el caso debía hacerla a través del tribunal.
Los exámenes que psiquiatras y psicólogos le han realizado han dicho que Brito está en pleno uso de sus facultades mentales, contario a lo que dijo la Fiscal General de la Republica cuando refiriéndose al caso señaló que Brito estaba inhabilitado por tener una conducta “no ajustada a la normalidad” sin que legalmente se hubieran cumplido los pasos necesarios para emitir una aserción de esta envergadura sobre una persona.
Pero y a esto quería llegar estimados lectores: independientemente de lo que cada uno de nosotros consideremos acerca de las huelgas de hambre y el peligro que corre la vida de Franklin Brito, está la desacertada e ineficaz forma, el falso interés y arrogancia con la que el gobierno se ha tomado el caso. ¡Como cuesta sentarse y escuchar el clamor y las peticiones de un hombre y una familia que solo exige lo que creen es correcto, con dignidad y valor! Esto es un ejemplo de lo sordo que puede ser un régimen al que solo le interesa aquel que se subyuga sin resistir (y al que trata como ciudadano de primera) y como reniega, reprime y maltrata a quien reclama sus derechos constitucionales tratándolos como ciudadanos de tercera. Como ejemplo cercano está el caso de las enfermeras recientemente imputadas por exigir el pago de sus beneficios laborales. Mas allá esta el juicio que se le sigue a los trabajadores de la Alcaldía Metropolitana y la persecución penal contra sindicalistas y obreros de las empresas de Guayana.
El desenlace se espera en cualquier momento. Ya algunos órganos del frágil cuerpo del Sr. Brito deben estar sufriendo consecuencias irreversibles. El estado venezolano que de jarta de democrático y “social” y cuyos principios fundamentales son el respeto a los ddhh universales hasta ahora ha desconocido las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que instan al gobierno a permitirle visitas regulares, así como la visita de un médico de su confianza o de un representante de la Cruz Roja Internacional para evaluarlo.
Mientras tanto, la falta de solidaridad nos dice que somos incapaces de entender la lucha de Franklin Brito, así como somos incapaces de comprender que estamos perdiendo lo que nos queda de “República”. ¿Ciudadanos? No sé…
http://www.noticierodigital.com/2010/06/franklin-brito-3/
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