Mayo, el mes de la “afrovenezolanidad”, cerró este año con una nueva ley en contra de la discriminación racial y la propuesta de crear un ministerio para la afrodescendencia. La noticia rebotó en buena parte de la blogósfera venezolana, dentro de la que algunos compartieron opiniones acerca de una de las caras más complejas y confusas del país: la identidad.
Durante los últimos años, el gobierno de Hugo Chávez y su estandarte por la inclusión ha removido discusiones profundas acerca de la igualdad y la justicia social. Históricamente, el proceso de mestizaje y de inmigración ha hecho que la sociedad venezolana se vea a sí misma como tolerante e igualitaria frente a las diferencias étnicas, particularmente en comparación con otros países, en los que la convivencia ha resultado mucho más pedregosa.
El artículo de Wikipedia “Inmigración en Venezuela” presenta una introducción para el entendimiento del fenómeno:
La Inmigración en Venezuela, ha sido constante desde la independencia del país en 1830. Con anterioridad, al inicio de la época colonial la población predominante era de origen indígena, española y africana. Con el tiempo aumentaron los mestizos de las tres razas, los cuales se convirtieron en la población mayoritaria en el siglo XVIII. La población indígena disminuyó en el siglo XVI, el siglo de la conquista por parte de España, no solamente a consecuencia de la propia conquista sino por la introducción de enfermedades.
Venezuela recibió una gran cantidad de inmigrantes entre 1948 y 1961 cuando aún era un país de apenas 5 millones de habitantes por lo tanto el proceso de mestizaje ha sido muy intenso.
Sin embargo, las desigualdades sociales que parten de las diferencias étnicas han sido señaladas con más ahínco en los últimos años. Se sostiene que a pesar de que muchos piensen que la sociedad venezolana no sufre de estos problemas, hay prácticas discriminatorias muy presentes en la vida diaria del país, aunque no sea reconocido abiertamente. Así lo explica Juandemaro en su post “A los negros les llegó su día“:
…el espíritu igualitario de la guerra de independencia y el movimiento de la Federación, se expresa de muchas maneras y sirve de catalizador a la venganza, permeando las nuevas ideas del liberalismo que sustituyeron a las monárquicas, quedando en la superficie como una actitud negociadora y horizontal (…) sin embargo subsiste una discriminación encubierta que se arrastró todos estos años, siempre con la inquina que da la injusticia que conforma la redistribución de la riqueza material.
Los venezolanos de piel oscura, morena, moteada (…) ocupan los lugares más remotos del entarimado estructural; lo social, lo económico y la educación, les llega a cuentagotas…
Y con respecto a la ley:
El instrumento legal que condena las viejas prácticas excluyentes y discriminatorias de blancos contra indios y negros, viene a llenar un vacío tan necesario en la región latinoamericana (…) los negros podrán educarse mirando a la madre África, sin el peligro del cimarronaje de que hablaba el intelectual haitiano René Depestre…
Por otro lado, Mercedes, en el blog Código Venezuela analiza el fondo de la celebración de la afrovenezolanidad y sostiene que la diferenciación étnica apoyada por la ley, y por un posible ministerio, es absurda:
Nadie aclaró de qué se ocuparía un tinglado ministerial para asuntos de venezolanos cuya piel tenga alguna coloración. (…) ningún venezolano es genéticamente puro, ya que toda la población, con independencia de su aspecto físico, tiene genes mezclados (…) cada individuo posee genes de las tres razas. Ya sea que resulte evidente o no.
Así que el día de la afrovenezolanidad es el día de todos los venezolanos.
Del mismo modo, Antonio José Guevara y Brunilde I. Palacios Rivas a través del blog colectivo Aporrea consideran que la ley no asimila de modo justo los valores de lo que han llamado Socialismo del siglo XXI:
…en la referida ley se niega el pluralismo jurídico (…) y por otro lado (…) viene a contradecir la potestad multiétnico, pluricultural y multilingüe que se encuentra establecido (sic) en el Preámbulo de la Constitución Bolivariana
Como cierre temporal de la discusión, tomamos las reflexiones de Kira Kariakin, hechas hace un tiempo en su blog Anotaciones al borde. En sus líneas, Kira observa el aumento en el discurso agresivo de parte de los grupos en pro y en contra de Chávez y la multiplicación de insultos con base étnica contra los que hoy se levanta la nueva ley (aunque específicamente defiende a los venezolanos de ascendencia africana):
El que desee seguir multiplicando la ignorancia que lo haga, pero que sea consciente de que lo que se repite hasta el cansancio se convierte en verdad. Y en este caso, el odio racial puede llegar a convertirse en una verdad para este país dolorosa y absurda. Sin sentido, porque es justamente el componente racial una de las cosas que más lo define y lo enaltece. La capacidad de mezclarnos sin mayores prejuicios no sólo biológicamente sino culturalmente.
Justificar el uso de términos como zambo, mono, niche en vista de la rabia e indignación que sentimos es como justificar un crimen pasional…Cansa oír día tras día este tipo de argumentos racistas. Peor es oír que ¿por qué no, si el mismo Chávez apela a la raza para su discurso? Y esto me descorazona más porque es tratar de apagar el fuego con más fuego.
Escribo esto como reflexión. En un intento quizás vano de que quien lo lea apele a su razón y no lo básico de sus emociones, que aplique una inteligencia emocional mínima para encontrar el camino de vuelta a aquello que nos distinguía como nación, un verdadero crisol de razas y culturas donde blancos, negros, indios, mulatos, mestizos, zambos, semitas, o lo que sean eran venezolanos sin importar nada más.
El texto que describe la ley puede descargarse aquí.
Fuente: es.globalvoicesonline.org
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