No deja de ser curioso que masivamente se crea la fábula sobre que Chávez no tiene nada y que su cáncer es una trampa tramada con los Castro para, dando lástima, apelar al voto mayoritario en 2012. He llegado hasta leer que si se le cae el pelo por la quimio eso es porque se rapará con 0.0. y no como dijo el presidente, y parecerse al actor Yul Brynner, recordado por cincuentones y más viejos, de aquel film: “Taras Bulba”, que se basa en una novela sobre pleitos de pueblos tártaros, de Nikolai Gogol.
¿Hemos llegado entonces, por el temor al vacío de poder, premonitorio de probable caos y de ver este país convertido en presa de pelea de perros enfurecidos, a negar la realidad … la sencilla y brutal realidad?
Empecemos por un hecho notorio. Millones de venezolanos indignados con Chávez y habiéndose sentido manipulados y burlados, en decenas de ocasiones, por este ladino llanero, vivo como una lapa y traicionero como una serpiente, quién ha arruinado sus vidas y las de sus familias, durante ya 13 larguísimos años, no pueden dar crédito a que el sujeto de marras tenga una enfermedad terminal y después de todo sea tan fácil salir de él, con la pelona de intermediaria eficaz.
El primer impulso es sencillamente NO CREER que esté de verdad en ese estado. Pero además y como tenemos como paciente a nada menos que el más grande fabulador y actor marrullero para la galería, sus gesticulaciones diarias para hacer ver que se está recuperando, por momentos puede dar pábulo a que efectivamente nunca estuvo enfermo, ni operado de emergencia y que ya sea cosa del pasado sus supuestas o reales dolencias.
Sin embargo, no queremos detenernos en lo que dicen los que no le creen. Me interesa y nos debe interesar a todos es el tópico: ¿Por qué no le creen?
Interesa porque en este tipo de reflexiones, se encuentran no pocas claves del futuro político mediato en inmediato de Venezuela. Es probable que esté equivocado en todo, pero quedarán en pie, si no éstas otras interrogantes más certeras.
¿No es acaso muy raro que este meta-mensaje provenga paradójicamente de los sectores más vehementes y radicales contra el régimen rojito?
Porque se entendería más fácilmente si, por ejemplo, desde ese limbo del inconsciente colectivo, donde operan los milagros, viniese la opinión de los fanáticos del presidente, que hasta rezan con contrición de pecados, mayores y menores, con tal de ver salvado a quien ya dan por santón redivivo.
El gran maestro Karl Jung, padre de la psicología analítica, descubrió como indagar sobre la psiquis social y sentó las bases para entender los arrebatos del histórico inconsciente colectivo, social y cultural, generador de las locuras de las naciones. ¡¡Cómo quisiéramos su auxilio para entender este país de descendientes, en lo fundamental, de carne de prisiones andaluzas e indios Caribes haraganes y guerreros!!
Algo se ha avanzado sin embargo, para comprender fenómenos sociales, que delatan conductas contradictorias. Por ejemplo cuando se concluye que personas o grupos sociales son víctimas del “Síndrome de Estocolmo”, se aduce que los secuestrados adoptan, tras largos sufrimientos, la defensa del victimario, a quienes terminan por proteger o desear su bien.
¿No será entonces que lo que más temido por los encarnizados y fanatizados críticos del déspota, es que éste estire la pata y nos deje huérfanos de “puchinbol” receptor de nuestra agresividad contenida?
¿No es acaso Chávez esa especie de demiurgo de la multiplicación de todos los males nacionales, -ocultando nuestras propias cobardías y corresponsabilidades- pero además portador de una omnipotencia tal que sencillamente lo hace inmortal, para objetivándolo así, justificar la inacción para intentar sacarlo de cuajo del poder?
Esta tesis me llama particularmente la atención, porque además de estar sus cultores hermanados con la anti política, desarrollarán sin duda su tradicional oposición a apoyar opciones de oposición electoral, con la archiconocida tesis que el CNE hace trampas masivas, lo cual es cierto y los militares del CUFAN maquillan, en la sala de cómputos sellada sólo para chavistas, los escrutinios y resultados finales, lo cual también debe ser cierto.
Recordaré por las dudas, que mientras haya posibilidades de pelear espacios al régimen despótico, o por lo menos mientras no se tenga fuerza y convicción masiva para un boicot electoral activo, habrá que participar hasta en una competencia contra la candidata del gobierno, en el reinado de carnaval de un pueblito del llano, si eso es lo que queda.
Tengo también otra hipótesis, ¿rebuscada?. Creo que sectores muy radicales, obstinados del régimen son sin embargo y al propio tiempo, segmentos sociales que terminaron acostumbrados a sobrevivir, muchas veces exitosamente, dentro de los límites de la economía vudú chavista.
Y aunque sea difícil de concebir, ellos, inconscientemente, casi que temen el fin del régimen, por temor a perder esa “confortable” convivencia, con el corrupto funcionariado rojo, ya no más temido, sino soportado y con el cual ya coexisten incluso, como en complicidades de bailes de tangos sociales, donde agresivamente la pareja de opuestos sin embargo disfruta.
No quisiera dejar la impresión que estas reflexiones se cierran sobre si mismas, proponiéndolas como exegesis o dogmas intocables. Pido sí que empecemos a reflexionar sobre esas conductas de resignaciones políticas multitudinarias, en la clase media sobre todo, que apenas conservan signos de vitalidad para las oportunidades de mostrar rechazos electorales cada 6 años.
He sostenido que a partir del Carmonazo y sobre todo desde el famoso Paro Indefinido, suicida, aquí se instaló una percepción de derrota histórica (por toda una etapa) entre los amplios sectores medios. Contradictoriamente cada año que ha pasado desde entonces, hay mas voluntad de lucha frontal entre los sectores populares y los proletarizados de esa clase media.
Si quitamos el velo de confusión ideológica, de los que disfrazados de rojo, apelan a la radicalidad en sus luchas, pero pidiéndole al “comandante presidente” que se apiade de ellos, la conclusión lógica es que al burlarse de sus promesas, una y mil veces, terminarán quemando las banderas rojas y detestando a su símbolo divinizado, hasta querer expulsarlo del poder con cáncer o sin cáncer.
Me pregunto entonces si: ¿No será que la inminencia de una explosión social, por arrastre de hambre y atropellos acumulados, o el vislumbrar el vacío de poder y el olor a pólvora presentes en el horizonte de sucesos del inconsciente colectivo de la clase media pacifista, lleva a que ello se tema más que al propio gobierno, al que ven disiparse peligrosamente tras cada sección de quimio?
Tras 13 años de astucias del poder premiadas al gerifalte barinés ¿se llegó entonces hasta la resignación ante una monarquía fascista roja, tipo Cuba, Siria, Corea, o menos conocida, como Egipto y Libia donde Mubarak y Gadafi planeaban dejar a sus vástagos en el coroto, como ahora se planea con Adán?
Quisiera terminar planteando por lo menos una afirmación en lugar de más interrogantes, inconvenientes para muchas almas satisfechas. La cabeza que pierde pelo por efecto de la quimio no deja lucir “cañones” salientes, como los de moda entre futbolistas o Yuppies de Wall Street, la quimio deja la cabeza tan lisa como una bola de billar, y solo al más grande de los ociosos, o a un suicida político, se le puede ocurrir hacerse quimio para ganar votos con la pelada de Yul Brynner o de cliente del Banco Federal que él acabó.
A los que he angustiado les ofrezco disculpas de antemano. Solo quiero tratar de comprender el porqué de estos enrevesados trajines de la lucha de ideas en la política venezolana.
Tenemos frente a nosotros el ocaso del régimen de las focas uniformadas, aplaudidoras de oficio, sobre todo hasta de los disparates.
Muchas de esas focas dejarán de aplaudir porque les arrastrara un tsunami social, político o militar, que puede ser simultáneo de todos los factores. Ya en medio del mar embravecido esas focas buscarán asideros para sobrevivir.
Menos mal que en cuanto empiece el colapso, les garantizo que sobrarán aliados, para evitar ahogarnos todos.
Muchos hoy rojitos querrán salvoconductos, perdones, impunidad y sobre todo garantías de indultos para fortunas mal habidas, que en realidad son todas, especialmente la de los boliburgueses de uniforme.
La historia nos da lecciones que a veces preferimos ignorar, por aquello de que alguien deberá hacer de judas y alguien de pagador de sobornos. No les quepa dudas que habrá que transar y postergar venganzas en medio del afán por salvar vidas y evitarnos el horror de una sangrienta lucha fratricida.
DiosDado y sus compañeros de promoción deberían leer y aprender sobre lo ocurrido en 1936 con el General López Contreras y los “Chacharos” luego que el Benemérito apagó el ojo, y sobre lo ocurrido el 23 de Enero de 1958 y luego con Wolfang Larrazábal, los Coroneles Roberto Casanova y Abel Romero Villate y los Generales Trejo, Castro León etc…
Fuente: Noticiero Digital
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