(Gabriel Bastidas).- “No podemos seguir callados, hay que denunciar lo que está fallando”, sentencia Virginia Medina mientras muestra recortes de periódico con declaraciones dadas el 29 de julio por el Ministro del Poder Popular para el Transporte y Comunicaciones, Francisco Garcés, en las que aseguraba que “actualmente se construyen los dos distribuidores” de la carretera Mamera-El Junquito.
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Sin embargo, contrario a lo a lo dicho por el Ministro, a largo de todo el trayecto no se observa ningún trabajador construyendo la vía que conecta el oeste de Caracas con el kilómetro 16.
Los vecinos del sector El Naranjal, el cual es atravesado por la carretera, denuncian que las 48 casa que el Fondo Nacional de Transporte Urbano (Fontur) debía construir en indemnización, sólo avanzaron con 8, las cuales no han sido culminadas y las obras están paralizadas desde hace más de seis meses.
“La casa ya está toda agrietada por las filtraciones; ya lleva un año a la intemperie y tememos que nos la puedan invadir”, expresa Rosa Machado, quien espera por que sea terminada su vivienda, a la que le falta el techo.
Juliber Pérez tiene 5 años viviendo en el sector, y su casa también debe ser demolida para que pueda pasar la carretera. “La casa se está bamboleando por el paso de los camiones; en cualquier momento me cae encima”, señala Pérez.
De las 8 casas que quedaron paralizadas, 4 se encuentran sin servicios, 2 sin techo y 2 cuentan solamente con las bases.
La señora Josefina Fernández vive abajo, en Mamera, en el comienzo de la carretera, al borde de una quebrada. Desde 2002, cada vez que el río crece sufre las consecuencias, por lo que Protección Civil la ha declarado en riesgo.
“Desde que comenzaron los trabajos de la carretera empeoró todo, la quebrada fue perforada y los escombros que quedan de la construcción se vienen cuando llueve”, asegura Fernández.
La mujer de 59 años clama por respuesta de las autoridades. “Estamos en emergencia; si no nos ayudan es como si estamos vivos y muertos a la misma vez”.
AUMENTA LA INSEGURIDAD
“Hace dos semanas unos motorizados dejaron por aquí, tirado en el barranco, a un muchacho que tenían secuestrado”, cuentan los vecinos, quienes denuncian que la Policía Nacional Bolivariana no realiza patrullaje por el sector.
“Únicamente contamos con la Guardia Nacional que vigila la cantera; suben cuando los llamamos, si es que tienen transporte”, señala la líder comunitario, Medina, quien asegura que vándalos se han estado robando los materiales que se encuentran en la vía, que serían utilizados para la construcción de las viviendas y la carretera.
Vinculado con la inseguridad está el tema de la iluminación. Los habitantes de El Naranjal aseguran que desde el 2010 están detenidos los trabajos eléctricos. “Se están peloteando entre Corpoelec y Fontur”, comentan.
Medina explica que El Naranjal es una zona rural que vive de la agricultura, por lo que necesitan que la vía El Junquito-Mamera sea terminada para mejorar el transporte en el lugar y poder comercializar sus productos.
Los vecinos hicieron las denuncias durante un recorrido por el sector con jóvenes pertenecientes a Proyecto Social Estudiantil de la UCAB.
Fuente: Noticiero Digital
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