Cumplo los primeros treinta días de mi detención. Confirmo la convicción de haber cumplido con un deber que me permite seguir siendo consecuente con mis principios y trayectoria. He traspasado la línea divisoria entre dos mundos, el de Chávez y el nuestro, sin ninguna posibilidad de regreso, de encuentro o de reconciliación posible. No me refiero a los sectores que aún siguen el proyecto chavista, cada vez más reducidos, pero existentes. A ellos nuestro respeto y el deseo de encontrar fórmulas que permitan el renacimiento democrático, esfuerzo que reclama el trabajo de todos. Hablo del alto gobierno, de la conexión cubana y de los responsables de las perversas alianzas con los gobiernos y organizaciones forajidos del planeta. El combate tiene que profundizarse, sin esquinces, sin excusas y con coraje. El desenlace vendrá pronto, aunque aún luzca incierto. Chávez lo sabe y acelera el proceso de destrucción tratando de mantener la ilusión sobre el paraíso socialista. Pero, primero tiene que “barrer” todo cuanto pueda entorpecer el proyecto. Entre marzo y abril se sucedieron las detenciones y enjuiciamientos contra mí, contra Guillermo Zuloaga –Presidente del canal Globovisión- y el allanamiento al parlamentario del exchavista Wilmer Azuaje. Compraron US$ 5.000 millones más en armamentos a Rusia; crearon los Comandos de la Guerrilla Comunicacional, con niños y niñas de las escuelas y liceos ideologizados radicalmente; organizaron un mitin con las “milicias revolucionarias”, mercenarios uniformados y armados, organizados al margen de la fuerza armada regular en la que no confían; agudizan la crisis con Colombia, deteniendo ciudadanos de ese país por espías y saboteadores del sistema eléctrico e insulta groseramente a su gobierno; en Nicaragua regala millones adicionales, en Cuba hace lo propio, dejando jirones de Soberanía en manos de los Castro. Regresa para el desfile militar del 19 de abril, tradicional fiesta civil por los 200 años del grito de independencia. Vendrán los presidentes petrochulos del área y los buscones conocidos. El continente pareciera cerrar los ojos ante lo que ocurre en Venezuela. La tragedia está en desarrollo. Caminamos hacia una moderna guerra civil entre hermanos.
oalvarezpaz@gmail.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2761721.asp
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