Carlos Eduardo Ruiz - Encuestas no pudieron manipular realidad colombiana

Luego de publicados los resultados electorales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales colombianas; celebradas este domingo 30 de mayo de 2010, comenzarán a llover las excusas, las explicaciones complejas y las mentiras sobre las razones del porqué el candidato Juan Manuel Santos más que duplicó los votos obtenidos por Antanas Mokus, cuando todas las firmas encuestadoras pronosticaban “un empate técnico” entre ambos candidatos apenas ocho días antes de los comicios.

Este “error” estadístico fue mayor al 100 por ciento—y tiene una explicación bien simple: en vez de ajustarse a las exigencias científicas para producir una medición correcta de la intención del voto de los colombianos inscritos para votar, se intentó “naricear” al electorado de Colombia, para inducirlo a votar a favor de Antanas Mokus y en contra de Juan Manuel Santos.

Esto es fácilmente comprobable si se regresa y examinan las fichas técnicas de las encuestas realizadas, para saber cuál fue el tamaño de la muestra que usaron las firmas encuestadoras para conducir sus indagaciones—la que con toda seguridad, no cumple con la fórmula que existe para ese vital parámetro estadístico:

Donde:

n es el tamaño de la muestra (el número de personas a encuestar) z es la variable estándar normal (la campana o curva de Gauss) que describe como se distribuyen normalmente los valores de una población; por ejemplo, su estatura ó peso corporal.

(1 – α) es la probabilidad acumulada de la variable estándar normal; es decir—siguiendo el ejemplo anterior—la probabilidad de que una determinada estatura o peso corporal, sea encontrado dentro de la población en estudio.

σ es la desviación estándar de la población a analizar

h es el deseado margen de error de la muestra expresado en porcentaje (2% = 0,02) z (1 – α) se obtiene de una tabla de cualquier libro de estadística elemental, y es un valor (entre 1,282 y 3,090) que al incorporarlo a la fórmula nos garantiza que con un nivel de confianza determinado, los hallazgos de la encuesta estarán definitivamente dentro de la población estudiada .

Para un nivel de confianza del 95% z (1 – α) es: 1,645.

σ es la desviación estándar; una medida de cuán cerca o cuán lejos está un valor (por ejemplo, de estatura o peso corporal) del promedio de todos los valores observados (por ejemplo, de todas las estaturas y todos los pesos corporales divididos entre el número total de personas) en una población.

Con una población electoral cercana a los 30 millones (29.983.279), para que una encuesta de opinión tenga validez científica en Colombia, el tamaño de la muestra debe superar a las diez mil personas.

Apuesto a que si se revisan las fichas técnicas de las encuestas que daban un “empate técnico” entre Santos y Mokus, la cifra de encuestados fue muy inferior a diez mil—y por ello el gigantesco margen de “error”—muy entre comillas—pero un pueblo que lleva ya demasiadas décadas padeciendo el martirio de la violencia guerrillera, paramilitar y narcotraficante, no se dejó “naricear” por encuestas nada científicas y votó abrumadoramente por el candidato que promete continuar la política de “seguridad democrática” del actual Presidente Álvaro Uribe Vélez.