Un profesor de Derecho Constitucional que tuvo en la universidad le subía la nota si hacía un buen chiste temático sobre la asignatura. Hoy, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, no le ve ninguna gracia a sus comentarios y artículos, en los que pone en tela de juicio las decisiones de su Gobierno. «La vida me ha enseñado que el humor es una cosa muy seria», dice Márquez, cuyos seguidores han pagado las multas impuestas por el Gobierno de su país. Debuta en Barcelona.
–Si mañana usted desapareciera, ¿Chávez descorcharía champán?
–No creo ser tan importante para él. Es el humor, y no yo, lo que le molesta. Riéndose, los venezolanos han hallado una forma de defender su libertad, que sienten amenazada. El humor es el refugio de la libertad.
–Es un arma inteligente.
–Sí, porque a través del juego y la metáfora permite decir cosas que muchas veces pasan desapercibidas para el poderoso. Por ejemplo, la gira que estoy haciendo en España se llama De gira, sin Esteban. Es una metáfora para referirme a un dirigente que muchos no queremos ni nombrar.
–Y usted popularizó lo de Esteban.
–Me ayudó el Ministro de Información. Él se encargó de hacer un juicio contra mí por un artículo titulado Venezuela sin Esteban. Ahora los venezolanos le llaman Esteban.
–Sus seguidores hicieron una colecta con la que se pagó la multa y se evitó que fuera a la cárcel.
–Esa fue por otra persecución. Ha habido varias. La otra fue por un artículo dirigido a la hija del presidente. Conste que no era nada hiriente. Resulta que Esteban anunció que iba a cambiar el escudo de Venezuela porque su hija se lo había pedido. Al ver que le hacía caso, me apresuré a solicitarle que pidiera otras cosas, a ver si también cambiaban.
–En su lugar solo consiguió una sanción y un juicio.
-El asunto terminó con una multa de unos 100.00 dólares para el periódico Tal Cual y para mí. Pero nuestros lectores hicieron una colecta e incluso sobró dinero.
–Lo guardarían para el futuro...
–No. Lo donamos a la Universidad Católica, donde se ha creado la cátedra Tal cual para la defensa de la libertad de expresión.
–Este caso les puso en la picota.
–Siempre digo que tengo en el Gobierno mi principal secretario de propaganda. Con la última amenaza (por el artículo Venezuela sin Esteban), mi Twitter pasó de 6.000 a más de 100.000 visitas, y mi página web, de 7.000 a 114.000 seguidores.
–Los ministros de Chávez iban a ver La reconstituyente En ella se metía con el cambio constitucional.
–¡Pero es que ahora casi todos ellos son opositores! A medida que Esteban ha ido perdiendo apoyo popular, exponencialmente ha ido aumentando su intolerancia. Y con la cultura más, porque se exige el apego al alineamiento político de Esteban. En Venezuela, quien no lo hace es acusado de fascista, de espía, de estar vendido al imperialismo yanqui...
–¿Y la revolución?
–La robolución venezolana, como dicen muchos en mi país, es como la cubana: tiene un buen lejos. Es como aquellas mujeres que de lejos se ven muy bien, pero que de cerca pierden su encanto. Desde Europa, la izquierda la ve espectacular, pero si vienen a Caracas se darán cuenta de que hay medios de comunicación cerrados, de que la gente tiene miedo a votar por si se descubre que lo hacen contra él.
–«Con Chávez manda el pueblo», dice su presidente. Proponga otro.
–Si quiera hacer justicia a la verdad, debería decir: «Con Chávez mando yo». El control remoto es lo único democrático que nos queda. ¡Pero si incluso en barrios pobres la gente ha comprado antenas parabólicas para no escucharle! Mire, en Venezuela estamos en guerra con todo el mundo. Pero, tranquila: en el caso de que ganáramos contra EEUU, lo tendríamos crudo. Imagínese Las Vegas con cuatro cortes de electricidad al día.
–Gracias por el chiste.
–De nada. En mis espectáculos procuro hacer reír, pero hay mensaje. Para mí, el humor es una forma de hacer pensar a la gente sin que se dé cuenta de que piensa.
–¿Chávez nunca ha ido a verle?
–No tiene sentido del humor. Hay una gran diferencia entre humor y burla. El humor no es agresivo, ni hiriente; la burla, sí. El humor pretende salvar, y la burla, hundir.
–¿No se partió de risa cuando propuso ducharse con un vaso de agua?
–Tiene cosas graciosas, lo admito. Pero si tuviera sentido del humor, sería un político más tolerante y humano con su país, usaría más el ingenio y menos la agresión. Él utiliza la descalificación. Yo espero haber argumentado y no descalificado.
–Esteban dice que ser rico es malo.
–Malísimo. Por eso están embargando empresas. Eso sí, él gasta 250.000 dólares en el vestir, 150.000 en el tocador, 18.000 en el calzado, 350.000 en tintorería y lavandería. Al enterarme, denuncié a este multimillonario en mi programa de radio para que la autoridad le embargara
http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/5471663.asp
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