Desde Barcelona.- Es totalmente cierto, lo peor que le puede pasar a un preso político es el olvido de la gente. En nuestro país, esa ingrata verdad existe y solo unos pocos alzan sus voces de protestas. A raíz de la huelga de hambre de los estudiantes, nos vino al recuerdo los nombres de algunos presos políticos detenidos años atrás, que envejecen en los calabozos del chavismo, olvidados sin que nadie grite por ellos.
Y el caso de los comisarios y de la juez Afiuni, si bien es cierto, que de ellos se habla mucho, no lo es menos cierto, que ha faltado una acción más contundente de la sociedad civil para exigir la inmediata .libertad de todos.
Este artículo persigue el objetivo de advertirle a Chávez que si los comisarios Simonovis y Forero mueren en cautiverio , él y solamente él será el responsable de esa posible desgracia humana. No quisiera escribir en un futuro cercano un artículo titulado “Un muerto de Chávez” y lo digo con la mayor sinceridad del mundo. Hace días, el comisario Iván Simonovis redactó una carta pública, donde denunciaba las condiciones infrahumanas existentes en su pequeña celda y hacía saber de su delicado estado de salud que ameritaba atención médica
Y hace poco, la abogada defensora de los citados comisarios denunciaba que desde hace mucho tiempo venían solicitando, sin respuesta alguna, que Simonovis y Forero fueran trasladados para ser atendidos por médicos especialistas, debido a sus delicados estados de salud. Tal es el caso de Lázaro Forero que posiblemente tiene cáncer en la próstata. Y al mismo tiempo para resguardar sus vidas, están solicitando que sean trasladados desde los calabozos de la otrora Disip a la cárcel de Ramo Verde para que hagan una vida normal de presos políticos, donde vean el sol, hagan ejercicios y se alimenten como seres humanos.
Y es que la sentencia a 30 años, es en la práctica la condena a una muerte lenta y dolorosa. Un ser humano con 60 años encima, depositado en un calabozo de cuatro metros cuadrados, donde no distingue el día de la noche, sin ducha para asearse, pensando que va a estar allí 30 años, que si sobrevive saldrá viejo y enfermo, es como para que le salgan todas las enfermedades del mundo. Y lo peor, saberse inocente de las imputaciones hechas, y recordar que los verdaderos asesinos de Puente Llaguno están libres y protegidos por el gobierno de Chávez.
Es triste lo de los comisarios y lo de los otros policías. Ni en la época de Gómez, ni mucho menos en la dictadura perezjimenista, hubo sentencias tan crueles como esas, ni siquiera a los asesinos más tenebrosos se les encarcelaba con tanta saña.
Cuando Hugo Chávez estuvo preso por un delito mayor, por el que hubo más muertos, lo mantuvieron supuestamente preso en una cómoda celda, donde recibía visitas, daba declaraciones y luego fue puesto en libertad rápidamente.
Como quiera que la condena de los comisarios es política, la respuesta para su libertad será también política, y eso pasa por derrotar a Chávez en 2012. Entonces, los venezolanos tendrán la última palabra.
Fuente: Eltiempo.com.ve
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