En la lucha para sustituir a este Presidente por otro distinto y mejor, no es tiempo precisamente lo que está sobrando. No es bueno seguir perdiendo el tiempo anunciando acciones que, en definitiva, no se concretan más allá de la retórica. La lucha contra el régimen es ya, aquí y ahora, en la calle y sin esguinces, ni cálculos secundarios derivados de desmedidas ambiciones personales o de calculados intereses de grupos políticos que nos tienen acostumbrados a jugar a un “pega y cuida” que hace la felicidad del sector oficial.
El ciudadano común de Venezuela sufre demasiado. La protesta social está en la calle. Todos los sectores reclaman sus derechos, planifican y ejecutan acciones con mayor o menor eficacia, pero se multiplican. A veces lucen aisladas, insuficientes en calidad y cantidad, pero siempre valientes y corajudas. Van canalizando el hondo sentimiento de cambio existente, el resentimiento y la frustración de millones de compatriotas que no aguantan más. Lamentablemente, y esto tenemos que decirlo aunque preferiríamos que las circunstancias fueran otras, se nota la ausencia del liderazgo político indispensable para coordinar la lucha opositora, darle mayor resonancia y efectos suficientes para hacer irreversible el proceso hacia la transición necesaria. El vacío político se siente en todo el país. No basta con las acciones mediáticas a través de los medios de comunicación que permanentemente aspiran protagonizar unas decenas de los mismos, es decir, de quienes debería estar en los medios como consecuencia de sus acciones a la cabeza del pueblo protestatario y señalando caminos posibles para superar las dificultades, más que por afán personalista muchas veces sin sentido.
El régimen tiene algunas ventajas. La primera es la claridad de objetivos. La segunda, la unidad de un mando impuesto a sangre y fuego que no admite ni siquiera discusión. La tercera, son los recursos infinitos de que dispone y la falta de ética para utilizarlos, todo lo cual es una de sus principales deficiencias. Ya transcurrió el primer trimestre del año y en la oposición seguimos en un fastidioso debate sobre lo que ya debería estar resuelto, sobre primarias, tarjeta única, calendario electoral, CNE, Plan Republica y paramilitarismo miliciano entre otras cosas. He sido respetuoso de la Mesa de Unidad Democràtica, MUD, tambièn guardo una profunda gratitud por la solidaridad de la mayorìa de sus integrantes cuando estuve preso y con relaciòn al juicio que se me sigue, pero es bueno que se sepa que jamàs me han consultado nada. Estoy a la media distancia, en expectativa vigilante. Creo que las primarias deben ser abiertas totalmente, este mismo año. Las normas ya deberìan estar elaboradas para determinar las condiciones de participación. El emplazamiento al CNE no admite demoras. La unidad de mando, aunque sea colectivo, necesita al candidato como lìder del proceso, para organizar y ejecutar. Los recursos, entonces, aparecerán.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes 11 de abril de 2011
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