El panorama internacional ha vuelto a poner en la palestra una peligrosa tendencia, que se creía superada, en las experiencias vividas por tantos países en el siglo pasado: El culto a la personalidad de gobernantes como estrategia de perpetuación en el poder.
En el siglo XX casi una tercera parte de las naciones, dejaron en los pueblos huellas imborrables de lo que significa delegar el poder en un hombre, y estas se dieron en dos aparentes extremos: El socialismo y el fascismo, que a la postre habrían de dejar en la memoria de los pueblos el supuesto criterio de derecha e izquierda, donde se vende la idea de que la izquierda está con el pueblo y la derecha contra él, en una copia de los criterios dados por el comunismo mundial para favorecerse con la aceptación de la mayoría del pueblo.
http://www.psicologia.humanet.com.co/personalismo.htm
Fuente: Noticiero Digital
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