Ya que el Presidente de la República Hugo Chávez ha informado al país y al mundo su estado de salud quiero compartir con mis lectores y seguidores algunas reflexiones en este momento importante y crucial para esta patria dividida y golpeada en la que siempre hemos convivido en paz los venezolanos de buena fe y voluntad .

El quehacer periodístico, en casi cincuenta años de ejercicio, me ha llevado a enfrentar tantas noticias como situaciones extrañas e inverosímiles. Así como unas han sido fáciles de obtener, otras han sido conseguidas en medio de dificultades para poder dar con la verdad tras algunas realidades escondidas.

Es así que me tocó hurgar en torno a la salud verdadera del Jefe del Estado tras haber obtenido y comprobado las primeras informaciones recibidas. Reconozco que en mis años de reportero he podido establecer una buenísima y confiable red de informantes que han estado a mi lado cuando he requerido armar un rompecabezas noticioso o extender la telaraña de fuentes más allá de lo aparentemente posible.

Apenas corroboré las informaciones que me llegaron me dedique a unir los cabos sueltos para presentarlos de manera seria, sin especulaciones de ningún tipo, cuidándome de no aparecer como un buitre en torno a un Chávez enfermo ni como un aprovechador del momento que se me dio de tener la verdad, hasta entonces escondida y manipulada, en mi mano.

Como vieron, tras exponer esa verdad en nuestra página web www.runrun.es y en mis columnas de El Universal, hice un repliegue ante otros medios que desde España, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Colombia, por solo señalar algunos países, me ofrecieron entrevistas en diarios y revistas y apariciones en programas de radio y televisión para que les contara “sobre la salud del comandante venezolano”.

De entrada, un respeto por su condición humana y por sus familiares, me obligaba a no caer en la tentación de declarar sobre el tema, por lo que canalicé todas esas inquietudes periodísticas -harto normales cuando hay un verdadero “blackout” informativo por parte del gobierno venezolano- hacia nuestra web y el diario. Ni siquiera en mi diario programa de radio, “La Cola Feliz” por Éxitos 99.9 FM, abusé de la información que en mis manos he tenido sobre el caso.

Por eso esta noche debo reconocerle al presidente venezolano su valentía personal para afrontar de forma pública la realidad de la enfermedad que padece, tras haber sido desmentida por sus propios funcionarios en públicos ejercicios de adulación y, lo más lamentable, de descalificación a quienes osamos romper el cerco informativo. El caudillo enfermo, con su discurso leído desde La Habana, validó nuestras informaciones de las últimas tres semanas.

Queda pedir a Dios por su salud y el regreso a timonear un gobierno que se siente acéfalo, lleno de contradicciones, con los demonios desatados en su interior y con las peleas entre sus seguidores a ver quien ostenta más méritos para convertirse en el heredero de la revolución, que ya va por su año número trece.

Gracias a todos.

Muy especialmente a la más confiable fuente que en casi medio siglo de trabajo reporteril he tenido.

Que Dios bendiga a todos aquellos que con sus palabras de aliento han acompañado mi trabajo.

Seguiremos runruneando.

Nota: Mis Runrunes son mis Runrunes. Cualquier tratamiento que con esa palabra se le dé a falsedades, inventos y campañas de descrédito por la red de medios gubernamentales rojos rojitos nada tiene que ver con nosotros.