Pretender criminalizar a los hijos del Presidente Uribe por una foto en compañía del entonces alcalde de San Antero, Córdoba raya en lo absurdo. Muchos de los personajes públicos que hoy juzgan la fotografía podrían verse envueltos en una situación similar en el futuro. Ningún artista, ministro, político, escritor o periodista, pide un pasado judicial a quien les pide posar para una fotografía, mucho menos si se trata de una persona que ejerce un cargo de elección popular y de la que no se conocen antecedentes delicuenciales, o por lo menos, no en su momento.
Contrario a este hecho, los colombianos hemos conocido fotos de personajes públicos, quienes con pleno conocimiento de causa, no han tenido reparo en posar con criminales conocidos en Colombia como Rodrigo Granda, Iván Márquez y el abatido Raúl Reyes, sin que hasta ahora nadie los haya investigado.
Hoy, el Congresista Iván Cepeda, quien pide investigar a los hijos del presidente por aparecer en una foto con un presunto paramilitar, olvida la foto de su padre con alias Alfonso Cano, foto que ronda por estos días en la red, recordándole que tiene rabo de paja y poca autoridad moral con la que pretende una vez más dañar la honra de la familia presidencial. Ver http://www.periodismosinfronteras.com/wp-content/uploads/2010/07/Cepeda-y-cano.jpg
Durante nueve años no hubo motivo para divulgar una fotografía casual y que fue tomada en un lugar público. Sin embargo, hoy, en plena campaña de desprestigio de la que está siendo víctima Uribe, resulta un plato fuerte para quienes todos los días buscan la forma de afectar la imagen y alta popularidad de la que todavía goza. Llevan un año haciendo frente a una guerra sucia de la que no se ha salvado ni doña Lina, señora respetuosa que siempre ha preferido mantenerse al margen de la política, a ella la involucraron en medio del escándalo de SaludCoop, donde quisieron hacer creer a la opinión pública que era la dueña de gran parte de las acciones de esta empresa. ¿Por qué sorprendernos si también involucran a Tomás y a Jerónimo en su cruzada?
A alguien se le ha ocurrido preguntar cúantas fotografías se han podido tomar Tomás y Jerónimo Uribe con extraños en los últimos nueve años. Creo que ni ellos mismos saben el número exacto, pero seguramente deben ser miles. He visto en varias ocasiones al propio presidente Uribe llegar o salir de un evento en el que la gente le pide fotos y abrazos, nunca, jamás vi que primero cuestionara al solicitante o que se negara a posar con una persona cualquiera. Así son sus hijos. Conozco a alguien que tiene una foto con Tomás, se lo encontró en el aeropuerto de Miami, lo vio y le pidió una foto. Cómo era de esperarse, el hijo del presidente accedió sin ningún problema, sin preguntar nada, sonrió y luego se despidió con un apretón de manos. ¿Cuántas personas no obtuvieron fotos similares a ésta? Eso es lo que debe preguntarse la Fiscalía, no es posible seguir mancillando la honra de las personas sin que se tenga pleno conocimiento de los hechos; es trabajo de tan importante entidad salvaguardar la presunción de inocencia y la objetividad en todos los casos e investigaciones sin que ello dependa del origen político o social del acusado.
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