En principio, reducir el número de diputados me parece bien. Dos diputados plurinominales menos, me parece que es poco, porque podrían reducirse hasta cuatro y todo sería mejor.
Me explico: por razones políticas, y no de otra naturaleza, los 16 distritos uninominales están bien distribuidos. En cada municipio, los ciudadanos tienen a un diputado, por lo menos, que es “su” diputado.
Podrían quedar 21 diputados como en baja California Sur, con 16 distritos uninominales y cinco diputados plurinominales.
El problema no está en que haya menos diputados, sino en cómo se asignan las diputaciones plurinominales. En este sentido, podría hacerse algo similar a lo que ocurre en aquella entidad.
En primer término, subir el porcentaje necesario de votos para tener derecho a entrar a la repartición de plurinominales y dejarlo en 3% de la votación efectiva. Ello obligaría a los partidos minoritarios a hacer verdaderas campañas de proselitismo durante todo el tiempo y no sólo en épocas de campaña.
En segundo lugar, los partidos que hayan obtenido 10 o más constancias de mayoría e distritos uninominales, no tendrán derecho a la asignación de plurinominales.
En el tercer punto, los plurinominales se asignarían primero a los partidos que cumplieron con el punto uno y no obtuvieron ninguna constancia de mayoría. La asignación se hará en forma decreciente, en función del porcentaje de votación efectiva obtenido por cada partido.
Por supuesto, para privilegiar el voto, no habría lista de candidatos a diputados plurinominales, sino que ésta se haría con los candidatos perdedores en cada distrito uninominal, ordenándose en función del porcentaje de votos obtenido en cada caso, en sentido decreciente.
Una vez realizada la asignación a los partidos que no obtuvieron ninguna constancia de mayoría relativa, se hará a los que hayan ganado hasta nueve o menos, siempre en función de su porcentaje de la votación efectiva.
Si después de esto aún quedaren diputaciones plurinominales por asignar, se repetiría el proceso hasta que se terminaren las diputaciones asignables.
Ahora bien, el Congreso local debería considerar que 4 diputados menos serían un 16% menos del congreso; en ese sentido, podría disminuirse hasta un 15 por ciento menos el presupuesto del congreso en cuanto se refiere a dieta, salarios y compensaciones, así como a equipo, mobiliario y demás.
Por otra parte, sería una reforma que atendería verdaderamente a los partidos minoritarios, porque se priorizaría la asignación de plurinominales en su favor y no como ahora, que la cláusula de gobernabilidad favorece a quien más votación recibe y más constancias de mayoría obtiene.
Con el actual sistema, justo por lo demás, hay una relación directamente proporcional entre los votos obtenidos y constancias de mayoría obtenidas los diputados plurinominales asignados.
Con la propuesta aquí descrita, la relación sería inversamente proporcional y se atendería primero a quienes no alcanzaron triunfos de mayoría, pero tienen la votación mínima requerida para estar dentro del reparto.
De esta manera, aun cuando sean menos diputados plurinominales, éstos podrían representar mejor a las minorías, que con el actual sistema, porque los plurinominales serían candidatos que obtuvieron un porcentaje de votos, hicieron campaña proselitista y presentaron propuestas a los ciudadanos.
En cambio, los actuales diputados plurinominales responden, todos, a los intereses y compromisos existentes en cada partido político. Eso no es malo en sí mismo, pero será mejor si los diputados plurinominales fueron resultado de una competencia real, de cara a los electores y no de acuerdos intrapartidarios. Ambas vías son igualmente legítimas, cabe destacar.
Se busca también que los partidos con mayor peso realmente busquen alianzas en el congreso para tener mayoría absoluta o calificada, según se requiera. La gobernanza supliría así a la gobernabilidad que hoy existe en el congreso. Los acuerdos entre las fuerzas existentes en el congreso local, permitirían la construcción de las mayorías necesarias para aprobar leyes o modificar la constitución local.
En fin, éste es un primer acercamiento a la propuesta de reforma electoral y sólo en cuanto se refiere al número de diputados plurinominales y al proceso para asignarlos.
Tres Comentarios al Margen
1. La conquista del diálogo no es el acuerdo, sino el reconocimiento. Así empieza Jesús Silva Hérzog Márquez su artículo acerca de lo ocurrido en la reunión en el Castillo de Chapultepec. El texo completo lo encuentra aquí:
http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/el_blog_de_jess_silva_her/2011/06/voluntad-argumentativa.html
2. En las elecciones en el Estado de México, la única duda es por cuántos puntos de ventaja ganará Eruviel.
3. La naturaleza de los hombres es contraer obligaciones entre sí tanto por los favores que se hacen como por los que se reciben. Nicolás Maquiavelo
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