Ni un solo médico le ha informado a la Nación, del verdadero estado de salud del Presidente. ¿Por qué? Lo saben Hugo Chávez y el ex presidente cubano Fidel Castro, y unos muy pocos integrantes de los más cerrados círculos de ambos dirigentes latinoamericanos. Un trasnocho soviético los gobierna, todavía creen que el “top secret” debe cubrir la vida del Jefe de Estado, por razones de “seguridad”. Pero, Venezuela no es Cuba, a pesar del grave sesgo autocrático y presidencialista de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
El Presidente está obligado a informar oficialmente de su enfermedad, sin misterios ni secretos ridículos, hoy en pleno siglo XXI, tiempo de una dinámica comunicacional trepidante, incesante, omnipresente e inevadible, todo lo cual se puede describir como un enjambre comunicacional sin precedentes.
¿Podrá la historia recoger documentalmente la evolución médica de la salud del presidente Chávez? ¿Tendrán los archivos de la Nación que conformarse con la palabra de Nicolás Maduro, Andrés Izarra, Carlos Mata Figueroa y Fernando Soto Rojas (“El Presidente no tiene cáncer”)? ¿Basta el verbo del enfermo presidente Hugo Chávez Frías? ¿La documentación médica cubana será consignada a Venezuela, oficialmente? Estamos ante un disparate político, institucional e histórico, enmarcado en el trasnocho sovieticoide reinante en los gobiernos de Cuba y Venezuela.
La primera versión pública
El 22 de agosto de 2010, informé responsablemente a la Nación (http://bit.ly/ao8t1C), de una dolencia cancerígena relativamente leve que le fue diagnosticada al presidente Chávez por sus médicos de Palacio, confirmada por estudios de citotecnólogos correspondientes. En mi columna del 22 de agosto de 2010, informé lo siguiente:
“AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, Hugo Chávez Frías, según me han confiado fuentes dignas de crédito, le ha sido diagnosticado un cáncer en pólipos paranasales. La biopsia arrojó el preocupante diagnóstico oncológico. Lo están tratando. Lo informo sin ánimo de escándalo, con el reclamo público de que la Presidencia de la República nos informe a los venezolanos y venezolanas, el real estado de salud del Jefe del Estado. Por razones obvias. Humanamente, lo acompaño en su dolencia y deseo pronto restablecimiento, siguiendo los exigentes tratamientos médicos del caso. No es para alarmarse, pero preocupa, sobre todo por el poder que ha concentrado y aspira a seguir concentrando. Nunca para alegrarse, como gustan algunos obsesivos fanáticos “opositores” que asomaron sus garras (¿”democráticas”?) ante el lamentable fallecimiento del diputado Luis Tascón. Lo mejor es informar a tiempo, y así evitar que por los caminos verdes corran rumores y ánimos morbosos. La experiencia que vive Paraguay, con la dolencia el cáncer del presidente Fernando Lugo, tratado en Brasil, es el más reciente ejemplo a la vista del público nacional e internacional. En Colombia, el vicepresidente Angelino Garzón acaba de ser operado del corazón; y en Brasil, el vicepresidente José Alencar y la candidata presidencial oficialista Dilma Rosseff, sufren de cáncer. Mejor es así: ¡Informe, Presidente!”
Negativa presidencial
Fue la primera vez que se conoció públicamente de tal dolencia. Sin embargo, mi respetuosa y periodística primicia tuvo una respuesta absurda, desde veladas amenazas de enjuiciamiento hasta una negativa por parte del presidente Chávez:
“El presidente Hugo Chávez Frías negó anoche que sufra de cáncer, y atribuyó la versión a maniobras de ‘los ecuálidos’, como él llama a los opositores políticos.”
“Informalmente, dentro de una larga exposición sobre logros de su gobierno en materia de salud y educación, el Presidente negó así la versión publicada el domingo pasado en el semanario capitalino ‘La Razón’, por el periodista Manuel Isidro Molina en su columna ‘Pasando la Hoja’, según la cual Chávez estaría sufriendo de ‘cáncer en pólipos paranasales’.
“Aunque la versión de Molina causó gran interés público desde su publicación, no fue hasta ayer jueves que el presidente Chávez se pronunció al respecto, afirmando que ‘es la quinta vez’ que le atribuyen sufrir de cáncer, lo que no son más que maniobras para afectar su desempeño público.
“’Los escuálidos quieren matarme. Ahora están inventando que tengo cáncer, que me estoy muriendo. Eso es lo que ellos quieren’, expresó el Jefe de Estado.” (www.enfoques365.net)
Mi respuesta fue lacónica, el domingo 29.08.2010, no quise caer en dimes y diretes, especulaciones e irresponsabilidades:
“ESPERABA OTRA RESPUESTA del Presidente de la República. La del jueves pasado, no fue honesta (http://bit.ly/bZ3CuH). Él sabe que en Palacio existe preocupación por su dolencia; que no son inventos de ‘los escuálidos’, como dijo en cadena nacional desde el Teatro Teresa Carreño (No voy a especular sobre si su repentino viaje a La Habana, tuvo vinculación con el tema, más allá de la larga conversación con Fidel Castro).”
“REITERO ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA, que al respecto mis fuentes son incontrastables, tan cercanas al Presidente como él mismo no se imagina. Casa Militar lo sabe, pero mantiene el secreto, igual que el personal médico que lo asiste. No es mi intención que sus médicos violenten el juramento hipocrático. Además, Chávez sabe que no soy, por ningún respecto, lo que él llama descalificatoriamente ‘escuálido’, y mucho menos que participe yo de las movidas de quienes quieren ‘matarlo’. Con apego al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, debo recordarle al Presidente que mi estatura y peso no concuerdan con lo escuálido; y tampoco encuadra en el concepto, mi trayectoria profesional y el decoro con que he asumido y asumo las funciones públicas. Reitero todo cuanto escribí el domingo 22.08.2010, es la verdad, con alta consideración humana y dignidad republicana.
“UN INFORME MÉDICO OFICIAL sobre la salud del Presidente de la República, despejaría dudas y desmentidos volanderos, como el del jueves pasado...” “COMO SIEMPRE, en el otro extremo no faltaron quienes rabiaron porque no expuse el caso con el morbo del odio y la frustración que cargan algunos. Lo que me pareció excelente fue la reacción racional y comedida de la mayoría de la población, sin fronteras partidistas ni ánimos inestables, que tomó con tranquilidad la información; interesados, abrigaron dudas –también razonables- y esperan por la información oficial. ¿Por qué no lo informan, de una buena vez?”
No al secretismo oficial
Este precedente informativo, me permite hoy afincarme en el ámbito político, pues la grave enfermedad que sufre el presidente Chávez no sólo es de interés público, sino de alto interés nacional (http://bit.ly/kZsFjf).
No cabe la discrecionalidad del secretismo oficial sobre el cáncer que afecta la salud presidencial. Ha dado su versión política de la enfermedad, pero aún no conocemos un diagnóstico médico profesional. Chávez sigue en deuda con la Nación.
Afortunadamente, el Presidente nos ha dicho que va mejorando y que ahora está otra vez en Cuba (viajó el sábado 16.07.2011) porque debe “proseguir el camino hacia ese largo y difícil retorno y para ello debo continuar cumpliendo el estricto plan que ha diseñado el equipo de médicos de la vida que me acompaña”, según dijo en carta al presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, al solicitar “autorización legislativa de ausentarme del territorio nacional a partir del próximo sábado 16 de julio del año en curso con el fin de continuar en La Habana, República de Cuba, el plan de tratamiento necesario para la recuperación plena de mi salud”.
Todavía no se conoce nombres ni nacionalidades de los integrantes del “equipo de médicos de la vida” que lo tratan. Tal majadería es insólita. Sin misterios ni secretismos, el Presidente de la República debe informar a la Nación de su estado de salud, mediante informe médico, única forma de despejar dudas y llevar tranquilidad a nuestra población, evitando así el intenso y hasta innecesario correr de absurdas versiones cargadas en algunos casos de morbo necrofílico, tan irresponsable como el secretismo gubernamental.
EL CONFESIONARIO
· EL JUICIO A CAPRILES RADONSKI por presuntos delitos de “estafa y corrupción” durante su gestión al frente de la alcaldía del municipio Baruta, Caracas, está en fase de sustanciación para el antejuicio de mérito por parte del Tribunal Supremo de Justicia. Debe seguir su curso, independientemente de que la motivación está impulsada desde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Si se encontrare hechos delictivos, el gobernador mirandino debe ser juzgado con estricto apego a la Constitución, leyes y códigos penales. Como debe ser desestimada la acusación, si resultare inconsistente administrativa y penalmente.
· ESE ÚNICO CRITERIO debe aplicar a todos los gobernantes. Casos como los de varios ex gobernadores opositores acusados de corrupción y enriquecimiento ilícito, hoy refugiados en el exterior, también aplican. El problema es que la “justicia… jala pa’un solo la’o”. ¿Quién está enjuiciando al ex gobernador de Apure, Jesús Aguilarte Gámez? ¿Y a Diosdado Cabello, ex gobernador de Miranda? ¿Y a Hernán Grüber Odreman, ex gobernador del Distrito Federal? ¿Y a Juan Barreto, ex alcalde Metropolitano de Caracas? ¿Y a Freddy Bernal, ex alcalde del municipio Libertador del Distrito Capital? ¿Y a José Vicente Rangel Ávalos, ex alcalde del municipio Sucre del estado Miranda? Varios ministros, ex ministros y presidentes de empresas e institutos nacionales también tienen cuentas pendientes por los desastres administrativos que han ejecutado. Pero, nada, su “ardorosa” condición “revolucionaria” y “chavista” los cubre y encubre, gozan de impunidad.
· OTROS MONSTRUOSOS CASOS: ¿Quién hinca el bisturí de la justicia en la C. A. Metro de Caracas, donde ex presidentes de esa empresa y ex ministros correspondientes, fraguaron el desastre que casi provoca su cierre a comienzos de 2011? ¿Y el desastre del Metro de Valencia? ¿Y las calamitosas gestiones de las empresas de Guayana? Varios encumbrados corruptos “chavistas” y “revolucionarios” han sido premiados con otros altos cargos político-administrativos, embajadas, consulados y diputaciones: En la Asamblea Nacional blanden filosas y cínicas lenguas podridas, a nombre del “socialismo”, sin el menor rubor. ¿Cuál justicia?
· SOBRE LA CORRUPCIÓN peca de irresponsable el presidente Hugo Chávez. En esa rara etapa de contrición que vive, perturbado por el impacto del cáncer que lo aqueja, casi en tono sacramental ha llamado a sus subalternos a no enriquecerse en la gestión pública, a no robar (como lo han hecho muchos), a servir honestamente desde los altos cargos públicos. Su irresponsabilidad radica en que él no es cura, obispo ni cardenal para andar repartiendo bendiciones y exhortos de buena voluntad para que sus seguidores corrompidos dejen de robar; es el Presidente de la República y lleva la carga máxima de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, estrictamente. Su obligación de luchar contra la corrupción y los corruptos no es opcional ni “espiritual”, debe destituirlos, ordenar las respectivas investigaciones y motivar por ante la Fiscalía General de la República los enjuiciamientos. No lo ha hecho, no lo hace, evade y apadrina corruptos, los encubre y mantiene a su lado; se cree con el don de “perdonar” a los suyos, como si fuese un “César”. Esa actitud lo mantiene atado a la basura histórica que enloda a la Nación, y resta fuerza a las enormes potencialidades de desarrollo de Venezuela. Ha sido un fraude al compromiso histórico que asumimos desde el Polo Patriótico, en 1998. En esa materia, tenemos un Presidente fofo.
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· Manuelisidro21@gmail.com
· @manuelisidro21
Fuente: Enfoque365.net
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