Mayo 5, 2010
Reconozco que el nombre de este artículo es muy feo, pero califica bien el chorro de acuerdos que el teniente coronel presidente ha firmado en el tiempo que lleva en el poder. En cada viaje o en cada visita de un mandatario extranjero firma convenios, acuerdos, cartas de intención, memoranda de entendimiento y cuanto documento se le ocurre. Con Evo Morales acaba de firmar 15 acuerdos que se suman a los quién sabe cuántos suscritos con anterioridad.
El ejemplo más patente de la acuerdorragia es el caso de Irán. Según informaciones de prensa con ese país ha firmado alrededor de 3.000 instrumentos bilaterales sobre las más variadas y extravagantes materias. Esa cifra luce exagerada, pero seguro que supera los varios cientos.
El inventario de acuerdos con Irán abarca petróleo, construcción de viviendas, hierro, acero, petroquímica, salud y educación, asistencia en la construcción de una planta para producir pólvora y cápsulas para municiones; una planta de inyección de plástico; tres empresas conjuntas para fabricar medicinas, equipos para cirugía y contenedores de plástico; entrenamiento de venezolanos para las industrias del hierro y el acero; creación de una empresa mixta para procesar minerales y piedras preciosas; un proyecto de desarrollo de hortalizas, semillas en invernaderos en el estado Aragua; un proyecto para el desarrollo de granjas experimentales en Mérida y Táchira para la cría de alevines (sic); creación de una planta de alimentos para truchas; un compromiso para que Irán explote un yacimiento de petróleo en plena selva venezolana; el inicio de estudios para la construcción de dos refinerías de capital mixto, una en Sudamérica y otra en Irán; fabricación de maquinaria pesada; desarrollo petroquímico, energético e industrias intermedias; fábrica de tractores para producir mil o dos mil tractores, cifra que supuestamente llegará a multiplicarse por diez; maquinaria agrícola con transferencia tecnológica de parte de Irán; fábrica de vehículos que producirá carros familiares, camionetas y camiones de trabajo tipo estaca y transporte público; petroquímica que fabricará diversos objetos de plástico, desde inyectadoras pequeñas y grandes, partes de vehículos, pinturas, cosméticos, hasta cascos y lentes de protección; transferencia de tecnología iraní en la producción de medicamentos genéricos para combatir el cáncer, la diabetes y el sida; cooperación científica y tecnológica en el sector eléctrico; construcción de la represa Boconó-Tostós; construcción de 10 mil viviendas; construcción de vías, incluida la transferencia de tecnología, maquinaria y capacitación de técnicos venezolanos; fortalecimiento de la infraestructura hidráulica y sanitaria, incluida la segunda etapa del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi; instalación de la tubería submarina entre los estados Sucre y Nueva Esparta; investigación y educación en enfermedades animales y producción de vacunas; rehabilitación y desarrollo de la “camaroniculutura”; producción de arroz; producción de truchas y cultivo de especies ícticas; fomento de participación en actividades culturales y turísticas.
Quizás el acuerdo más estrafalarios es aquel mediante el cual Irán, donde la base de la alimentación es el trigo, asesorará a Venezuela en la tecnología para la producción de harina de maíz. ¿Nos enseñaran los persas a fabricar harina de maíz? ¿Comeremos arepas musulmanas?
Como esos documentos no siguen el trámite constitucional que obliga a someterlos a la Asamblea Nacional para su aprobación, ulterior ratificación y posterior publicación en la Gaceta Oficial, salvo lo que escuetamente publica la prensa, nadie conoce sus detalles, sus contenidos ni sus alcances. Creo que hasta la Cancillería ha perdido no solo la cuenta, sino también la pista, de todos los instrumentos internacionales que ha suscrito el mandante de Miraflores con sus pares de otros países.
Quedan en el aire muchas interrogantes que por falta de espacio no he podido desarrollar. He aquí dos ¿Qué beneficios hemos recibido los venezolanos de a pié de esos acuerdos? ¿No será que cómo en el caso de Argentina esos acuerdos en lugar de propiciar la cooperación lo que desarrollan es la corrupción bilateral?
A la nueva Asamblea Legislativa le corresponderá revisar todos esos instrumentos y resolver qué hacer con ellos.
www.adolfotaylhardat.net/indexbis
Reconozco que el nombre de este artículo es muy feo, pero califica bien el chorro de acuerdos que el teniente coronel presidente ha firmado en el tiempo que lleva en el poder. En cada viaje o en cada visita de un mandatario extranjero firma convenios, acuerdos, cartas de intención, memoranda de entendimiento y cuanto documento se le ocurre. Con Evo Morales acaba de firmar 15 acuerdos que se suman a los quién sabe cuántos suscritos con anterioridad.
El ejemplo más patente de la acuerdorragia es el caso de Irán. Según informaciones de prensa con ese país ha firmado alrededor de 3.000 instrumentos bilaterales sobre las más variadas y extravagantes materias. Esa cifra luce exagerada, pero seguro que supera los varios cientos.
El inventario de acuerdos con Irán abarca petróleo, construcción de viviendas, hierro, acero, petroquímica, salud y educación, asistencia en la construcción de una planta para producir pólvora y cápsulas para municiones; una planta de inyección de plástico; tres empresas conjuntas para fabricar medicinas, equipos para cirugía y contenedores de plástico; entrenamiento de venezolanos para las industrias del hierro y el acero; creación de una empresa mixta para procesar minerales y piedras preciosas; un proyecto de desarrollo de hortalizas, semillas en invernaderos en el estado Aragua; un proyecto para el desarrollo de granjas experimentales en Mérida y Táchira para la cría de alevines (sic); creación de una planta de alimentos para truchas; un compromiso para que Irán explote un yacimiento de petróleo en plena selva venezolana; el inicio de estudios para la construcción de dos refinerías de capital mixto, una en Sudamérica y otra en Irán; fabricación de maquinaria pesada; desarrollo petroquímico, energético e industrias intermedias; fábrica de tractores para producir mil o dos mil tractores, cifra que supuestamente llegará a multiplicarse por diez; maquinaria agrícola con transferencia tecnológica de parte de Irán; fábrica de vehículos que producirá carros familiares, camionetas y camiones de trabajo tipo estaca y transporte público; petroquímica que fabricará diversos objetos de plástico, desde inyectadoras pequeñas y grandes, partes de vehículos, pinturas, cosméticos, hasta cascos y lentes de protección; transferencia de tecnología iraní en la producción de medicamentos genéricos para combatir el cáncer, la diabetes y el sida; cooperación científica y tecnológica en el sector eléctrico; construcción de la represa Boconó-Tostós; construcción de 10 mil viviendas; construcción de vías, incluida la transferencia de tecnología, maquinaria y capacitación de técnicos venezolanos; fortalecimiento de la infraestructura hidráulica y sanitaria, incluida la segunda etapa del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi; instalación de la tubería submarina entre los estados Sucre y Nueva Esparta; investigación y educación en enfermedades animales y producción de vacunas; rehabilitación y desarrollo de la “camaroniculutura”; producción de arroz; producción de truchas y cultivo de especies ícticas; fomento de participación en actividades culturales y turísticas.
Quizás el acuerdo más estrafalarios es aquel mediante el cual Irán, donde la base de la alimentación es el trigo, asesorará a Venezuela en la tecnología para la producción de harina de maíz. ¿Nos enseñaran los persas a fabricar harina de maíz? ¿Comeremos arepas musulmanas?
Como esos documentos no siguen el trámite constitucional que obliga a someterlos a la Asamblea Nacional para su aprobación, ulterior ratificación y posterior publicación en la Gaceta Oficial, salvo lo que escuetamente publica la prensa, nadie conoce sus detalles, sus contenidos ni sus alcances. Creo que hasta la Cancillería ha perdido no solo la cuenta, sino también la pista, de todos los instrumentos internacionales que ha suscrito el mandante de Miraflores con sus pares de otros países.
Quedan en el aire muchas interrogantes que por falta de espacio no he podido desarrollar. He aquí dos ¿Qué beneficios hemos recibido los venezolanos de a pié de esos acuerdos? ¿No será que cómo en el caso de Argentina esos acuerdos en lugar de propiciar la cooperación lo que desarrollan es la corrupción bilateral?
A la nueva Asamblea Legislativa le corresponderá revisar todos esos instrumentos y resolver qué hacer con ellos.
www.adolfotaylhardat.net/indexbis
http://www.noticierodigital.com/2010/05/acuerdorragia/
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