El mes de octubre del año 2007, en Singapur, PDVSA firmó un contrato de perforación de pozos de gas, aguas afuera (offshore), con la compañía Neptuno Marine Invest AS por el monto de 785 millones de dólares. Dicho contrato comprende el alquiler, por cuatro años, del barco perforador Neptuno Discoverer, propiedad de la mencionada compañía, Neptuno Marine Invest AS, para perforar 20 pozos en la zona gasifera marítima conocida como Mariscal Sucre. Dicho barco, actualmente sometido a reparaciones en los astilleros de Singapur, venía de sufrir desperfectos que le hicieron abortar, casi finalizando, sus labores en las costas de Vietnam.
La Neptuno Marine Invest AS, con quien PDVSA firmó dicho contrato, es una compañía de fecha reciente, insolvente, que atraviesa problemas financieros y grandes dificultades para poder honrar una emisión de Bonos que debía redimir –y no pudo- el 1 de Octubre de 2007, justo en el mes que firmó contrato con PDVSA. Posee también un record de fallas e incidentes técnicos de uno de sus barcos perforadores, el Neptuno Discoverer (el otro se denomina Neptuno Explorer), barco armado en los astilleros de la empresa Mitsui, de Japón, en 1977. Estos problemas técnicos eran de preverse ya que el Neptune Discoverer fue construido hace mas de 30 años, lo cual son muchos años para un barco perforador. En su época, el Neptuno Discoverer costó, nuevecito, 285 millones de dólares. Ahora, treinta años después, PDVSA lo alquila por 785 millones de dólares, para trabajar, durante cuatro años, en la plataforma marina conocida como Mariscal Sucre.
Sería interesante analizar los argumentos de los funcionarios de PDVSA para justificar como pueden alquilar, por 785 millones de dólares, un barco perforador obsoleto para perforar 20 pozos cuando resulta que éste mismo barco viene de perforar, en Vietnam, 3 pozos por 40 millones de dólares, bajo contrato con Vietgazprom. Mientras que la empresa Vietgazprom pagó 13 millones 400 mil dólares por pozo (40 millones/3 pozos) PDVSA pagará 39 millones 250 mil dólares por pozo (785 millones/20 pozos), exactamente tres veces más de lo que pagaron los vietnamitas.
Obviemos 1) la vetustez del barco perforador, 2) hagamos caso omiso de su record de fallas técnicas y operación insegura, 3) dejemos de lado –incluso- la insolvencia de la compañía Neptuno Marine Invest AS y, 4) hagámonos los ciegos al pago de tres veces más por perforación de pozo para que pasemos, un tanto molestos ya, a otra pregunta, que también es fundamental: ¿ Como es posible pagar 785 millones de dólares por el alquiler de un barco oxidado cuando, por poner un ejemplo, el CHIKYU, que es el barco perforador japonés mas avanzado del mundo, (recién construido y estrenado a finales del año 2006, que incorpora la última tecnología y que puede perforar roca basáltica -la mas dura- hasta 7 kilómetros de profundidad), como es posible, repito, pagar 785 millones de dólares por el alquiler del Neptuno Discoverer, cuando el barco perforador mas avanzado del mundo, el CHIKYU, nuevecito, cuesta solamente 475 millones de dólares ? Si, señores de la contraloría, diputados de la Asamblea Nacional, comprar nuestro propio barco perforador, de última tecnología, nos hubiera costado 310 millones de dólares menos que el alquiler del viejo y oxidado Neptuno Discoverer. Quiere decir que con lo que cuesta el alquiler del viejo Neptuno podríamos haber comprado no solo nuestro propio barco, de última tecnología, sino también pagar el 65% de otro barco perforador similar, con vida útil para más de 45 años cada uno. Si compráramos dos barcos similares al CHIKYU, previamente optimizados para trabajar en el Caribe, podríamos perforar –con absoluta autonomía tecnológica- 60 pozos costa afuera, en 4 años. Y nos quedaría, aún, barco para cuarenta y más años. Barcos como el CHIKYU no solo perforan pozos sino también realizan exploraciones de prospección geológica, recolecta de muestras hasta una profundidad de 7.000 metros, labores científico-oceánicas, entre otras. Por supuesto, en el costo de compra (475 millones de dólares) de barcos como el CHIKYU se incluye el adiestramiento del personal operador, por lo que no solo perdimos la oportunidad de comprar nuestros propios barcos perforadores con los 750 millones de dólares del alquiler del Neptuno Discoverer, sino también perdimos la oportunidad de entrenar personal en tan estratégicas operaciones.
Como dato adicional quiero agregar que en el 2007, al momento de PDVSA firmar contrato con Neptuno Marine Invest, el precio de alquiler promedio de un barco perforador en las aguas del Golfo de Mexico (lo más parecido operacionalmente a nuestras costas), era de 137.000 dólares/día. Hay que agregar que las operaciones en el Golfo de México son algo más arriesgadas y sus aguas mas profundas que las de las costas venezolanas. Por que razón PDVSA le está pagando a Neptuno Marine Invest AS, la cantidad de 537.671 dólares/día? (lo cual resulta de dividir los 785 millones de dólares entre los 1.460 días –cuatro años del contrato- suponiendo que el Neptuno perforara todos los días de los cuatro años, lo cual no es el caso pues deben restarse, en promedio, 80 días para mantenimiento y desplazamiento de un lugar a otro). Esto quiere decir que PDVSA está pagando, en exceso, a Neptuno Marine Invest, más de cuatro veces el costo promedio de perforación offshore por día.
Y esto no es lo peor, señores. Al momento de estarse preparando estas notas, una delegación de PDVSA se encuentra, en el exterior, a punto de firmar –si no firmaron ya- contratos, en similares condiciones desventajosas para la nación, por el alquiler adicional de dos barcos perforadores más. (Con los más de 2.000 Millones que piensan invertir en esta operación de alquiler de barcos perforadores, PDVSA podría mandar a construir una flota de, al menos, 6 barcos perforadores nuevos, de alta tecnología).
Dada la estratégica –vital- importancia que el factor energético tiene para Venezuela y para las relaciones de Venezuela con el resto del mundo, todo acto de corrupción relacionado con las operaciones petroleras o gasiferas de la nación debería ser catalogado como traición a la patria y castigado de acuerdo a tal relevancia. Y esto tiene, por fuerza, que ser materia obligatoria de discusión para las propuestas de la próxima Reforma Constitucional o de la Ley de Hidrocarburos.
Aunque suene ingenuo permítanme terminar estas notas formulando un ruego: Señores de la Contraloría, Señores del T.S.J., Señores de la Asamblea Nacional: no dejen que esto siga pasando.
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