La primera semana de libertad restringida ha sido intensa. No ha sido fácil agradecer la solidaridad recibida de todos los sectores. Organizaciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, personalidades dentro y fuera del país se unieron para exigir una libertad que nunca debió haber sido suprimida ni restringida. Sin embargo hemos podido estar presente en actividades planificadas antes de salir de la prisión, mantenidas por los promotores para que estuviera presente. He tratado de hacerlo.
Miércoles y jueves hubo actividades en Barcelona y Puerto
El viernes en Maracaibo. Familiares y amigos impulsaron una misa de acción de gracias en la Basílica de
El sábado, tal como fue prometido en la puerta de salida del Helicoide, sede de la policía política, estuvimos en la Guajira venezolana. La Laguna del Pájaro, Alitasìa y un extraordinario grupo de dirigentes Wuayuu fueron los protagonistas de esta jornada de solidaridad y reencuentro con las nuestras raíces maternas. La Guajira es una tierra de “mística telúrica, donde las andanzas del ser son las andanzas del tiempo”. Hemos estado por allá muchas veces. Desde niño, de estudiante, en actividades personales, familiares, sociales y también políticas. Como gobernante de la región y fundamentalmente, como amigo y hermano de una raza recia e insobornable. En el ambiente hubo una intensa emoción. Aún no encuentro la mejor forma de testimoniar mi gratitud hacia quienes han hecho tanto por mí a lo largo de los años. Sobre todo en esta última temporada en un calabozo. Corta, pero rica en lecciones recibidas por los inolvidables compañeros de esos días. Entre otras cosas recibí la documentación que me acredita como Hijo Adoptivo de la Comunidad de Alitasìa. Lo asumo con responsabilidad, a conciencia de cuanto esa distinción significa. Una palabras para mis hermanos Noé Montiel y Vicente Fernández recientemente fallecidos. También estuvieron allí.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 24 de mayo de 2010
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