Manuel Isidro Molina
Salvo en las micro-minorías fanáticas del chavismo y del antichavismo, Venezuela no es país de odios. Se está demostrando nuevamente en torno a la crisis de salud que sufre el presidente Hugo Chávez Frías. Solo unos cuantos locos desean que el Presidente muera de cáncer y celebran sus quebrantos, mientras la inmensa mayoría de los venezolanos y venezolanas –en su diversidad política, ideológica, social, cultural y religiosa- desea que se recupere pronto y retome plenamente sus funciones frente a la peor crisis moral y ética de nuestra historia, la escasa eficacia de su gobierno y la necesidad de encontrar un clima nacional que nos permita salir del foso en el que su gestión nos ha metido.
Como “viene de verle la cara a la pelona” (vox populi), justo y necesario es desear que sus reflexiones lo doten de humildad, tolerancia y capacidad cierta de decisión para reorientar su gobierno, hacia un nuevo estadio de respeto a la pluralidad democrática, integración participativa de todos los sectores y un definitivo combate a la corrupción, el dispendio y la ineficiencia, aunque caiga medio gobierno, media dirigencia del PSUV y medio parlamento.
Sólo esa dimensión lo colocará en la posibilidad de superar culpas propias, provocar enmiendas y propiciar el encuentro de una cultura contemporánea de justicia social e integración latinoamericana para el desarrollo sustentable; en fin, una política que abandone las lacras de su régimen autoritarista e inescrupuloso, y evite que regrese la pretensión de dominación neoliberal y neocolonial que acecha. En esas cavilaciones debemos acompañarlo, porque por el camino de estancamiento y podredumbre que vamos, no entraremos a buen destino.
La solidaridad motivada por razones humanas ante la desgracia de un compatriota destacado, no implica bajar la guardia en la crítica a su gestión pública desde la Presidencia de la República y la jefatura del Partido Socialista Unido de Venezuela, ya camino a los 13 años de ejercicio, largo mandato solo superado en nuestra historia por el torturador, asesino y ladrón Juan Vicente Gómez.
Medias verdades
Desde que el canciller Nicolás Maduro anunció que Chávez había sido operado de un “absceso pélvico” en La Habana, el viernes 10 de junio pasado, la incertidumbre invadió al país, innecesariamente, pues se debió informar médica y detalladamente, sin misterios, secretos o medias verdades.
“El diagnóstico médico determinó la existencia de un absceso pélvico, ‘el cual ameritó la decisión del presidente Chávez de someterse de manera inmediata a un procedimiento quirúrgico correctivo’”, dijo Maduro según despacho de la gubernamental Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
“Maduro informó que el procedimiento médico se realizó en la mañana de este viernes en La Habana, Cuba, con resultados satisfactorios para la salud del presidente Chávez. Indicó que el presidente Chávez ‘se encuentra iniciando un proceso de recuperación en compañía de sus familiares, su equipo médico y parte del equipo de gobierno’”.
“El cuerpo médico que atiende al jefe de Estado, refirió Maduro, estima que en breves días el mandatario nacional estará en condiciones de regresar de manera segura a Venezuela”.
Se trataba de algo leve y superable en “breves días” (sic).
Primera y grave mentira, lo que provocó una polvareda de versiones aproximadas, inexactas, exageradas y hasta irresponsables a través de medios de comunicación escritos, radioeléctricos y telemáticos, confundidos con periódicos digitales sin rectoría profesional y las redes sociales aplicadas a estrategias políticas perversas atadas incluso a motivaciones personales insanas.
De todo hubo, incluso morbo necrofílico, hasta que el presidente Chávez se vio obligado a grabar un mensaje televisivo que fue difundido por Venezolana de Televisión y la red gubernamental de medios públicos (secuestrados por el sectarismo oficialista del chavismo), el jueves pasado 30 de junio.
“Pronto regreso”
El segundo vocero gubernamental sobre el colapso presidencial fue el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, quien el sábado 12, “ratificó que el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, se sigue recuperando satisfactoriamente tras ser operado de un absceso pélvico, en Cuba.
“Izarra confirmó que el Primer Mandatario Nacional regresará al país en los próximos días e indicó que se seguirá informando periódicamente sobre la evolución del estado de salud del jefe de Estado”, según AVN.
Se apresuró el Presidente
Por la cadena TeleSur, el canciller venezolano Nicolás Maduro expresó el mismo sábado 13, “que el presidente Hugo Chávez Frías saldrá fortalecido de su actual estado de salud, que lo mantiene hospitalizado en Las Habana, Cuba, tras ser intervenido quirúrgicamente de lo que oficialmente se ha descrito como un ‘absceso pélvico’".
Intervino telefónicamente el propio Chávez, y Enfoques365.net lo resumió así:
“En sus comentarios telefónicos, Chávez dijo que estaba rodeado de enfermeras, médicos y su hermano Adán Chávez, gobernador del estado Barinas.
“-La operación ha sido muy exitosa... Hoy me hicieron las respectivas curas y me vieron los médicos, dijo Chávez.
“También informó que le habían realizado una biopsia y que no habían encontrado ningún elemento maligno. (Subrayado MIM)
“Al responder a una pregunta de la periodista de TeleSur, dijo su recuperación va según lo previsto por los médicos, pero que no sabe cuánto tiempo más estará en La Habana, recluido.
“Contó que, el viernes, cuando estaba conversando con el ex presidente cubano Fidel Castro, sintió un escalofrío y dolor en la zona pélvica, lo que fue advertido por el líder cubano, quien solicitó ayuda médica, lo examinaron en un tomógrafo que reprodujo la imagen del absceso.
“Según su relato, le explicaron los médicos cubanos los detalles de la dolencia y las alternativas de tratamiento, tras lo que decidió someterse a la extirpación del absceso”.
Se apresuró el Presidente. Después, durante dos semanas, se produjo una catarata de medias verdades y graves omisiones de voceros gubernamentales, y hasta mentiras abiertas como la afirmación del presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, quien se atrevió a afirmar que “el Presidente no tiene cáncer”, cuando ya eran conocidas versiones inexactas pero serias en ese sentido, principalmente obtenidas periodísticamente por el colega Nelson Bocaranda Sardi, quien mantuvo informada a la opinión pública nacional e internacional, con lujo de detalles, a pesar de la férrea censura gubernamental.
Paralelamente –por culpa de la censura del gobierno, el presidente Hugo Chávez y su principal consejero Fidel Castro- corrieron las más increíbles “bolas”:
-Chávez no puede ni hablar… está muy mal…
-El cáncer le cogió la cadera y le van a implantar una de platino… tiene cáncer terminal, metástasis…
-El cáncer es en la próstata…
-El cáncer es en el colon…
-Se está muriendo…
Si el gobierno hubiese informado correcta, veraz y oportunamente, nada de esto hubiese ocurrido. Así que el gran disparador de la ola de rumores y versiones sobre la salud presidencial, la tiene el propio gobierno, cuyos jerarcas deben convencerse de que la sociedad venezolana es exigente y tiene derecho a estar informada, tanto por razones de luchas históricas contra las dictaduras y la censura de los gobiernos de turno, como por existir mandatos constitucionales inevadibles que expresan nuestra cultura democrática. No somos Cuba ni la Unión Soviética, verdad de Perogrullo que ni Chávez ni nadie en su gobierno entienden, porque tercamente siguen en su empeño monopartidista excluyente.
Trasnocho soviético
No es exclusivamente cuestión de “política comunicacional” del gobierno. En el fondo, priva un concepto autoritario y restrictivo del ejercicio del poder, que en el caso de Chávez tiene raíces militaristas, autoritarias y autocráticas, cobijadas con el trasnocho soviético que todavía oscurece a la sociedad cubana, donde nada se sabe y solo lo que al gobierno interesa se hace público por unos cuantos medios de comunicación social estrictamente controlados por el régimen, el Partido Comunista de Cuba y los mecanismos policiales que han implantado allá y trasladado a Venezuela por vía de la cooperación en seguridad, inteligencia, política militar y control de la ciudadanía.
El secreto y las medias verdades que ha habido en torno a la salud del presidente Chávez, se enmarcan en el concepto generalizado de control de la información, obstrucción de las fuentes informativas al periodismo independiente y la negación del derecho constitucional a estar oportuna y verazmente informada que exige la sociedad venezolana.
En Venezuela, cada vez hay menos canales libres de comunicación entre las instituciones públicas controladas por el modo chavista de ejercer el poder y los periodistas en ejercicio libre e independiente de la profesión. A los profesionales del periodismo se les tiene como obedientes agentes de transmisión unidireccional de lo que al gobierno le interesa versionar ante la opinión pública. Sobre ese craso error, debe reflexionar el presidente Hugo Chávez, a quien saludo fraternalmente como venezolano y deseo pronta recuperación.
“Se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones, tras la cual he continuado evolucionando satisfactoriamente, mientras recibo los tratamientos complementarios para combatir los diversos tipos de células encontradas y así continuar por el camino de mi plena recuperación”, informó el presidente Chávez en su alocución del jueves 30 de junio. Eso deseamos. También, que sus reflexiones en convalecencia le alejen de los demonios del autoritarismo, el autocratismo, la egolatría y los trasnochos soviéticos de raigambre cubana. Ah, y que termine de comprender que los corruptos que han medrado bajo su liderazgo son los peores enemigos de la sociedad venezolana y de la posibilidad de un desarrollo revolucionario democrático latinoamericanista.
EL CONFESIONARIO
· LOS PILLINES “ROBOLUCIONARIOS” que andan fraguando demandas en mi contra, deben instruir bien a sus abogados peseteros para que no intenten sobornar jueces y traficar influencias, porque se van a estrellar. Quieren materializar demandas por supuesta “difamación” sin cumplir con los extremos de ley y códigos vigentes, lo que oportunamente iré denunciando a la opinión pública, nombre por nombre, demandante por demandante, abogado por abogado y tribunal por tribunal, en caso de que logren sus objetivos por descuido o complacencia judicial. Los casos de Gruber y Berroterán son similares, ambos tratando de aplicar tráfico de influencias para mantener encubiertas sus pillerías, cuando todo mundo sabe, incluso dentro del gobierno y del PSUV, que sus enriquecimientos carecen de justificación legal, como lo he denunciado en esta columna. Mis abogados tienen las pruebas y recursos para enfrentar y desbaratar esas demandas chimbas, infundadas, basadas además en la sobre confianza de los delincuentes impunes. Estamos ante una estirpe de choros altaneros, que después de saciar con dinero público su codicia, ahora quieren cantar como gallos. Veremos si el Poder Judicial y la Fiscalía se los permite.
· ARCHICONOCIDO en los bajos fondos de la hípica y los juegos ilegales, es Berroterán, quien combina abiertamente –una manera de encubrirse- el ejercicio de cargos públicos y sus “relaciones políticas” gubernamentales –se muestra “chavista”- con la actividad ilegal en bingos, casinos, salas clandestinas de juego y control de la jugada hípica. Pudrimillonario, es un protuberante ejemplo de enriquecimiento ilícito robolucionario.
· EL HOSPITAL “DOMINGO LUCIANI” de El Llanito, dependiente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) es una calamidad. La atención médica es pésima, según testigos-dolientes, las enfermeras son muestra de falta de profesionalismo y humanidad, los servicios funcionan irregularmente y la delincuencia ataca impunemente en pasillos y escaleras.
· IVÁN BENÍTEZ, querido amigo y profesor de literatura murió el pasado jueves 30 de junio. Amigos de toda la vida, acompañamos a sus familiares hasta el momento de su cremación. Falleció en el hospital “Padre Machado”, después del calvario que sufrió en el “Domingo Luciani”.
manuelisidro21@gmail.com
@manuelisidro21
Fuente: Enfoque365
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