Un comando de captura caraqueño se activó y atrapó, por su propia y cuenta, unos 800 chipos. Luego de la heroica acción trasladaron a los peligrosos extraterrestres al Instituto de Higiene.
Vecinos de El Valle, hastiados de tanta criminalidad, atraparon a un peligroso violador, le echaron candela y lo bajaron hasta la avenida para exhibir el trofeo de guerra. Pobladores de un caserío del interior montaron un sistema de alarma para detener atracos y abusos después de las 6 de la tarde, cuando los malandros toman las calles como vampiros sedientos. En Petare la gente toma la basura y la lleva a otros lugares ante las constantes fallas del servicio de recolección. La gente se baja de los carros y orina en la acera o en la autopista cuando la cola caraqueña detiene la vida vespertina de los capitalinos. Los motorizados con la autoridad y los verdaderos dueños de Caracas. La fuerza invencible de la buhonería sale de cualquier rincón. La autoridad la recoge en Sabana Grande y aparece en San Martín, La recogen en Petare y aparece en Catia. Mandan más que el Gobierno. Los niños de la calle se pasean entre los carros pidiendo lo que sea. Los semáforos son un adorno al igual que los rayados peatonales. Los peatones lanzan cigarros y goma de mascar donde mejor les parezca y, los más civilizados, escupen sin siquiera mirar a los lados. Choferes de camionetitas, busetas y autobuses se creen conductores de tanques de guerra. No hay fiscal que les haga respetar la s leyes, no hay escuela que los enseñe a ser gente. Cualquier cosa de metal sirve para venderla. Desde latas hasta rejas protectoras de puentes. Las licorerías trabajan sin problemas frente a escuelas y liceos, aunque el líder intergaláctico ordene el cierre de los establecimientos. Nadie le hace caso. Los organismos policiales son cuevas de delincuentes. Los huecos en las calles son parte del logotipo del PSUV. Lo que vemos es que en tiempos de revolución la autoridad del Estado se desmadró. Aquí todo el mundo está haciendo lo que le da la real gana. Si el Gobierno mismo no respeta la Constitución y el líder máximo actúa según tenga frío o calor, ¿quién podrá entirse obligado a cumplir siquiera una ordenanza municipal?
Ese es el marco general de la anarquía que reina en las ciudades más importantes y en los pueblos más recónditos. La revolución acabó con el marco jurídico que llama burgués para instaurar uno muy sencillo: haga cada quien lo que le salga de las tripas. Y, en el fondo, es la misma táctica para los Consejos Comunales. La gente tendrá que limpiar las calles y construir sus aceras, tapar sus huecos y proveer seguridad. Para eso se les transfirió el poder, pero también para quitar toda responsabilidad al estado Comunista. Ya lo viene haciendo. La irresponsabilidad y la desidia obligan a la población a tomar acciones que en principio corresponden el Gobierno.
Y el desmadre no se queda en el ámbito de lo cotidiano, de lo pequeño. Más arriba, allá donde deben estar las instituciones que sustentan la convención de vivir bajo la forma de un Estado, No queda sino un atajo de focas. El liderazgo funesto de Fidel Castro, con el acompañamiento local de los golpistas del 92, ha venido dinamitando desde la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y, sin excepción, toda oficina o remedo de poder que quede. No se salva nada. Una juez va presa sin opción por orden directa del jefe de Estado. Un líder de oposición se va al exilio porque el jefe de Estado le dice “desgraciado irás preso”. Una hacienda es robada y expropiada, así por así, porque al señor lo hartó tanta declaradera en su contra. Un banquero estuvo preso y ahora está en el exilio, no tanto por el delito que le señalan, sino por un supuesto video pornográfico realizado por uno de sus socios. Un veterano político está bajo juicio en libertad por haber declarado algunas cosas que no gustaron allá en el Olimpo. El desmadre institucional no tiene barreras.
Y en lo económico. Lo que falta es un soplido para que todo se termine de venir abajo. Es que la palabrería amenazante y las acciones fuera de ley ya lograron su objetivo: inexistencia de leyes, controles personales a la economía, gigantesca inseguridad jurídica, total ausencia de inversiones: quiebra general.
En dos platos. La revolución está arrojando los resultados esperados. No se trata de conspiraciones ni sabotajes. Lo que está ocurriendo es justamente lo que el chavismo quiere que pase. Es decir, más claro, lo que Fidel Castro quiere que pase.
Pero hay algo bueno dentro de todo: el chavismo está en su mejor campaña. ¡Qué gobierno tan malo!
Twitter: @ejrl
El Universal
http://venezuelanoticia.com/2010/05/18/elides-j-rojas-el-desmadre-castrochavista/
Vecinos de El Valle, hastiados de tanta criminalidad, atraparon a un peligroso violador, le echaron candela y lo bajaron hasta la avenida para exhibir el trofeo de guerra. Pobladores de un caserío del interior montaron un sistema de alarma para detener atracos y abusos después de las 6 de la tarde, cuando los malandros toman las calles como vampiros sedientos. En Petare la gente toma la basura y la lleva a otros lugares ante las constantes fallas del servicio de recolección. La gente se baja de los carros y orina en la acera o en la autopista cuando la cola caraqueña detiene la vida vespertina de los capitalinos. Los motorizados con la autoridad y los verdaderos dueños de Caracas. La fuerza invencible de la buhonería sale de cualquier rincón. La autoridad la recoge en Sabana Grande y aparece en San Martín, La recogen en Petare y aparece en Catia. Mandan más que el Gobierno. Los niños de la calle se pasean entre los carros pidiendo lo que sea. Los semáforos son un adorno al igual que los rayados peatonales. Los peatones lanzan cigarros y goma de mascar donde mejor les parezca y, los más civilizados, escupen sin siquiera mirar a los lados. Choferes de camionetitas, busetas y autobuses se creen conductores de tanques de guerra. No hay fiscal que les haga respetar la s leyes, no hay escuela que los enseñe a ser gente. Cualquier cosa de metal sirve para venderla. Desde latas hasta rejas protectoras de puentes. Las licorerías trabajan sin problemas frente a escuelas y liceos, aunque el líder intergaláctico ordene el cierre de los establecimientos. Nadie le hace caso. Los organismos policiales son cuevas de delincuentes. Los huecos en las calles son parte del logotipo del PSUV. Lo que vemos es que en tiempos de revolución la autoridad del Estado se desmadró. Aquí todo el mundo está haciendo lo que le da la real gana. Si el Gobierno mismo no respeta la Constitución y el líder máximo actúa según tenga frío o calor, ¿quién podrá entirse obligado a cumplir siquiera una ordenanza municipal?
Ese es el marco general de la anarquía que reina en las ciudades más importantes y en los pueblos más recónditos. La revolución acabó con el marco jurídico que llama burgués para instaurar uno muy sencillo: haga cada quien lo que le salga de las tripas. Y, en el fondo, es la misma táctica para los Consejos Comunales. La gente tendrá que limpiar las calles y construir sus aceras, tapar sus huecos y proveer seguridad. Para eso se les transfirió el poder, pero también para quitar toda responsabilidad al estado Comunista. Ya lo viene haciendo. La irresponsabilidad y la desidia obligan a la población a tomar acciones que en principio corresponden el Gobierno.
Y el desmadre no se queda en el ámbito de lo cotidiano, de lo pequeño. Más arriba, allá donde deben estar las instituciones que sustentan la convención de vivir bajo la forma de un Estado, No queda sino un atajo de focas. El liderazgo funesto de Fidel Castro, con el acompañamiento local de los golpistas del 92, ha venido dinamitando desde la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y, sin excepción, toda oficina o remedo de poder que quede. No se salva nada. Una juez va presa sin opción por orden directa del jefe de Estado. Un líder de oposición se va al exilio porque el jefe de Estado le dice “desgraciado irás preso”. Una hacienda es robada y expropiada, así por así, porque al señor lo hartó tanta declaradera en su contra. Un banquero estuvo preso y ahora está en el exilio, no tanto por el delito que le señalan, sino por un supuesto video pornográfico realizado por uno de sus socios. Un veterano político está bajo juicio en libertad por haber declarado algunas cosas que no gustaron allá en el Olimpo. El desmadre institucional no tiene barreras.
Y en lo económico. Lo que falta es un soplido para que todo se termine de venir abajo. Es que la palabrería amenazante y las acciones fuera de ley ya lograron su objetivo: inexistencia de leyes, controles personales a la economía, gigantesca inseguridad jurídica, total ausencia de inversiones: quiebra general.
En dos platos. La revolución está arrojando los resultados esperados. No se trata de conspiraciones ni sabotajes. Lo que está ocurriendo es justamente lo que el chavismo quiere que pase. Es decir, más claro, lo que Fidel Castro quiere que pase.
Pero hay algo bueno dentro de todo: el chavismo está en su mejor campaña. ¡Qué gobierno tan malo!
Twitter: @ejrl
El Universal
http://venezuelanoticia.com/2010/05/18/elides-j-rojas-el-desmadre-castrochavista/
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