En Venezuela, sin importar la raza, sexo, color, edad, estrato, región o posición política todos somos Polar
En un análisis inicial podríamos concluir que no hay algo que homogenice al "venezolano". Nuestra sociedad, en efecto, esta dividida en múltiples grupos intrínsecamente distintos en términos sociodemográficos (sexo, edad, región y estratos), psicográficos (formas de pensamiento) y estados de necesidad (que buscan satisfacer).
Hay marcadas diferencias entre hombres y mujeres como compradores, usuarios de una estación de servicios o con respecto a sus posiciones políticas, donde las mujeres tienden a ser más irreverentes frente al poder y muchos hombres se quedan pegados con la premisa de que "chivo que se devuelve se esnuca".
Los jóvenes no son un solo grupo, sino al menos dos macro "clusters" que comparten una generación: los preocupados por el acontecer del país y el impacto que este tiene en su futuro, afortunadamente en crecimiento, no importa en que lado se ubiquen, y los apáticos, cuyo único interés parece ser la rumba sabrosa que se extiende por toda la ciudad y por la que están dispuestos a sacrificar calidad de estudios y seguridad personal, ambos grupos con padres aterrorizados, que llegan a desear desesperadamente lo que antes evitaban los nuestros a toda costa: que se vayan lejos de las balas, los secuestros y la mediocridad.
Son distintos los caraqueños, valencianos y maracuchos, que hoy rechazan por igual la gestión presidencial (60% promedio) a la población que vive en el interior profundo del país, donde los niveles de aceptación presidencial superan 70%. Impresionante el rechazo de los tachirenses a la revolución (68%) mientras las poblaciones de Guayana, Amazonas o Delta Amacuro tienen el mismo 68% pero a favor.
La mitad de los venezolanos se manifiesta independiente políticamente. ¿Podría uno decir que es este un grupo uniforme? Pues no. Algunos dicen serlo porque no les gusta Chávez y su radicalismo mientras que a otros no les gusta porque no es suficientemente radical. Unos dicen que no son opositores porque sus líderes son los mismos "bichitos" del pasado y otros porque extrañan a los políticos de cara a cara y pelotas para la lucha. Finalmente, algunos indican ser independientes porque tanto los chavistas como los opositores les dan grima, mientras que otros simplemente esperan las ofertas de ambos bandos para decidir lo que les va mejor.
¿Pero será que hay algo en común entre este gentío que vive aquí?
Afortunadamente sí y esa es una buena noticia. Más de 86% de la población rechaza usar el modelo cubano como ejemplo para Venezuela. 87,5% está en contra de que el Gobierno cierre empresas que están operando (y esto incluye los galpones de Barquisimeto); 82% no quiere que el Gobierno se adueñe de las fábricas y la mayoría piensa que cuando las toma empeora la producción. La mayoría quiere que añadan valor y no que lo sustituyan; 81% piensa que la solución de los problemas del país pasa por un trabajo conjunto entre gobierno y empresa privada, esta última con 75% de aprobación popular. Los estudiantes son respaldados por 82,4% y la Iglesia recibe 80% de respaldo popular. Pero hay algo más interesante aún: en la historia de cada venezolano, en los recuerdos de su infancia, en las mesas pobres y ricas y en los lugares más recónditos del país, siempre hay algo que nos une y caracteriza: los productos de Empresas Polar, comprometida con la calidad, con el país y con su gente. Un grupo de empresarios y trabajadores cuya responsabilidad social es tradicional e incuestionable, que la convirtió en la empresa de más prestigio en la historia del país. Entonces, si hay algo que nos une y nos llena de orgullo: en Venezuela, sin importar la raza, sexo, color, edad, estrato, región o posición política @todossomospolar.
luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon
http://opinion.eluniversal.com/2010/05/30/opi_art_@todossomospolar_1915246.shtml
En un análisis inicial podríamos concluir que no hay algo que homogenice al "venezolano". Nuestra sociedad, en efecto, esta dividida en múltiples grupos intrínsecamente distintos en términos sociodemográficos (sexo, edad, región y estratos), psicográficos (formas de pensamiento) y estados de necesidad (que buscan satisfacer).
Hay marcadas diferencias entre hombres y mujeres como compradores, usuarios de una estación de servicios o con respecto a sus posiciones políticas, donde las mujeres tienden a ser más irreverentes frente al poder y muchos hombres se quedan pegados con la premisa de que "chivo que se devuelve se esnuca".
Los jóvenes no son un solo grupo, sino al menos dos macro "clusters" que comparten una generación: los preocupados por el acontecer del país y el impacto que este tiene en su futuro, afortunadamente en crecimiento, no importa en que lado se ubiquen, y los apáticos, cuyo único interés parece ser la rumba sabrosa que se extiende por toda la ciudad y por la que están dispuestos a sacrificar calidad de estudios y seguridad personal, ambos grupos con padres aterrorizados, que llegan a desear desesperadamente lo que antes evitaban los nuestros a toda costa: que se vayan lejos de las balas, los secuestros y la mediocridad.
Son distintos los caraqueños, valencianos y maracuchos, que hoy rechazan por igual la gestión presidencial (60% promedio) a la población que vive en el interior profundo del país, donde los niveles de aceptación presidencial superan 70%. Impresionante el rechazo de los tachirenses a la revolución (68%) mientras las poblaciones de Guayana, Amazonas o Delta Amacuro tienen el mismo 68% pero a favor.
La mitad de los venezolanos se manifiesta independiente políticamente. ¿Podría uno decir que es este un grupo uniforme? Pues no. Algunos dicen serlo porque no les gusta Chávez y su radicalismo mientras que a otros no les gusta porque no es suficientemente radical. Unos dicen que no son opositores porque sus líderes son los mismos "bichitos" del pasado y otros porque extrañan a los políticos de cara a cara y pelotas para la lucha. Finalmente, algunos indican ser independientes porque tanto los chavistas como los opositores les dan grima, mientras que otros simplemente esperan las ofertas de ambos bandos para decidir lo que les va mejor.
¿Pero será que hay algo en común entre este gentío que vive aquí?
Afortunadamente sí y esa es una buena noticia. Más de 86% de la población rechaza usar el modelo cubano como ejemplo para Venezuela. 87,5% está en contra de que el Gobierno cierre empresas que están operando (y esto incluye los galpones de Barquisimeto); 82% no quiere que el Gobierno se adueñe de las fábricas y la mayoría piensa que cuando las toma empeora la producción. La mayoría quiere que añadan valor y no que lo sustituyan; 81% piensa que la solución de los problemas del país pasa por un trabajo conjunto entre gobierno y empresa privada, esta última con 75% de aprobación popular. Los estudiantes son respaldados por 82,4% y la Iglesia recibe 80% de respaldo popular. Pero hay algo más interesante aún: en la historia de cada venezolano, en los recuerdos de su infancia, en las mesas pobres y ricas y en los lugares más recónditos del país, siempre hay algo que nos une y caracteriza: los productos de Empresas Polar, comprometida con la calidad, con el país y con su gente. Un grupo de empresarios y trabajadores cuya responsabilidad social es tradicional e incuestionable, que la convirtió en la empresa de más prestigio en la historia del país. Entonces, si hay algo que nos une y nos llena de orgullo: en Venezuela, sin importar la raza, sexo, color, edad, estrato, región o posición política @todossomospolar.
luisvicenteleon@gmail.com
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