La holgada victoria del candidato oficialista Juan Manuel Santos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia fue bien recibida por los mercados, pero al mismo tiempo también podría favorecer a un enemigo: el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Santos, educado en Estados Unidos e Inglaterra, quedó el domingo apenas a tres puntos porcentuales de alcanzar en la primera ronda la mayoría necesaria para ganar la elección presidencial.
Su rival inmediato, el líder del Partido Verde Antanas Mockus, quedó segundo a 25 puntos porcentuales, una distancia que parece difícil de revertir.
Los dos se enfrentarán en una segunda y definitiva ronda el 20 de junio.
El resultado del domingo es la ratificación del apoyo de los colombianos a las políticas de seguridad del presidente Alvaro Uribe, el principal aliado de Estados Unidos en la región.
Pero la victoria de Santos, heredero de una acomodada familia de tradición periodística y política de Bogotá, tensionaría aún más las relaciones con su vecino Venezuela, posiblemente beneficiando a Chávez, quien ha tratado de desviar la atención de los graves problemas económicos de su país con amenazas de un conflicto externo.
CHAVEZ, ¿FELIZ?
“Dudo que Chávez no esté feliz con el resultado. Un triunfo de Mockus lo hubiera dejado desconcertado” dijo Michael Shifter, analista del centro de investigación Diálogo Interamericano en Washington.
Santos, ex ministro de Defensa de Uribe, ha mantenido altercados verbales durante años con el líder socialista, quien ha hecho millonarias inversiones para equipar a sus Fuerzas Armadas.
Portavoces oficiales de Colombia dicen que sus Fuerzas Armadas necesitan prepararse para una “amenaza externa”.
Una presidencia de Santos no haría nada en reducir los miedos a un choque fronterizo, aunque es improbable una guerra en la región.
Santos, de 58 años, es el heredero de las políticas de Uribe, quien replegó las guerrillas izquierdistas y multiplicó la inversión en armamento en sus ocho años de Gobierno.
El peso colombiano y los títulos gubernamentales TES en el mercado secundario subían el lunes, mientras que el índice sobre el riesgo país de Colombia caía 8 puntos a 231 puntos, según el índice EMBI+ de JPMorgan <11emj>
“Ahora hay más certeza de qué puede pasar. También en materia económica, los equipos se ven bien, lo que genera estabilidad y confianza”, dijo el director de investigaciones económicas de Acciones y Valores, Alexander Cárdenas.
Mockus, un excéntrico matemático y filósofo que fue alcalde de Bogotá en dos ocasiones, se ve también como alguien que continuará con la política económica, pero la gran duda la genera el apoyo en el Congreso, dado que su Partido verde no cuenta con la mayoría de asientos.
“AGUA Y ACEITE”
Hijo de una de las familias más influyentes del país, que por años fue dueña del diario El Tiempo, Santos probó su temple en la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con operaciones que incluyeron rescates de secuestrados y las muertes de importantes líderes rebeldes.
La muerte de Raúl Reyes, en un campo insurgente localizado en el vecino Ecuador, generó por un momento temores de un conflicto en la región andina.
Las relaciones con Venezuela nunca fueron plenamente restablecidas con Chávez, quien se ha referido en varias oportunidades a Santos como un peligro para América Latina.
Santos dijo durante la campaña que él y Chávez son como “agua y aceite”, aunque ambos dicen que estarían dispuestos a conversar.
El líder venezolano es ampliamente impopular en Colombia y ese rechazo usualmente es visto como un soporte para Santos, aunque analistas han atribuido parte de la intención de voto por Mockus a la esperanza de tener una mejora en las relaciones bilaterales.
“Al contrario, (las amenazas) fortalecieron el apoyo para Santos“, dijo el ex vicepresidente y analista político Humberto de La Calle.
Muchos aliados de Chávez han dicho en privado que preferirían a Santos porque la capacidad de Mockus para gobernar es desconocida.
Santos es un claro blanco para Chávez, quien ataca a menudo lo que él califica como “élites de la oligarquía”.
Chávez alcanzó notoriedad internacional con sus ácidas críticas contra el ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
Desde que Bush dejó la presidencia, Chávez ha enfilado sus críticas contra Uribe, a quien acusa de conspirar con Washington para derrocarlo.
“Con Santos, Chávez seguirá jugando su juego preferido”, dijo Shifter. “Chávez perdió a Bush y pronto perderá a Uribe, pero al menos tendrá a Santos como blanco”, puntualizó.
Reporte de Frank Jack Daniel
Reuters
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